Con presencia de cooperativas de varios puntos del país, convocadas por la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop), el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop) y la Intendencia de Canelones, por medio de la Unidad de Desarrollo Cooperativo y Apoyo a la Economía Solidaria, se celebró el sábado en la capital del departamento –también nombrada capital del cooperativismo 2019– el 95o Día internacional de las Cooperativas y el 25o Día Internacional de las Cooperativas de las Naciones Unidas.

El festejo comenzó con un espectáculo del grupo Ballet Folklórico Aborigen; luego hablaron representantes de diversas instituciones y cooperativas. La presidenta de la Cudecoop y de Cooperativas de las Américas, Graciela Fernández, abogó por una mayor participación de los jóvenes en el cooperativismo. Fernández congratuló a las Cooperativas de las Américas por su “importante y ágil” esfuerzo para incluir al movimiento cooperativo en el documento histórico por los 100 años de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que originalmente no lo había tenido en cuenta. “Las negociaciones fueron propiciando la modificación del texto original y se incluyó en la Declaración apoyar el papel del sector privado como fuente principal de crecimiento económico y creación de empleo promoviendo un entorno favorable a la iniciativa empresarial y las empresas sostenibles, en particular las microempresas y pequeñas y medianas empresas, así como las cooperativas y la economía social y solidaria, a fin de generar trabajo decente, empleo productivo y mejores niveles de vida para todos”, contó Fernández, quien remarcó que se trata de “un verdadero logro del cooperativismo internacional”. Esta imposición –declarada como “el 3+1”– “se dejó clara en la OIT y la vamos a seguir peleando en todos los ámbitos: los empresarios no nos representan”, afirmó la presidenta de la Cudecoop. Desde la presidencia de Cooperativas de las Américas, resaltó como desafío el “control social de las tecnologías que desafían las relaciones laborales tradicionales y habilitan nuevos procesos de concentración económica a escala global”.

También representantes de las distintas clases cooperativas dieron su visión sobre el movimiento. Por las cooperativas agrarias, participaron las Cooperativas Agrarias Federadas y la Comisión Nacional de Fomento Rural; por las de ahorro y crédito, la Cámara Uruguaya de Cooperativas de Ahorro y Crédito de Capitalización; por las de consumo, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Consumo; por las de seguros, SURCO; por las de trabajo asociado, la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay, y por las de viviendas, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua y de Ahorro Previo (Federación de Cooperativas de Vivienda).

En otro orden, se realizó un homenaje al molino Santa Rosa –“un emblema del cooperativismo nacional”– en su vigésimo aniversario. “Un grupo comprometido con su comunidad apostó a un proyecto colectivo, que fue respaldado por su pueblo, en una gran hazaña: recuperar su unidad productiva en manos de trabajadores, que eligiendo la autogestión se transformaron en una referencia de vivir y actuar en función de los principios y valores cooperativos”, reconoció el orador canario, quien destacó a la cooperativa como “ejemplo a nivel nacional, tanto por su solidaridad, como por su capacidad productiva, estimulando la solidaridad como práctica con otros emprendimientos cooperativos e impulsando el desarrollo del departamento, con estrategias innovadoras”.

En el marco del año en que Canelones oficia de capital del cooperativismo, se realizarán allí otras dos actividades destacadas: el Encuentro Departamental Intercooperativo, el 27 de setiembre, y Tercer Encuentro Nacional de Mujeres Cooperativistas, el 28 de setiembre.