La Federación de Obreros, Papeleros, Cartoneros del Uruguay (Fopcu) e integrantes del sindicato de la madera, celulosa y papel de Finlandia han mantenido una serie de reuniones y compromisos sindicales en Montevideo, en un relacionamiento que data de 2006 y que ha tenido otras instancias tanto en el país europeo como en la capital uruguaya.

En representación de Finlandia llegaron al país nueve dirigentes del sector y delegados del Centro de Solidaridad Sindical de Finlandia (SASK, por sus siglas en inglés), un organismo no gubernamental pero bipartito en la conformación de recursos operativos: aportes del gobierno y de los trabajadores. Janne Ronkainen, director ejecutivo de SASK, dialogó con la diaria sobre su visita a Uruguay y su organización.

SASK fue fundada en 1986 por la Confederación de Sindicatos de Finlandia y sus organizaciones gremiales afiliadas. Las oficinas se ubican en Helsinki, capital de Finlandia. Actualmente cuenta con 35 sindicatos adheridos. Ronkainen, que destaca los 38 años de existencia de la organización, explica que es una entidad de defensa de los derechos humanos, y que uno de los cometidos que tiene es promover los derechos básicos y elementales que fomenta la Organización Mundial del Trabajo (OIT). Aclaró que hoy SASK no tiene relación directa con las empresas, como puede ser UPM.

“Somos una organización que recibe ayuda de parte del Estado, pero esos fondos no podemos utilizarlos en viajes como este a Uruguay. Entonces, son fondos para la cooperación y el desarrollo, y como a Uruguay se le considera un país más desarrollado que otros, y que salió de la lista de países en desarrollo, donde podemos utilizar esos fondos parcialmente del Estado es en algunos países pobres de África y Asia”, explicó Ronkainen.

¿Cómo puede definir la misión y objetivo de SASK?

Nos definimos como una organización de derechos laborales. Tenemos operaciones en varias partes del mundo, con fondos de sindicatos de Finlandia, pero también con recursos estatales. Allá contamos con un sistema que si se cumple con ciertos reglamentos se pueden obtener recursos del gobierno para la cooperación. Lo que estamos haciendo en Uruguay no tiene que ver en nada con los fondos del Estado. Visitamos el país solamente con recursos de los sindicatos. En Finlandia hay casi 2.000.000 de trabajadores sindicalizados, y de esa cantidad 1.600.000 son empleados afiliados a sindicatos que integran SASK, tanto del sector público como del privado.

¿Cómo nace la relación entre SASK, los sindicatos que nuclea y los gremios uruguayos?

Diría que la relación es antigua. Yo tengo unos 17 años en la organización, y el vínculo comenzó antes. Se inició con las primeras inversiones que venían de Finlandia a Uruguay, en el sector de la celulosa. Creo que fue con la planta de Botnia [actualmente UPM I, en Fray Bentos]. En esa época, los sindicatos de Finlandia querían establecer sus relaciones con sindicatos de Uruguay para garantizar que las empresas finlandesas no estuvieran explotando la mano de obra uruguaya.

¿Qué se cosechó en tantos años de relación entre los sindicatos de ambos países?

Uruguay es diferente a lo que era 20 años atrás. Era más pobre, pero al mismo tiempo muy democrático, y con un movimiento sindical bastante fuerte, en comparación con los demás países latinoamericanos. Esto comparando con lo que fue trabajar con otros países. Entonces, desde nuestro punto de vista, la base sindical en Uruguay es muy fuerte y muy buena, y lo que tal vez no entendían los sindicatos del sector papelero es cómo funcionan las empresas multinacionales. Esa fue la ayuda que los sindicatos de Finlandia brindaron a los sindicatos de Uruguay. Estamos hablando de una nueva forma de trabajar conjuntamente entre los sindicatos de ambos países, y no solamente en el sector de la celulosa, también con los gremios que forman parte de la cadena de valor. Me refiero a la parte de bosques, viveros, árboles, transporte, sector químico y el área de mantenimiento. Tratamos de tener una visión más amplia y vínculos entre todos los sindicatos que están en esa cadena de valor.

¿Qué aportó la organización sindical uruguaya a los gremios que integran SASK?

