La empresa brasileña Petrobras –propietaria de las distribuidoras Montevideo Gas y Conecta– anunció el viernes la venta de ocho de sus 13 refinerías en Brasil y la red de 88 estaciones de servicio en Uruguay como parte de un Plan de Negocios y Gestión 2020-2024. A su vez, el presidente de la empresa, Roberto Castello Branco, afirmó al diario Estadão que negociarán con el gobierno uruguayo devolver la concesión de la distribución del gas y expresó que a la compañía no le interesa “la escala” en Uruguay, según recogieron varios medios.

En un comunicado, la empresa explica que los proyectos de “desinversión de las refinerías” apuntan a un “reposicionamiento de la cartera de la compañía en activos de mayor rentabilidad”, que posibiliten una mayor “competitividad y transparencia” al “segmento de refinación en Brasil”, y a lograr “la maximización de valor para el accionista”.

Ante el anuncio de la petrolera, la Unión Autónoma de Obreros y Empleados del Gas (Uaoegas) emitió un comunicado el sábado en el que exhorta al Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) a iniciar “rápidamente” las negociaciones con la empresa a “efectos de acordar su retirada” del país y, de esa forma, “resguardar el servicio público, a los usuarios y a la fuente laboral”. Además, la Uaoegas pide dejar sin efecto los envíos al seguro de paro y los despidos previstos. La empresa había despedido a un trabajador y enviado al seguro de paro a otros 20, pero ya anunció el despido de 37 personas más.

Los sindicalistas sostienen que el anuncio de la empresa “no es más que la confirmación” de sus denuncias: “Petrobras se quiere retirar, y por eso ya no le importa la gestión del servicio público de gas natural por cañería, lo que lleva a no tener una política de inversiones ni un plan comercial”. Esto, según plantean los trabajadores, trae como consecuencia “la pérdida de miles de usuarios” y “de decenas de puestos de trabajo con seguros de paro o despidos directos de más de 25% de la plantilla laboral”.

El dirigente de la Uaoegas Alejandro Acosta dijo a la diaria que la decisión de Petrobras no se debe a las medidas que han tomado desde el sindicato, sino que es parte de una estrategia más amplia de la empresa. “Petrobras tiene la intención de retirarse de Uruguay como se ha retirado de toda América Latina y del propio Brasil. Con el gobierno de [Michel] Temer se inició un proceso de destrucción de la empresa pública con la venta de activos, que ahora con [Jair] Bolsonaro se ha recrudecido”, sostuvo Acosta.

El dirigente manifestó que el Poder Ejecutivo “no se quiere hacer cargo del servicio” del gas por cañería y por eso no ha negociado la salida de la empresa de Uruguay. “Sabe que si no hay ninguna otra empresa privada que quiera hacerse cargo de la concesión, el servicio tiene que ser prestado por el Estado como establece el marco jurídico vigente”, manifestó. El dirigente planteó que si el martes “no hay novedades de ningún tipo”, los trabajadores iniciarán una huelga de hambre frente al MIEM.

“La propina” de Petrobras

El titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, afirmó que la decisión de la petrolera no está relacionada con el conflicto de los trabajadores con MontevideoGas, sino que “obedece a la intención de Bolsonaro de privatizar a una de las estatales más grandes” de la región, dijo el ministro a El Observador. “Venden ocho refinerías, 40.000 millones de dólares. Las estaciones de servicio en Uruguay son un pedacito, la propina”, añadió.

Por su parte, el precandidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, dijo a Telemundo que “no tiene dudas” de que habrá interesados en adquirir las estaciones de Petrobras, y que “hay que estudiar” si es conveniente para la distribuidora de combustible DUCSA (propiedad de ANCAP) adquirir la red.

En tanto, desde la oposición, el senador del Partido Nacional Álvaro Delgado anunció ayer, en su cuenta de Twitter, que citará al titular del MIEM, Guillermo Moncecchi, a la Comisión de Industria del Senado para que explique “los planes de contingencia” del gobierno a raíz de la decisión de la petrolera. Delgado sostuvo a Radio Montecarlo que “es una mala noticia para Uruguay que empresas de este porte, internacionales, sigan abandonando su actividad” en el país. “No es una buena señal para el país en un contexto en que Uruguay está carente de inversiones”, planteó.

No habrán consecuencias en distribución del combustible

En diálogo con la diaria, el presidente de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (Unvenu), Daniel Añón, dijo que la venta de las estaciones de Petrobras “no va a tener ninguna repercusión” en los servicios de combustible. “El tema es: en la situación actual, ¿a qué distribuidora de combustible le puede interesar comprar la red de Petrobras?”, se preguntó. A su vez, opinó que “ninguna petrolera de nombre” comprará una distribuidora en Uruguay, pero “es una oportunidad muy buena para crear una compañía nacional que pueda comprar Petrobras”.

Añón recordó que no es la primera vez que se vende una distribuidora de combustible en el país: “Petrobras compró a Shell la red que ahora está vendiendo, ANCAP compró la red de Texaco y hace poco Axion compró Esso”.