En el último mes, el Parlamento aprobó tres leyes que el movimiento sindical rechaza y que formaron parte de las críticas del PIT-CNT en el acto del 1o de mayo: la norma que establece la obligatoriedad de la personería jurídica para los sindicatos y gremiales empresariales, la ley de reforma jubilatoria y, esta semana, la norma que modifica la ley de negociación colectiva aprobada en 2009. Sobre esta coyuntura, y sobre las perspectivas de los trabajadores de cara a la próxima ronda de Consejos de Salarios, la diaria dialogó con el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala.
¿Cuáles son los puntos que el movimiento sindical considera más negativos de la ley que introdujo modificaciones a la negociación colectiva, aprobada esta semana por el Parlamento?
Toda la ley es compleja, porque parte de la base de intentar responder al resultado de una queja histórica de la Cámara de Comercio y de la Cámara de Industrias contra la ley de negociación colectiva aprobada en 2009, que desde nuestra perspectiva fue un avance democrático muy importante, que democratizó las relaciones laborales en el país, que logró que accedieran, por primera vez en la historia, a los Consejos de Salarios los asalariados rurales, las domésticas, sectores que estaban excluidos incluso de la ley de consejos de salarios de 1943. Y es una queja que se constituyó en una bandera política del empresariado. Desde 2009 presentan un año sí y otro también esta queja en la OIT [Organización Internacional del Trabajo]. Y esta ley pretende resolver el impacto en las resoluciones de la OIT de la queja patronal, avasallando los derechos de los trabajadores. Por tanto, toda es mala, pero particularmente es mala la disposición que elimina la ultraactividad de los beneficios en la negociación colectiva, porque cambia de modo radical todas las condiciones de la negociación, y deja de considerar –como se entendía de acuerdo a las mejores tradiciones jurídicas del país– que la parte trabajadora es la más débil en la relación laboral. Flecha la cancha abiertamente a favor del patrón, porque si a mí, organización sindical, me cuesta un montón consagrar un nuevo beneficio, ahora se agrega otro factor: que además de consagrar ese nuevo beneficio, debo definir su tiempo de duración. Entonces, de pique está flechando la cancha a favor del patrón.
En el caso de la eliminación de la ultraactividad, y también en el caso de la personería jurídica, se argumenta por parte del oficialismo que se está cumpliendo con recomendaciones de la OIT, aunque la OIT no recomienda específicamente ni una cosa ni la otra. ¿Cómo ves esos argumentos?
Con respecto a la ultraactividad, lo que recomienda la OIT es que las partes busquen llegar a un acuerdo. Aquí se puso la posición patronal. Y con respecto a la personería gremial, lo que establece la OIT es que es parte de la autarquía del movimiento sindical, esto es, de su capacidad de organizarse de acuerdo a su leal saber y entender. Lo que establece la OIT es que es voluntaria la personería jurídica de la organización sindical; si así lo entiende, la solicita, y si no lo entiende, no. La prueba está en que en Uruguay la inmensa mayoría de los sindicatos tenemos personería jurídica. El problema está en que, a la hora de penalizar, aquí la única parte penalizada es la trabajadora. Del sector empleador no se dice nada. Para la parte trabajadora, si no se presenta a solicitar la personería jurídica, pierde el derecho al descuento de la cotización sindical por planilla. También sesga la cancha a favor del patrón, porque del otro lado, a las organizaciones empresariales, no se les pone ninguna penalidad.
¿Cómo es la situación de los sindicatos que no tienen personería jurídica después de la aprobación de la ley? ¿Tienen algún dato desde el PIT-CNT?
No tenemos esa información porque hemos estado mucho más abocados a enfrentar el ajuste fiscal por la vía de la reforma jubilatoria del gobierno que con trámites de ese tipo. Además, esta ley, como está enganchada con la de la negociación colectiva, establece que la organización que no tiene personería jurídica pierde su derecho a la correcta información para tener una negociación de buena fe de la parte empleadora. Son las dos penalidades que hay.