Para los sindicatos de Finlandia ha sido un proceso entender qué tipo de impacto puede tener una empresa grande que llega a un país relativamente pequeño. Es que Uruguay es un poco más pequeño que Finlandia en cantidad de población. Ustedes tenían aquí un poder político que era muy favorable a las inversiones, pero también favorable a los sindicatos. Han tenido un espacio tanto para la economía como para las organizaciones sindicales. Han podido avanzar mucho, y no solamente en términos económicos. Uruguay ha crecido mucho y se nota.

¿Podría definir el crecimiento y expansión de empresas como UPM?

Es muy particular. Por lo menos para empresas finlandesas. Tenemos una experiencia un poco parecida, que fue la empresa Nokia, que creció rápidamente en varias partes del mundo. Pero es real que no se puede comparar con la producción de celulares. Es distinto a las inversiones que se realizan durante varias décadas.

En Uruguay hay tres plantas de celulosa.

Sí, es realmente interesante. Se ha invertido mucho en este país. Y eso no ha ocurrido con otras empresas. Lo habitual es que se realicen varias inversiones en distintos lugares, y esto por muchas razones. No soy experto, pero por lo que tengo entendido se ha considerado a Uruguay un país estable, donde hay mano de obra capaz, donde hay tierras, donde se puede hacer este tipo de inversiones pensando en los próximos 50 años. Creo que UPM ha realizado un trabajo profundo como para decidir hacer este tipo de inversiones. Entonces tiene que tener un análisis de que es un país estable y eso es la impresión que nosotros también tenemos, que el país tiene una democracia que funciona, las leyes se cumplen y la mano de obra es bien calificada. Empresas como UPM han investigado otras opciones en África, pero allá la mano de obra calificada con educación es mucho más baja que aquí. No es fácil tener mano de obra con la misma calidad que ofrece Uruguay.

En Finlandia “quieren limitar derechos laborales como las posibilidades de huelga”

¿Cómo califica el relacionamiento actual entre los sindicatos y el gobierno de Finlandia?

Ahora tenemos un nuevo gobierno desde hace nueve meses. Desde hace décadas que no hemos tenido una relación tan mala entre sindicatos y el gobierno. Eso no se puede explicar solamente por el partido que está en el gobierno, porque hemos tenido también antes gobiernos con partidos conservadores, pero ahora algo ha cambiado en la relación entre sindicatos y partidos políticos, especialmente de la derecha. Los partidos de derecha ya no quieren negociar con los sindicatos, y obviamente es algo que desde el punto de vista de los sindicatos ellos tienen que repensar cómo avanzan sus relaciones, o qué tipo de influencia quieren tener en asuntos importantes. Ahora el gobierno de Finlandia ha propuesto unos 30 cambios de leyes tanto laborales como también leyes que tienen que ver con la seguridad social. Aún no se han publicado, entonces no sabemos los detalles, pero han indicado que quieren limitar derechos laborales como las posibilidades de huelga, y también quieren tocar derechos a los trabajadores y las familias más pobres de Finlandia. Piensan aplicar impuestos a las personas y familias de dinero, pero también afectarán los subsidios a los más pobres.

¿Se vislumbran tiempos de crisis entre los sindicatos y el gobierno?

Sí, se puede decir claramente que están en crisis ahora. Actualmente el diálogo y la discusión son malos. Por primera vez en décadas tenemos huelgas políticas en Finlandia. En las últimas semanas hasta 300.000 trabajadores han estado en huelga, y eso no lo hemos visto desde los años 50. Es algo que realmente no es normal.

¿Que puede decir de la salud laboral en Finlandia y específicamente acerca de la salud mental?

No soy experto en eso, pero es verdad que hoy en día se habla mucho más en general sobre salud mental. No sé exactamente por qué, pero se habla mucho de esto. Fue uno de los temas más grandes en nuestras elecciones para los jóvenes. Los jóvenes que tienen retos con la salud mental tienen dificultades para acceder a medicamentos y a un buen sistema de salud.

¿Se planifican nuevos encuentros y actividades entre sindicatos de Finlandia y Uruguay?

Sí. Hemos discutido que podemos continuar con todo este intercambio que hemos venido realizando, pero la próxima vez en Finlandia. Durante este 2024 invitaremos a visitar Finlandia a representantes de varios sectores. Aún se desconoce la fecha. Además, hay tantos sindicatos aquí en Uruguay que no sabemos todavía quiénes viajarán.