Dar vuelta la tuerca es lo que buscan lograr los jóvenes de la organización ambientalista Fridays for Future. Ariana Palombo, una de sus integrantes, dijo a la diaria que durante “muchos años” se ha hablado de la deuda externa que tienen los países del sur con los países del norte. “Nosotros lo planteamos de otra forma: la deuda es con nosotros, con la juventud y con la juventud del sur”, remarcó. Bajo lluvia, el viernes, los integrantes de la organización se concentraron frente al Palacio Legislativo para que las autoridades nacionales los escucharan.

Este viernes fue distinto. Se buscó enviar un mensaje a los dirigentes de los países del norte, faltando menos de diez días para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Ariana planteó que deben reconocer “la evidente y tangible crisis climática como una amenaza a la vida de las personas y el planeta”; también el “ecocidio” como “un crimen penal internacional que lo están haciendo y vienen haciendo de forma histórica”.

“Queremos que corten drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sabemos que pueden tomar acciones concretas: la desinversión de la industria petrolera, la extracción de petróleo, la quema de combustibles fósiles y su uso, la inversión de industrias obsoletas. Necesitamos que ellos [los países del norte] bajen las emisiones para que nos dejen de afectar a nosotros”, manifestó la ambientalista.

Foto del artículo 'Fridays for Future llamó a los países del norte a reconocer la “deuda” con la juventud del sur'

Foto: Mauricio Zina

Carolina Cuesta, otra de las integrantes de la organización, será una de las representantes de Uruguay en la Conferencia de la Juventud sobre el Cambio Climático. Contó que durante esta instancia se va a discutir una declaratoria global que después será llevada a la COP26. “Es importante que la visión de la juventud sea tenida en cuenta, que sepan los políticos que los estamos viendo y queremos verdaderas medidas de acción. Cuando están hablando de políticas climáticas no solamente están hablando de burocracia: están hablando de nuestro futuro”, señaló.

Además de los reclamos a los países que más contaminan, hicieron hincapié en cuatro temáticas que los preocupan a nivel nacional: la poca participación juvenil en la toma de decisiones; el avance de los monocultivos; el fracking, y los efectos del cambio climático sobre la salud.

Sin voz ni voto

“La crisis climática es una crisis de los derechos de la infancia, es una crisis intra e intergeneracional”, declaró Ariana. Comentó que la organización está intentando que los “involucren en los espacios de toma de decisiones” o que al menos se los tenga en cuenta. “Suena bastante chocante decirlo, pero las personas que toman las decisiones por las que nosotros vamos a vivir no van a estar en los próximos años para vivir la crisis climática”, sumó. Desde su punto de vista, los niños, niñas y adolescentes “son los menos representados” por “el simple hecho de que no tienen voto y no tienen voz”.

Fridays for Future presentó un proyecto al Ministerio de Ambiente (MA) para crear una comisión juvenil en el organismo. En junio se inauguró un espacio de diálogo entre el MA, el Instituto Nacional de la Juventud y jóvenes de la sociedad civil que buscan proteger el ambiente [https://ladiaria.com.uy/ambiente/articulo/2021/6/fridays-for-future-presento-un-proyecto-al-ministerio-de-ambiente-para-crear-una-comision-juvenil/]. Sin embargo, la ambientalista planteó que “quedó ahí, un poco en la nada” porque se iba a esperar que pasaran las conferencias internacionales. Carolina, en la misma línea, agregó: “Más que escucharnos, queremos que sea una toma de acción, que se ratifique la comisión juvenil y tenga cierta incidencia en las medidas ambientales que se tomen”.

Otro de los puntos por los que se reclamó es el avance de los monocultivos. “No queremos su expansión”, apuntó Ariana. Recordó que por esta razón están “en contra” de UPM, la empresa finlandesa que fabrica pulpa de celulosa, papel y madera. “En todos los temas industriales se prioriza la economía ante lo ambiental. No solamente sucede en Uruguay, lo ambiental se deja para después, pero lamentablemente estamos en un punto en que tenemos que actuar hoy para que esto deje de ser la crisis que es. Pero los estados no lo están viendo”, resaltó.

El fracking es otra de las preocupaciones de los integrantes de la organización. Está prohibido en todo el país desde diciembre de 2017 por la Ley 19.585, que tiene una vigencia de cuatro años. Sobre el final de este año se llegará al fin del plazo, pero Walter Verri, subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), anunció en julio a la diaria que la línea del gobierno es extender el plazo por un período de ocho a diez años más. “Tenemos información de que en el Parlamento hay ganas de que no se extienda la moratoria”, dijo Ariana. La idea de la organización ambientalista es que “se prohíba directamente”.

Durante la movilización, Ariana también recordó que el cambio climático “es una de las mayores amenazas para la salud en este siglo”, pero que “no se reconoce como algo grave”. Además de los efectos directos que tiene en la salud, como los que son causados por las olas de frío o calor y el agravamiento de enfermedades respiratorias, planteó que “muchas veces, cuando las personas tienen enfermedades crónicas no transmisibles, se habla de efectos ambientales”, pero “no se desarrolla bien lo que son”. Puso sobre la mesa el aumento de las enfermedades transmitidas por el agua o por su escasez y contaminación, así como el aumento de la desnutrición por el poco acceso a los alimentos.