En un caso, la idea nace de cuatro estudiantes de Ingeniería en Informática de la Universidad Católica que se contactaron con Data –organización de la sociedad civil fundada en abril de 2012 que trabaja en temas de gobierno abierto, datos abiertos, acceso a la información pública y participación a través del uso de tecnología cívica– para enfrentarse a su tesis de grado que esperaban tuviera, además de una utilidad personal, un beneficio a la sociedad.

En el otro, se trata de un experimento que se hizo para un curso de grado de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración (FCEA) que finalmente se decidió abrir al resto de la población. Mediante una interfaz amigable y preguntas provocadoras, se busca contrastar las percepciones sobre desigualdad y pobreza con datos de la realidad y así generar un espacio de reflexión, contribuir a que la ciudadanía esté más informada y tome mejor partido sobre las políticas públicas actuales y futuras.

ochohoras.uy

“¿Querés saber cuánto se paga por tu trabajo? ¿Calcular el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF)? ¿Tus días de licencia?” Para empleados y todos los involucrados en el mundo laboral, se desarrolló ochohoras.uy, una herramienta web que se propone “cuidar los derechos de los trabajadores” y habilitar “otro punto de consulta” además del oficial –el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social– cuenta Daniel Carranza de Data, organización que tutoreó su desarrollo.

El viaje virtual empieza por indicar la ocupación de uno, con la guía del listado nacional de denominaciones de ocupaciones del Instituto Nacional de Estadística, a partir de lo cual, se muestra una serie de estadísticas sobre el salario: el promedio, el valor máximo y el medio, entre otros. También se presentan algunas estadísticas a calcular como el salario líquido, el aguinaldo, el salario vacacional, el pago por despido y por renuncia, la devolución anual de IRPF, el seguro de paro, las licencias por maternidad y paternidad y las llamadas especiales con goce de sueldo. En todos los casos, se presenta una definición del término y, a su vez, consideraciones a tener en cuenta como “plazos para el pago” y “situaciones en las que no se trabaja pero no se pierde el salario, en el caso del “salario líquido” y se adjunta la normativa legal asociada.

La información proporcionada es completa. Siguiendo con el ejemplo de la pestaña “salario líquido”, se tienen en cuenta los ingresos, las horas extra, las deducciones por los hijos menores y las personas en situación de discapacidad a cargo, por aportes profesionales, aportes a la Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), por retención del núcleo familiar, por mínimo no imponible, así como cónyuge o concubino a cargo, y finalmente se presenta el resultado: un desglose del cálculo líquido que incluye los montos nominales, los ingresos por horas extras y, por otro lado, los aportes jubilatorios y los descuentos del Fondo de Reconversión Laboral (FRL), Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) e IRPF.

Sólo “levemente desactualizada” en el caso del salario líquido –producto de los aumentos decretados desde 2015, cuando se realizó la aplicación que no se actualiza debido a falta de financiamiento­–, en los demás casos, como la legislación se mantuvo prácticamente incambiada, se estima que el proyecto sigue vigente.

Se trata de la primera experiencia de Data incubando un proyecto de fin de carrera, en este caso de estudiantes de Ingeniería en Informática de la Universidad Católica. Según explicó Carranza, se dio a través del acercamiento del coordinador de la carrera y profesor, Carlos Leonczuk y están “muy contentos por esta apertura de puertas a la tecnología cívica”.

La herramienta surge de la búsqueda conjunta de una temática que despertara el interés del grupo, aportara valor social y permitiera cumplir con las exigencias académicas del proyecto. El tema finalmente elegido provino de la inquietud de los realizadores, Martín Da Rosa, Martina Espinosa y Germán Quinteros frente a su primer encuentro con el mercado laboral, al intentar responder preguntas sobre sus derechos. Además contó con el aporte de la comunidad que se reúne en los llamados “Café de Data”, que ayudó a abrir información pública sobre laudos, códigos y subgrupos de los Consejos de Salarios –que está disponible pero no procesable por una máquina– y, también, a diseñar la experiencia de usuario y la interfaz de la herramienta; el diseño y la arquitectura surgen de un proceso de cocreación del equipo y Data, mientras que el desarrollo de la misma ha sido 100% realizado por Da Rosa, Espinosa y Quinteros.

