Entre los 180 instrumentos de promoción y programas de apoyo que conforman el Sistema de Transformación Productiva y Competitividad –más conocido como Transforma Uruguay–, integrado por nueve ministerios y nueve instituciones o agencias, existen cuatro que apuntan específicamente a mujeres y tres que ponderan distinto a los emprendimientos con participación femenina. Ante la hipótesis de que no estaban cumpliendo con el objetivo para el que fueron creados, Transforma Uruguay se propuso hacer un relevamiento y analizar los motivos de esa limitación. la diaria conversó con la coordinadora general del sistema, Cecilia Durán, quien sostuvo que se apunta a “revertir esa situación para que el desarrollo productivo efectivamente llegue a las mujeres”, con el objetivo de “lograr igualdad de oportunidades en términos reales y que esto se traduzca en igualdad en resultados”.

“Si uno mira la proporción de pymes [pequeñas y medianas empresas] en Uruguay, más del doble son de hombres, y si uno mira el número de emprendimientos, la tasa de actividad emprendedora de los hombres duplica la de las mujeres. Ahora, si encima se hacen cortes adicionales, como el tamaño de la empresa o el nivel socioeconómico, las brechas se profundizan. La realidad es que las mujeres están más concentradas en empresas chicas. De hecho, cuanto más grande es la empresa, hay menos participación de las mujeres en cargos directivos y directamente como empresarias”, afirma Durán. Un estudio del Banco Mundial de 2013, que relevó más de 600 empresas, lo confirma: sólo 19% de los altos cargos en Uruguay están representados por mujeres en pymes, mientras que en las grandes ese porcentaje sólo llega a 4%. “El hecho de que la mayoría esté liderada por hombres es un tema, porque si bien los instrumentos no discriminan –buscan llegar a todos y a todas–, en la práctica no lo están logrando”, concluye Durán.

Para “revertir” esta situación, Transforma Uruguay está haciendo un análisis del instrumental disponible en la actualidad. En primer lugar, aborda la realidad, los resultados y las estadísticas sobre mujeres, a fin de entender dónde están los principales problemas y brechas, a partir del análisis en conjunto con las instituciones y con el Consejo Nacional de Género, para que la solución que se encuentre esté validada y efectivamente sea una solución.

Según Durán, la situación de base muestra que hay una gran disparidad en números directos, que pasa por el acceso a los recursos: “Para las mujeres es más difícil en términos prácticos: acceden menos al crédito, tienen menor nivel de bancarización y menor uso de las TIC e herramientas informáticas, todas características que hacen que sea más difícil llevar adelante un negocio”. Entonces, más allá de que en el papel los instrumentos no discriminan y no buscan discriminar, en la práctica no están logrando su cometido de que sea una opción viable de vida y de negocios también para las mujeres.

La economista observa que hay mayor cantidad de hombres en los emprendimientos más innovadores, mientras que las mujeres se centran en los más tradicionales ¿Por qué? “Hay muchos factores, pero tiene que ver con que a las mujeres les cuesta percibirse como empresarias, entonces muchos de sus emprendimientos están relacionados con el autoempleo, por necesidades económicas y no tanto como visualización de negocio y con capacidad de crecimiento. Además, las empresas lideradas por mujeres muestran mayor aversión al riesgo asociado al crecimiento, y los proyectos innovadores son más riesgosos. Por otro lado, es un dato de la realidad que las mujeres tienen menor acceso a las áreas de ciencia y tecnología, tanto en las carreras y los estudios de posgrado y doctorado como en la investigación”.

Más allá de que haya cosas que hacer desde la política pública, la coordinadora de Transforma Uruguay sostiene que hay cuestiones culturales que hacen a las tareas de cuidados, la compatibilidad entre el trabajo remunerado y el no remunerado, que al día de hoy sigue recayendo sobre la mujer. “En muchos casos el emprendimiento es visto como una forma de manejar esos tiempos para poder trabajar desde la casa, y se forma sobre esa base”, afirma, en tanto apunta a “promover el salir de esa lógica y que la mujer pueda apostar a un emprendimiento por el proyecto en sí mismo y para visualizarse como empresaria, y no para resolver un problema de cuidados”.

