Este miércoles se llevó adelante el evento “Banca ética: una mirada de cercanía para financiar a la industria audiovisual”. En la presentación comentaron que, según proyecciones de la Unesco, las industrias creativas se convertirán en los próximos años en 10% de la actividad mundial. En 2019 generaron dos millones de empleos en América Latina y el Caribe. 2021 fue declarado Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible por la Organización de las Naciones Unidas, y se calcula que en 2019 se invirtieron cerca de 5.700 millones de dólares en producciones audiovisuales y se generaron 1,6 millones de empleos directos e indirectos en la región.

En las ponencias participó, entre otros, el español Joan Melé, promotor de Banca Ética Latinoamericana y presidente de la fundación Dinero y Conciencia. En su disertación marcó la relevancia de la producción cultural, dijo que estamos bajo una tercera guerra mundial disimulada y en un momento en el que “humanizamos la técnica y robotizamos a los seres humanos”. “El único camino para seguir siendo humanos es el arte”, dijo. Melé reivindico la importancia del arte en general, algo que está quedando de lado porque hoy “vale sólo lo que nos deja dinero, pero si la vida es sólo la lucha por la sobrevivencia, ¿por qué hacemos poesía?”, reflexionó.

Para Melé, la economía no puede estar basada en el consumo, porque “cada año en julio ya consumimos todo lo que el planeta puede dar para todo el año” y la cultura queda de lado, destinada sólo al tiempo libre. “Desde el punto de vista filosófico, la economía basada en la cultura es lo que nos va a permitir ser humanos”, sostuvo, y agregó que es importante que además de aprender raíces cuadradas se enseñe, por ejemplo, a hacer una película.

También sostuvo que en sus recorridos por América Latina, desde 2000, cuando inició Banca Ética, encontró quejas sobre la corrupción, y se preguntó qué tipo de sociedad queremos construir, ya que en la actualidad los países más ricos son los que tienen un alto porcentaje de suicidios. “La vida no es tener el mejor trabajo, ganar dinero y comprar cosas”, acotó, y enfatizó que “es urgente recuperar la cultura porque nos permite vivir como humanos”.

En su presentación dijo que al iniciar en España el proyecto muchos se reían y calificaban el concepto de banca ética como un oxímoron, pero él se preguntaba cómo puede existir una banca no ética en la que la gente confía su dinero, sin saber a dónde se destina. “Nos pusieron la etiqueta porque decidimos en qué empresas vamos a apostar”, y son aquellas en las que se hace un aporte a la cultura. Además, aseguró que “los bancos no tienen dinero, lo gestionan, por lo tanto los clientes tienen derecho a saber qué se hace con ese dinero, y el banco tiene que tener una transparencia absoluta”.

Melé defendió el rol del banquero, a pesar de que, según dijo, se convirtió en una “mala palabra”. “Reivindico el orgullo de ser banquero”, dijo, y aseguró que es un oficio que se desarrolla en contacto con la sociedad, saliendo a ver qué proyectos tienen un propósito positivo. Aclaró que en este tipo de institución el asesoramiento es fundamental y que para esto han incorporado especialistas en distintos sectores, como puede ser en energías renovables o en proyectos audiovisuales. Los préstamos que otorgan son “a la medida, porque queremos que aquello que hace bien a la sociedad salga adelante”. “Sólo hay riesgo cuando no conoces y no entiendes”, afirmó. Ese conocimiento les permite adaptar el préstamo a las características de cada sector y ver en qué plazo se puede pagar.

“El banquero lo que tiene que hacer es salir a la calle para saber lo que pasa en la comunidad. ¿Qué necesita el mundo? ¿Qué es lo que podemos aportar? Eso es lo que nos hace felices, uno puede ir con una idea teórica, pero hay que percibir las necesidades y no lo que uno quiere”, expresó.

Hoy en el mundo hay 74 bancos con 100 millones de clientes trabajando con el concepto de banca ética, y “muchos que están cambiando para poder entrar en esta calificación”, sostuvo. Explicó que otra de las funciones del banco es la de crear redes para conectar a las personas, muchas veces sin que el banco entre en el negocio. “No es para ganar dinero”, dijo, y aseguró que está demostrado que las economías basadas en el apoyo mutuo son más rentables que las basadas en la competencia.

Finalmente, Melé dijo que participaron en casi todos los proyectos audiovisuales que se han realizado en España, a excepción de los que tienen un contenido político. Vieron el valor que la industria audiovisual está aportando sin tener acceso al crédito, porque luego de la crisis de 2008 los bancos tradicionales retiraron el crédito incluso a las empresas que les iba bien.