Además de poder hacer todos los cálculos sobre salario, aguinaldo, despido, renuncias, impuestos, seguro de paro y licencias, permite visualizar datos de la encuesta continua de hogares, que recoge salarios (montos y cantidad) para todos los rubros del listado nacional de denominaciones de ocupaciones, y un enlace a los últimos acuerdos arribados en Consejos de Salarios.

Carranza sostiene que el resultado “superó nuestras expectativas” y que se trata de “un trabajo serio y preciso en la proporción de datos e investigación sobre normas y leyes laborales”; también que “lo más pobre” de la herramienta es la parte visual gráfica. El proyecto funciona como prototipo porque nunca se encontró un socio para llevarlo un poco más adelante, aunque establece que la posibilidad de asociación “sigue abierta”. Aún así, “sirve de insumo informativo útil”. “Los cálculos siguen siendo válidos porque no hubo grandes cambios en la legislación laboral” asegura Carranza.

desigualdad.edu.uy

“¿Quieres saber si tu ingreso laboral es alto o bajo en relación a otras personas con características como vos?”. Mediante la autoreferencia y la comparación, el grupo “Pobreza y Desigualdad” del Instituto de Economía (IECON) de la FCEA busca acercar a quien entra a la web desigualdad.edu.uy a una noción más real sobre la situación de pobreza y desigualdad en Uruguay. Muchas veces tenemos autopercepciones erradas y eso influye en la determinación de las políticas públicas. Fue a partir de esta premisa que los investigadores que la llevaron a cabo se propusieron aportar información y datos que contribuyan a una adecuada comprensión de estos fenómenos para la búsqueda de soluciones y al diseño de políticas públicas efectivas.

Más lúdica que la anterior, en este caso se presenta un personaje que invita a moldearlo a partir de las características propias: raza blanca u “otra raza”, nivel educativo –hasta primaria, ciclo básico, bachillerato o terciaria completada–, proveniente de Montevideo o el interior, varón o mujer, la edad –18 a 30 años, 30 a 50, 50 a 65 o más de 65– y, finalmente, salario y carga horaria. Una vez “armado” el personaje, podemos optar por ver cuánto gana en promedio “alguien como nosotros” y también cuánto ganaríamos si nuestra raza, género, nivel educativo o edad fueran otros.

Todo esto es para llegar al punto clave: un cuestionario interactivo que busca derribar falsos mitos y creencias sobre la desigualdad y pobreza. Así, se invita a que cada uno determine, según su perspectiva, cuál es la situación actual de ingresos, pobreza y desigualdad en Uruguay y también en comparación relativa con la de América Latina –y a su vez se contrasta con datos reales– y se propone imaginar una situación “ideal”.

La idea surgió para presentar como modelo interactivo de estudio en un curso de grado de la FCEA, vinculado a estos temas, y tomando como referencia ideas que se han hecho en otros países, pero se dieron cuenta de que, además de los motivos académicos, podría tener aspiraciones más altas, como contribuir a cerrar la brecha entre las creencias y la realidad a nivel de la sociedad.

“Existe una inconsistencia en las creencias de las personas y la realidad que lleva a tomar un conjunto de decisiones sobre políticas públicas que no están recogiendo la globalidad de los problemas, entonces lo que sucede es que no se toman decisiones que sean beneficiosas para toda la sociedad, en particular en temas de política redistributivas. En ese sentido, esta página se propone divulgar determinados aspectos, conjunto de estadísticas y resultados, fácilmente interpretables por el público en general, para contrastar con un conjunto de creencias y así acercarnos a información más fidedigna para la toma decisiones”, cuenta Martín Leites, profesor e investigador del IECON, parte del grupo creador de la web. Por su parte, Gonzalo Salas, también integrante del grupo “Desigualdad y pobreza”, agrega que “hay una literatura que plantea que la valoración sobre los problemas de la distribución está permeada por creencias” y que por otro lado, “las personas tienden a apoyar políticas redistributivas cuando perciben que no les van a afectar a ellas”, entonces, “buscando revertir esto, se crea desigualdad.edu.uy”.

“Las personas valoran los problemas distributivos a partir de la situación del otro: se es más rico si se tiene más que el otro, o también se está, en general, menos dispuesto a pagar impuestos si se percibe que no se va a beneficiar de esa contribución” considera Salas, quien entiende que la página lanzada a principios de abril puede servir para generar un espacio de reflexión, contribuir a que la ciudadanía esté más informada y tome mejor partido sobre las políticas públicas actuales y futuras.