Entre tantas situaciones críticas de falta de trabajo que está generando la emergencia sanitaria decretada por el gobierno el 13 de marzo, a causa de la pandemia del coronavirus, está la de quienes tienen las concesiones de las cantinas de Secundaria y UTU, ya que, obviamente, los centros educativos permanecen cerrados. Ante esto, un grupo de representantes de estos trabajadores se comunicará hoy con la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Diputados para plantarle su situación.

Adriana Maciel, que tiene la concesión de la cantina del liceo 72 del Cerro, dijo a la diaria que en su caso se enteró de que luego del 13 de marzo cerraba el liceo y “ya está”, no hubo comunicación alguna de la dirección del instituto en relación a su trabajo. Explicó que los cantineros que tienen la licitación pagan alquiler todos los meses a Secundaria, además de los impuestos correspondientes al Banco de Previsión Social y Dirección General Impositiva.

“Nuestra situación es aún más de fondo, porque veníamos de las vacaciones: en enero no tuvimos actividad, no pagamos alquiler, pero en febrero y marzo sí ‒se paga un porcentaje, pero se paga‒ y teníamos toda la mercadería para arrancar de lleno. Algunos compañeros ni siquiera pudieron sacar la mercadería de adentro del liceo. Yo no tuve ningún inconveniente para retirarla, pero estamos a expensas de lo que decida el director en cada centro educativo”, sostuvo Maciel.

Agregó que la única información que se le dio en su caso es lo que dice el reglamento de Secundaria, que los meses en los que no hay actividad no deben pagar el alquiler de la cantina, pero subrayó que el problema es que tampoco tienen ingresos porque “no se les permite” trabajar. “Tenemos un local que está cerrado y no podemos acceder a él, entonces, nos obligan a cerrar. No es como tener una peluquería que, más allá del riesgo sanitario, vos decidís abrir o no; nosotros no podemos tomar esa decisión”, subrayó.

Maciel dijo que algunos de sus colegas disponen de ahorros, pero en su caso no tiene “nada”, y sólo atinó a comprar “una bolsa de harina y materias primas” como para poder empezar cuando se dé la oportunidad. “Pero en dinero no hay nada y venimos de la inactividad: en enero no se hizo nada, en febrero estuvo abierto por los días de exámenes pero hay pocos estudiantes”, finalizó.

A todo esto, en un comunicado de hace pocos días, el colectivo de cantineros le solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que considere otorgarles “un período especial de suspensión de pagos de obligaciones tributarias desde el mes de marzo”, así como “algún tipo de ayuda o subsidio” para mantener a sus familias. Además: “Amparar a trabajadores que no cuenten con la antigüedad para acceder al subsidio por desempleo, hasta tanto se normalice nuestra situación y podamos volver a trabajar, afrontar nuestras obligaciones tributarias y seguir nuestra vida”.