Los debates son un componente central de la construcción de la unidad sindical, pero dejan de ser mecanismos productivos para los intereses populares cuando toman el carril de la agresión gratuita.

El PIT-CNT, indudablemente, no es un apéndice del gobierno, y decir esto es un insulto a la rica historia de nuestro movimiento sindical y a los miles de mujeres y hombres que día a día forjan en cada centro de trabajo de Uruguay a nuestro PIT-CNT.

Es igualmente gratuito el insulto a cualquier compañero o compañera sostener que el altísimo honor de representar al movimiento sindical uruguayo en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o representarnos ante la heroica Central de Trabajadores de Cuba (CTC) son “viajecitos”.

La designación de compañeras y compañeros en la Mesa Representativa para estas importantes tareas, aprobada por unanimidad, lejos de ser parte de una lógica de transacciones, constituye un deber estatutario y una reafirmación política de la representación plural y unitaria de la diversidad del movimiento sindical. Hablar de esta tradición en tono despectivo es no jerarquizar las importantes tareas que llevaron adelante, al servicio del conjunto de las trabajadoras y trabajadores de Uruguay, compañeros de la talla del doctor Varela, del doctor Montero, de [Eduardo] Lalo Fernández y actualmente de Fernando Gambera. Las delegaciones del PIT-CNT se han conformado con pluralidad, integrando representantes de todas las corrientes, incluyendo a compañeros de la corriente llamada actualmente En Lucha.

Es igualmente insultante la descalificación a la dirección mayoritaria, que propuso el documento que establece la línea estratégica del PIT-CNT, avalada por 596 congresales, que equivalen a 58,92%. Asumir esto no implica desconocer o ignorar a las minorías, pero tampoco puede ocultarse que los posicionamientos sostenidos por las corrientes mayoritarias tienen el respaldo de la instancia máxima de dirección del movimiento sindical.

Existieron más visiones en el Congreso, que también forman parte de la rica diversidad del PIT-CNT y deben ser contempladas. El documento presentado por COFE, que tuvo el respaldo de 223 congresales, lo que supone 22,23%, refleja las posiciones de lo que hoy es la corriente En Lucha, y merece nuestro reconocimiento y respeto. Lo mismo vale para la visión que recoge el documento presentado por ocho sindicatos, apoyado por 152 congresales, 15,15%, así como para las 37 abstenciones, que representan 3,68%.

La diversidad es una de las características más sobresalientes de nuestro PIT-CNT, pero nuestras posiciones no pueden negar la existencia de mayorías claras, que se tienen que ver reflejadas en las visiones que el PIT-CNT planteó en el acto del 1º de mayo. Eso no implica en absoluto acallar a las minorías. No estuvo planteado en esos términos en nuestros organismos y no forma parte de nuestras prácticas. De hecho, las compañeras y compañeros se expresan en los medios de prensa y en los lugares en los que pueden y quieren hacerlo. En el acuerdo y en la diferencia, con las formas y contenidos de las visiones que sostienen las compañeras y compañeros, el respeto a la diversidad es un componente medular de la unidad sindical.

La polémica pública, y fundamentalmente en los organismos, puede fortalecer la unidad en la diversidad, pero no contribuye cuando se baja el nivel hasta lo inimaginable, mintiendo y descalificando a las visiones distintas. Adjetivos, afirmaciones y acusaciones tales como “apéndice del gobierno”, “reparto de viajecitos”, “un acto político-partidario”, “en lugar de ser representante de la clase obrera, Pereira parece un candidato”, forman parte de una forma nociva de afrontar las diferencias. Cinco minutos de fama no deberían ser motivo suficiente para disparar discursivamente contra el acto del 1º de mayo y contra los compañeros y compañeras dirigentes, sin medir consecuencias de ningún tipo.

A veces la persona a quien le toca ser presidente circunstancialmente tiene que hacer muchos silencios, defender cosas que no comparte y defender a las filiales del PIT-CNT en cada ocasión. En el caso de ADEOM he acompañado los conflictos desde 2001, y ningún compañero o compañera que estuvo en esas negociaciones puede decir que no la luché hasta el final.

A la unidad se la defiende en los esfuerzos colectivos, no en la lógica de que si yo no hablo no hay independencia, no se va a decir nada, porque es ponernos a nosotros por encima de la organización. Muchas veces, la unidad se presenta como una articulación política de dirigentes notables, y esto, sin que deje de asistirle razón al planteo, es una dimensión del proceso complejo que permitió iniciar un proceso que nace en cada centro de trabajo.

La unidad sindical expresa un acuerdo que se construye en función de una necesidad imperiosa para las trabajadoras y los trabajadores: actuar juntos para contraponer el peso que las patronales imponen en las relaciones laborales. No debe comprenderse el proceso unitario como una construcción cupular, es un proceso que emerge desde los centros de trabajo y que luego fue sintetizado por la grandeza de organizaciones que expresaron esa necesidad en acuerdos políticos.

Cada vez que se analiza una posición del PIT-CNT, conviene tener presente que esta responde a un proceso de debate que se desarrolla a lo largo y ancho del país, que atraviesa todas las ramas de actividad de la economía. Miles de mujeres y hombres participan en estos procesos, y por eso es que se transformó en una construcción tan sólida.

Por eso resulta imprescindible asumir, desde las posiciones de quienes tenemos responsabilidades circunstanciales de dirección, el cuidado de las herramientas. A la hora de la elaboración y de la acción, y en el cuidado de las opiniones que se hacen públicas.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, que se celebró en nuestro país con más de 30 actos y que se conmemora en cada rincón del planeta, es bueno tener la humildad de sentirnos parte de un colectivo inmenso y supeditarnos a lo que entre todos y todas construimos.

Fernando Pereira es presidente del PIT-CNT.