En Uruguay hay un rango de derechos garantizados de una escala superior, no solamente es libre y voluntaria la negociación y el acuerdo. ¿Por qué diablos Uruguay recibe una reprimenda de la OIT por estar un escalón más arriba del promedio?
Volviendo a la negociación colectiva, Uruguay sigue por ahora en la lista negra de la OIT, ¿desde el movimiento sindical cuál les parecía el mejor mecanismo para salir de esa lista negra?
Este mecanismo no es, y nos lo demuestra la patronal. La patronal ya dijo: “Ojo que el punto de que no se pueda definir el aumento salarial en los consejos de salarios no está tenido en cuenta”. Que no es una solución lo demuestran las patronales, que van a seguir insistiendo con la queja. Para nosotros la solución es una solución negociada. Pero acá hay un problema que es de tipo civilizatorio. El promedio de los países que están comprendidos en la OIT tienen un criterio de negociación “libre y voluntario”, entre comillas, porque yo cuestiono que en la sociedad capitalista efectivamente pueda haber una negociación libre y voluntaria, en tanto y en cuanto el resultado de la negociación viene muy intermediado por el tamaño de la masa de desocupados, porque así funciona el sistema. Pero en Uruguay hay un rango de derechos garantizados de una escala superior, no solamente es libre y voluntaria la negociación y el acuerdo. ¿Por qué diablos Uruguay recibe una reprimenda de la OIT por estar un escalón más arriba del promedio? Porque en Uruguay todos los trabajadores a partir de la ley de negociación colectiva tenemos por lo menos algo de ajuste salarial garantizado, en tanto si no hay acuerdo obrero-patronal, en el consejo de salarios se vota. Es decir, la OIT está tirando para abajo una experiencia que sobresale con respecto al promedio general, y nosotros no estamos de acuerdo. El problema es que hay que negociarlo como paquete, no como cuentagotas. Es decir, en determinado momento nosotros pensamos en mejorar los mecanismos de negociación previa, algunos cambios que pudieran significar un acuerdo que fueron rechazados por las patronales luego de que algunos de sus dirigentes los hubieran aceptado. La contraparte de una situación de este tipo, que ya de por sí es muy difícil, es que no presenten más ninguna queja ante la OIT. Ahora salió esta ley pero seguramente la patronal mantenga la queja.
Ellos plantean que el punto más importante que reclaman no está contemplado en esta ley.
Es inútil, estos cambios son inútiles hasta desde el punto de vista que los fundamenta.
¿Qué perspectivas tiene el movimiento sindical de cara a la próxima ronda de consejos de salarios? ¿Hay alguna pauta que consideren aceptable para la recuperación del salario real?
La pauta principal para nosotros es unidad y lucha. Es decir, ir con una plataforma que tenga que ver no solamente con nuestra suerte gremio por gremio, sino desde una perspectiva de pensar en un programa de desarrollo para el conjunto del país. Por ejemplo, vamos a levantar la bandera de la reducción de la jornada de trabajo sin reducción del salario. Más allá de que nosotros reivindicamos una ley, y de que no resolvería el asunto si sólo hay avances en los consejos de salarios. Vamos a plantear la necesidad de creación de puestos de trabajo de calidad. Y no alcanza solamente con la recuperación del poder de compra del salario real, porque si el PIB [producto interno bruto] creció 3,5%, y al mismo tiempo la masa salarial se achicó 2%, no alcanza con recuperar ese 2% que se achicó sino también que los salarios acompañen el crecimiento del PIB. Va a ser una negociación con una plataforma muy consensuada por la parte trabajadora y también con mucha movilización.
¿Te parece que la actitud empresarial respecto de los trabajadores ha variado con el cambio de gobierno, o son dos fenómenos independientes?
No, tiene muchísimo que ver, porque nosotros hoy estamos teniendo básicamente conflictos defensivos. Si tú mirás el conflicto del supergás, si mirás lo que está pasando ahora en Ricard, son todos conflictos defensivos desde el punto de vista de que hay despidos con contenido antisindical. Mismo la LUC [ley de urgente consideración] hace que las patronales estén mucho más atentas a aplicar las cláusulas que las salvaguardan en la relación laboral y en el conflicto que a poner cabeza desde el punto de vista de encontrar soluciones creativas a los problemas. Entonces, estos consejos de salarios se van a desarrollar en un ambiente complejo desde el punto de vista de una notoria campaña antisindical.
