Desde hace unos meses se ven por las calles y veredas del centro de Montevideo monopatines verdes de la empresa mexicana Grin. El transporte se habilita a usuarios de una aplicación por 19 pesos la “bajada” más cuatro pesos adicionales por cada minuto de recorrido. A los cuestionamientos por la falta de seguridad para los conductores –e incluso para potenciales víctimas de un atropello por parte de estos– se suma ahora una denuncia por condiciones “extremadamente precarias” de salud y seguridad de los trabajadores de la “bodega”, como llaman al lugar donde casi un centenar de trabajadores cumple con las tareas de mantenimiento y carga de los vehículos.

Las oficinas administrativas de Grin se ubican en Sinergia Design, en la calle Colonia. En tanto, la “bodega”, donde se llevan a cabo las tareas de carga y mantenimiento, que antes se ubicaba en el barrio Goes, cerca del Mercado Agrícola, no cumplía con ciertas condiciones laborales. Raúl Ferrando, secretario de Derechos Humanos de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (FUECYS), se presentó ayer ante la comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, acompañado por un ex trabajador de Grin, entonces encargado de uno de los tres turnos que funcionan en el depósito, para reclamar por las condiciones de trabajo “extremadamente precarias” en la empresa.

Las denuncias refieren, por un lado, a carencias en las condiciones de seguridad. Ferrando dijo que a los empleados no se les provee de uniforme ni de zapatos especiales para el trabajo. Además de la carga y el mantenimiento de los monopatines, los empleados se encargan del recogimiento de los que quedan fuera de las “estaciones” designadas para reubicarlos, y en este sentido el dirigente llamó la atención sobre la falta de fajas para el cuidado, teniendo en cuenta el esfuerzo físico y las “fallas” en los vehículos con los que los recogen, “una especie de triciclos que tienen problemas de frenos, y la respuesta desde la empresa ha sido que frenen con ‘rebaje de cambios’”, sostuvo. También afirmó que la plataforma detrás de estos triciclos, donde pueden colocar hasta 20 monopatines, es “peligrosa” porque estos “sobresalen”, algo que “claramente es un incumplimiento de la reglamentación local”.

Asimismo, los trabajadores reclaman por condiciones “insalubres” de trabajo. Desde FUECYS cuestionan la exposición de los empleados al litio de las baterías. Ferrando alegó que se advirtió la existencia de baterías sobrecalentadas que “largan humo”, y no se cuenta con la protección necesaria. También dijo que “en otros países ha habido casos de explosiones por fallas y no hay un protocolo previsto”, y “no hay un plan de descarte”.

El trabajador despedido y el representante sindical tuvieron una reunión en la Dirección Nacional del Trabajo (Dinatra) del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), con representantes legales de Grin y de Manpower –la empresa intermediaria encargada de contratar los trabajadores que se encuentran en vínculo de tercerización–. Ferrando sostuvo que estos “no supieron explicar” los problemas, y que alegaron desconocer lo planteado, pero luego “se contradijeron”. Además, se constató la ausencia de prevencionistas de Grin y Manpower.

“El problema con esto es esta nueva modalidad de empresas, que ante el amparo de un vacío legal, se instalan y crean un vínculo de mercado con los usuarios, primero, e incluso con los trabajadores, pero no se preocupan por las derechos laborales hasta que pasa algo o se lo reclama”, afirmó el dirigente de FUECYS. También sostuvo que el hecho de que los trabajadores sean contratados por medio de una tercerización hace “más difícil la comunicación”. “Se quiere armar una representativa para sumar fuerza, pero los compañeros están asustados porque pueden ser despedidos, porque, además, están en los tres meses de prueba”, agregó.

En tanto, una fuente de la empresa dijo a la diaria que en Grin se manifestaron “sorprendidos” por las denuncias, que consideró “infundadas y sin sustento”. “Ya nos reunimos con el MTSS y Bomberos, organismos que hicieron sus inspecciones, y ninguno de los dos nos multó ni clausuró, sino que nos hicieron recomendaciones de aspectos a mejorar que, no sólo hicimos en nuestro anterior depósito, sino que también aplicamos en nuestro nuevo centro de carga y almacenamiento”, afirmó. Recientemente la empresa mudó su “bodega” a la calle Enrique García Peña esquina Vilardebó, que establece que “cumple con todos los estándares de seguridad y calidad necesarios”. “Hoy estamos operando ajustado a los requerimientos, y estamos esperando a ser llamados por las autoridades para mostrar cómo estamos operando en Montevideo”, agregó. También consideró que las semanas transcurridas desde que comenzó a funcionar esta forma de trasladarse por la ciudad fueron “mejores de lo esperado”. Con respecto a la desvinculación, consideró que “esta persona estaba trabajando por intermedio de una empresa tercerizada y en pleno período de prueba, por lo que no se lo desvinculó, ya que nunca tuvo un vínculo laboral directo con la empresa”.

El diputado del Partido por la Victoria del Pueblo Luis Puig, integrante de la Comisión de Legislación del Trabajo, afirmó que se trata de un caso de “precarización laboral extrema”, con “despidos arbitrarios”, “desconocimiento de derechos laborales, de categorías, de condiciones de seguridad y de salud”, y “deficiencias técnicas” de los productos que ofrecen. La comisión resolvió convocar a representantes de la Dinatra, de la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social, de la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, y de la empresa.

El mercado cuenta con más de 1.000 monopatines de Grin, a los que el viernes se sumarán los de la empresa estadounidense Lime y en junio los de la española Movo, con unas 600 unidades adicionales.