La idea es contar con un diagnóstico claro y certero sobre la situación para mediados de año, y trabajar en pos de desarrollar nuevos instrumentos específicos para proyectos liderados por mujeres de cara a fin de año, y en otros casos ponderar diferente o buscar cierta cuotificación. “Queremos que haya mayor participación de las mujeres desde el punto de vista empresarial: lo ideal es la igualdad, que no haya diferencias de participación entre hombres y mujeres, pero mientras tanto nos proponemos acercar porcentajes”, afirma Durán.

Los instrumentos

Entre los 180 relevados, se identificaron cuatro instrumentos que tienen como beneficiarias directas y exclusivas a las mujeres.

Somos Mujeres Rurales. un fondo concursable para iniciativas de mujeres para el desarrollo rural sustentable que apunta a fortalecer las estrategias del Estado uruguayo por construir un Uruguay con inclusión social para mujeres y varones. A esta convocatoria se pueden presentar organizaciones, grupos o colectivos de cinco o más mujeres de 18 años o más, preferentemente radicadas en el medio rural o directamente vinculadas a la actividad agropecuaria. Esta política es impulsada por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca por intermedio de la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) y financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo. En octubre se convocará para la tercera edición de este proyecto. Las primeras dos convocatorias involucraron cerca de 200 mujeres.

Convocatoria 8M. Este programa se orienta a todas las empresarias de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que desarrollen actividades productivas o de servicios conexos a lo productivo y que además estén integradas a las cadenas productivas de interés del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), la cartera que otorga financiamiento en este maroc, por intermedio de fondos no reembolsables que promuevan la innovación, generen mejoras sustanciales en áreas claves de sus empresas e impacten positivamente en su competitividad ministerial. Desde 2009 hasta la fecha (en 2015 no hubo convocatoria) se presentaron 387 proyectos, 94 de los cuales fueron aprobados, y se vieron beneficiadas unas 159 mujeres. En 2018 se recibieron 33 proyectos, siendo aprobados seis y viéndose beneficiadas ocho mujeres.

Innova Mujer. Este proyecto piloto busca nuclear a empresarias que participaron en la convocatoria a mujeres empresarias 8M en una primera instancia o que provengan de otras políticas del MIEM o de otras políticas públicas para trabajar en conjunto en el eje de la innovación y la cocreación con visión de futuro, y es este el objetivo del proyecto.

Capital Abeja. Tiene como objetivo facilitar el acceso al financiamiento a los proyectos de jóvenes emprendedores cooperativistas, que demuestren ser viables desde el punto de vista técnico y financiero, pero que no pueden tener acceso al sistema bancario comercial y no son atractivos para los Fondos de Capital de Riesgo y Capital Privado establecidos en el país, por el alto riesgo y los elevados costos de transacción que involucran. Este programa es gestionado por el Instituto Nacional de Cooperativismo

Por otra parte, se identificaron otros programas que, si bien no están dirigidos a mujeres en forma específica, contemplan subsidios diferenciales o ponderaciones positivas si se trata de mujeres postulantes.

Finishing Schools. Es ejecutado por Uruguay XXI con el cofinanciamiento del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional. Este programa financia de forma no reembolsable hasta 70% de los costos de planes de capacitación a demanda de empresas con operaciones en Uruguay que impliquen exportaciones de servicios corporativos, tecnologías de la información, farmacéutica y salud, y de arquitectura e ingeniería civil. En el programa se aplica un subsidio diferencial cuando la participación de las mujeres en las capacitaciones es mayor a 60%.

Convocatorias de la DGDR. Todos los programas de esta dirección ponderan la presencia de mujeres con relación a la solicitud.

Fondo Industrial. Es un instrumento diseñado y alineado con el objetivo general de diversificar y tecnificar la estructura productiva nacional y desarrollar industrias de soporte que potencien la competitividad de las cadenas de valor existentes. Ejecutado por la Dirección Nacional de Industrias del MIEM, otorga fondos no reembolsables a proyectos enmarcados en sectores de actividad considerados estratégicos por la cartera. Una de las dimensiones en la obtención del puntaje para la selección del proyecto es la dimensión de género, medida en términos del involucramiento de la empresa en la política de género: en particular, el grado de equidad en la estructura de la empresa y las acciones implementadas o a implementar para una mayor equidad de género.