Esta semana el PIT-CNT se reunió con el Frente Amplio por el tema de la reforma jubilatoria. ¿Qué camino visualizás como más viable para dejar sin efecto o modificar la reforma, el del plebiscito para cambiar la Constitución, o debería apostarse a que en el próximo período de gobierno haya mayorías parlamentarias distintas que permitan hacer esos cambios?
Capaz que las dos cosas van de la mano. Porque si desde el punto de vista del movimiento popular se levanta un plebiscito que declara sin efectos jurídicos este ajuste fiscal encubierto, y pone algún principio general básico de la seguridad social, y encomienda en determinado plazo que el Parlamento, por la vía también de un diálogo social, elabore una reforma nueva, capaz que las dos cosas se pueden hacer. Lo que nosotros celebramos es que a partir del planteo del 1o de mayo hay mucha gente interrogándose sobre la pertinencia de este camino. El 16 vamos a abrir la discusión para que las organizaciones midan todos los pro y los contras que los caminos pueden tener. No va a ser una discusión hasta el año de las calendas griegas, porque nosotros tenemos tiempo hasta abril para juntar las firmas... Pero yo creo que sí, que es viable. Siempre dependiendo del tipo de discusión que se desarrolle en el movimiento sindical. Además, nosotros antes, ahora y siempre nos vamos a mover con el criterio de promover la mayor unidad sin exclusiones de todas las fuerzas que componen el campo popular o, en este caso, de quienes han tenido visiones críticas sobre la reforma. En mi cabeza, en la mesa representativa correspondiente a julio, esto hay que resolverlo. Pero bueno, hay muchas cabezas, por suerte.
La gente si puede conseguir algo más barato en otro lado, tiene derecho a ir, porque acá han rebajado el salario, acá hay una carestía y un costo de vida que es terrible.
Esta semana el gobierno anunció medidas por la situación del litoral, ¿cómo las ven desde el movimiento sindical?
Se están estudiando. Para mí pueden generar algún pequeño alivio en algún sector, pero el problema es muy, muy grave. Es una sinrazón que existiendo el Mercosur no haya una elemental coordinación macroeconómica. Y no hay con qué darle, porque además la situación en Argentina cambia día a día, entonces no hay forma. Por eso yo le veo poco calado a eso. Cerrar la frontera es imposible. Y también hay que decir otra cosa: la gente si puede conseguir algo más barato en otro lado, tiene derecho a ir, porque acá han rebajado el salario, acá hay una carestía y un costo de vida que es terrible. A no ser algunos grandes capitalistas que se aprovechan y van para otra cosa. Y eso se resuelve con coordinación macroeconómica, no se resuelve de otra manera.
El ambiente y el movimiento sindical
Esta semana el PIT-CNT sacó un comunicado por el tema del agua, en el que se refirió al modelo productivo. ¿Qué lugar considerás que le ha dado el movimiento sindical al tema del ambiente? ¿Hay alguna autocrítica para hacer en relación con eso?
Creo que ha sido insuficiente la elaboración y la postura del movimiento sindical con respecto al medio ambiente en lo concreto. En lo más general, digamos que si llevás hasta sus últimas consecuencias la cláusula que está en el estatuto, nosotros apuntamos a una sociedad sin explotados ni explotadores; y en esta sociedad hay una planificación acérrima en cada empresa y unidad productiva, pero una anarquía de la producción en la que el mecanismo de ajuste es el mercado, y el único leitmotiv de la producción es la ganancia y la acumulación. Bueno, desde esa perspectiva, tenemos una mirada crítica, de construir una sociedad mucho más equilibrada, mucho más basada en el ser humano y sus necesidades que en la acumulación de capital, con las consecuencias nefastas que tiene para lo natural y lo humano. Pero, en lo concreto, yo creo que el criterio de sustentabilidad ambiental de la matriz productiva y de los lugares de trabajo, o visto de otra manera, el criterio de justicia social, no solamente pensado como un correcto reparto de la riqueza con la generación actual, sino desde una perspectiva de distribución intergeneracional de la riqueza, nos ha llevado a ser mucho más atentos a estas cuestiones. Y nuestra interacción con los movimientos sociales, nuestra amistad con Redes-Amigos de la Tierra, nuestra interacción en la Intersocial, nos ayuda también a incluir dimensiones que hacen parte del planteo transformador del movimiento sindical.
