El titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), Guillermo Moncecchi, habló ayer en los tradicionales almuerzos que organiza la Asociación de Dirigentes de Marketing, ahora en la chacra La Redención. Antes de empezar, el ministro saludó a Carolina Cosse, su antecesora, que asistió a escucharlo junto a otros integrantes del gabinete de gobierno. Moncecchi se refirió básicamente a la “industria uruguaya 2029” y contó que tiene un amigo que le tomaba el pelo porque le decía: “Bárbaro, ya estás pensando en dentro de dos o tres elecciones”, y que tiene otro, “un poco más malo”, que le decía: “¡El último año del gobierno! ¿Justo en el año electoral hablás de planificación, de cosas hacia adelante?”. Contestando a sus amigos, el ministro dijo que “justamente” una política industrial “no se hace de un año para otro”, sino que “exige una continuidad” y, “como política de Estado, tiene que ir más allá de los períodos de gobierno”, aunque, “por supuesto, debe tener la impronta de cada período de gobierno”. “Si queremos tener una política industrial, que como toda política tiene que ser por lo menos a cinco o diez años, debemos fijar los criterios conjuntos y de acuerdo entre los diferentes actores de la sociedad”, agregó. El ministro afirmó que si bien lo que define a 2019 es que “es un año electoral”, también “tiene otras dos características muy importantes”: “Es un año de rendición de cuentas para un gobierno, porque es su último año: es cuando dice cuánto prometió, cuánto cumplió. Pero también es el año de fijar la mirada hacia adelante y ver cómo sigue ese camino”.

Moncecchi dijo que para establecer una política industrial hacia 2029 se necesita tener un punto de partida, desde donde “se tiene que producir esa política industrial”. Entonces, apoyado por una presentación proyectada, presentó “algunos números” destacables del país. Destacó que si se tiene en cuenta la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay desde la década de 1960, “desde 2002 ha tenido la mayor tasa de crecimiento y de mayor duración que ha vivido el país desde que se mide”, y agregó que el PIB per cápita está “bastante por encima” del promedio de América Latina. Sin embargo, en referencia al PIB per cápita de la Unión Europea, el titular del MIEM sostuvo: “Hemos hecho mucho, hemos crecido mucho, pero tenemos mucho para crecer”.

También remarcó el crecimiento del salario real, de 61% en los primeros cinco años posteriores a 2005, y que desde ese año, cuando se reinstalaron los Consejos de Salarios, crecieron 27%. “Esto quiere decir que tenemos un país donde los salarios han estado creciendo constantemente, con todos los beneficios que implica eso para la población en general. También alguien me puede decir sí que eso implica mayores costos de producción. Tenemos que entender que es un país donde la gente está ganando bien y tiene que seguir ganando bien. Nuestra apuesta, en adelante, no puede ser reducir eso”, afirmó.

Moncecchi dijo que “hay una palabra que describe con bastante precisión la realidad de Uruguay, que es la palabra ‘estabilidad’”, y recordó el “mantenimiento del grado inversor” otorgado al país por Moody’s el martes. “Uruguay se muestra ante el mundo como un país estable, algo que nos permite definir política industrial, que de otra forma no podríamos hacer”, agregó. Además, destacó el aumento constante del Índice de Desarrollo Humano, afirmó que se puede aumentar el PIB per cápita “pero repartirlo más o menos o que no afecte la calidad de vida de las personas”, y opinó que su política industrial “también depende de cómo vive la población”.

La industria en Uruguay

Con respecto a la situación de la industria, dijo que “vista a largo plazo ha ido creciendo en general” y que “el aporte de las pasteras es muy relevante, por eso es tan importante la inversión de UMP en la segunda planta”. Sin embargo, aclaró que “el núcleo duro de la industria se ha mantenido con alguna caída en los últimos años” y esto preocupa, y que “la industria manufacturera en Uruguay vende sobre todo a la región y ese mantenimiento se ha dado en una región que ha caído muy fuertemente”. “Haberlos mantenido en esa región nos permite ser optimistas cuando la región vuelva a crecer”, añadió.

Moncecchi reconoció que hubo una caída del empleo, pero que la producción se ha mantenido, por lo que simplificadamente “se podría decir que ha aumentado la productividad”. Considera que debido a esta situación hay que apostar a industrias que generen puestos de trabajo”.

Según el ministro, hay sectores industriales con diferentes realidades, cada uno de los cuales “exige una política sectorial” específica. Destacó que hay sectores que tienen una producción creciente como la industria farmacéutica, que “creció de forma sostenida en los últimos cinco años a una tasa promedio de 5%, contra un total de la industria que creció a un promedio de 1,6%”, y como la industria forestal y de la madera en bruto, que “ha sido el principal producto que explica la evolución del sector, pero también ha habido exportaciones de tableros contrachapados que después del cierre de Urupanel bajaron pero ahora volvieron a subir, recuperando el nivel de 2014”.

Sin embargo, también habló de sectores “con caídas pronunciadas”, como la industria textil y de la vestimenta, “debido a temas de competitividad con el resto del mundo”. Dijo que por eso el gobierno ha apoyado la reconversión del sector asignando, entre 2012 y 2018, 27 millones de dólares por la Ley de la Industria de la Vestimenta. Señaló que hay industrias con comportamientos irregulares cíclicos, como las de vehículos o las curtiembres, y se mostró optimista en que “el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea abre nuevas perspectivas para este tipo de industrias”.

Moncecchi dijo que hacia adelante se debe incorporar el concepto de servicio como “parte integral” y que “va a ser cada vez más difícil distinguir industria manufacturera de industria de servicios”. “La industria hacia 2029 es una industria fuertemente basada en conocimientos, en la que los servicios cumplen un rol muy importante”, agregó.

Afirmó que hay sectores que están en condiciones de crecer, como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la industria de los videojuegos, “que figura en el lugar 84 en el mundo”: “Es una industria muy pequeñita en Uruguay, pero que involucra a cantidad de empresas pequeñas, mucha gente joven que ha tenido casos de éxito a nivel mundial”. En este sentido, dijo que “capaz que hay sectores que no tenemos en el radar y a los que tenemos que apoyar porque son dinámicos, con jóvenes hijos del Ceibal y de la fibra óptica”.

Por último, sostuvo que los ejes de trabajo para la industria de 2029, en los que ya se viene trabajando, son la promoción de la innovación, la I+D (innovación y desarrollo) empresarial y la internacionalización (“vender al exterior es fundamental”, subrayó, al tiempo que destacó el trabajo realizado en Transforma Uruguay y Uruguay XXI, así como el próximo lanzamiento de Tu Exporta, el nuevo sistema simplificado para las exportaciones de micro y pequeñas empresas). Agregó que se está trabajando en ocho “hojas de ruta”: TIC, “con énfasis en aprendizaje automático, “eso a lo que ahora le dicen inteligencia artificial”; turismo; forestal y madera; biotecnología; industrias creativas (audiovisual y diseño); servicios globales y logística; farmacéutica y salud humana, y producción de alimentos. “Todos estos sectores están elaborando una hoja de ruta, en la que me planteo lo que quiero ser en 2029 y qué cosas tengo que hacer mañana para consolidarlo. Todas esas hojas de ruta comparten esa lógica”, sostuvo.