Hay movilizaciones autoconvocadas todos los días por el tema del agua, ¿el PIT-CNT va a considerar participar?
El PIT-CNT resuelve una movilización el martes 16. No quiero decir al detalle las características porque lo venimos conversando con los compañeros del Secretariado, lo conversamos con FFOSE [Federación de Funcionarios de OSE], pero es muy probable que el martes esto esté arriba de la mesa. No va en desmedro de las que se están haciendo, sino hacer una convocada por el PIT-CNT y que vaya todo el mundo.
¿Tienen fecha para la movilización?
Yo creo que sería la semana que viene. Sin ser de un día para el otro, pero también para tener un tiempito para poder convocar a la gente, avisarle.
Cuando se instaló la primera planta de UPM, algunos ambientalistas le achacaban al movimiento sindical tener una visión en la que privilegiaba solamente el empleo y no atendía las cuestiones ambientales. ¿Te parece que hay algo de eso?
Esa inversión se anunció en un momento del país que era muy complejo desde el punto de vista del trabajo, eso es cierto. Pero de alguna manera nosotros teníamos una visión crítica mucho más desde la economía política de esa inversión que desde el aspecto ambiental; todo lo que tiene que ver con la zona franca y con la asimetría que se produce respecto del resto del aparato productivo. Pero al final de cuentas, se juntan las cosas. Porque la postura del movimiento obrero desde el punto de vista de los estímulos y los desestímulos a la inversión y a qué tipo de inversión se desarrolla, y de si queremos apostar a una matriz productiva distinta, se choca con utilizar el desarrollo forestal solamente desde el punto de vista de los commodities. En aquel momento, claro, había mucha necesidad de trabajo. Si me preguntás ahora, muy probablemente la posición del movimiento sindical no sea exactamente la misma, porque en aquel momento no había ninguna planta, ahora hay tres.
Con UPM II tampoco hubo oposición.
Pero yo creo que el movimiento sindical miró con más distancia ese proceso, me da la impresión.
¿Cómo se está desarrollando el Congreso del Pueblo?
Hubo ya dos reuniones de la totalidad de las organizaciones que componen el Congreso del Pueblo. En la última se acordó desarrollar cinco ejes temáticos: trabajo de calidad y matriz productiva; distribución de la riqueza y derechos; otro tipo de derechos vinculados al reconocimiento y el combate a la discriminación; convivencia ciudadana y seguridad; y cambios jurídicos que se requieran. Se vio que esos cinco ámbitos se empiecen a reunir y, además del diálogo de las organizaciones, se va a trabajar en los barrios. La idea es desarrollar elementos de consenso de todas las organizaciones y que en agosto se pueda procesar una síntesis primaria de estas cosas.
¿Aspiran a que, por ejemplo, este reclamo de las seis horas pueda incluirse en el programa de algún partido político en las próximas elecciones?
Sí, nosotros aspiramos, más que a lo de las seis horas, a la cuestión de la reducción de la jornada de trabajo, que puede tener distintas formas de implementación. Yo estoy pensando, por ejemplo, en una ley que haga que nuestro país quede enganchado en las 40 horas semanales, pero en las distintas ramas puede haber distintas formas. Esa bandera de la reducción de la jornada laboral aspiramos a que empiece a avanzar, porque Uruguay está atrasado no solamente contra Islandia, contra los países del mundo desarrollado, sino incluso contra los países de América Latina.