El jueves 30 de setiembre se lanzó el proyecto “Adaptación en acción - Cuenca Santa Lucía. Gestión integrada de los recursos hídricos para la construcción de un futuro sostenible”. Es ejecutado por la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) del Ministerio de Ambiente (MA) y financiado con 1.499.150 euros por Euroclima, un programa de la Unión Europea en América Latina enfocado en las políticas públicas para abordar el cambio climático. Como contrapartida del monto, Uruguay destinará 1.609.920 euros en especies; el proyecto tendría una duración estimada de tres años.

De la cuenca del río Santa Lucía proviene el agua para 60% de la población y actualmente presenta graves problemas de contaminación. El principal uso del suelo es el agropecuario, con la ganadería como actividad más implementada en la zona. La cuenca alcanza seis departamentos: Montevideo, Canelones, San José, Flores, Florida y Lavalleja. “Venimos de dos años de problemas de déficit hídrico, todo hace pensar que el próximo verano será con problemas. El abastecimiento de agua potable en Montevideo y la zona metropolitana, si bien no está comprometido, presenta algunas luces amarillas que debemos atender”, alertó Adrián Peña, ministro de Ambiente, y planteó que el proyecto surge como respuesta a “las variaciones en el régimen de precipitaciones, acentuado por el cambio climático”, y “la intensificación del uso del suelo”.

José Valles, coordinador de la Sala de Situación y Pronóstico de la Dinagua, presentó aspectos técnicos del proyecto. Señaló que el objetivo general es “fortalecer la resiliencia de los impactos de la variabilidad climática, específicamente en el área de Montevideo y las localidades urbanas, dentro de la cuenca del río”. Entre los puntos específicos, se pretende adoptar un sistema operativo de alerta temprana en cantidad, calidad y gestión de los recursos hídricos para la toma de decisiones.

Se busca crear un “centro de modelación hídrica” en el MA y “fortalecer” la red de monitoreo. “No solamente la red de monitoreo de mediciones de lluvias de forma automatizada, sino también monitoreo automático de mediciones de calidad del agua”, aclaró el coordinador. Se apunta a “brindar pronósticos de forma operativa, en tiempo real”, que contribuyan al funcionamiento de OSE, la Dinagua y el Sistema Nacional de Emergencias. A partir del desarrollo de estas herramientas, se van a “evaluar distintos escenarios del impacto del cambio climático” y se incorporarán en el plan de cuenca y los planes de acción en el río Santa Lucía. También se crearán “sistemas de alerta temprana” por inundaciones en localidades dentro de la cuenca.

En la línea de “fortalecer las capacidades de adaptación y resiliencia” de la cuenca se están desarrollando dos proyectos pilotos. “El primero es la delimitación de los perímetros de protección de agua subterránea y el segundo es el monitoreo ambiental participativo, que sirve como educación ambiental y también para que las personas que viven cerca de la cuenca se empoderen de las variables hidrometeorológicas”, manifestó Valles. Al mismo tiempo, se evaluarán “las posibles afectaciones a la calidad de agua subterránea”.

En 2019, la Ley de Política Nacional de Aguas le adjudicó a la Dinagua la función de promover la gestión sustentable y participativa de los recursos hídricos. A partir de este punto, se crearon tres consejos regionales que trabajan sobre las tres cuencas transfronterizas del país. La Comisión de Cuenca del Río Santa Lucía forma parte del Consejo de la Cuenca del Río de la Plata y su Frente Marítimo. Está integrada por actores del gobierno, usuarios del agua y la sociedad civil.

Valles planteó que se realizará un “mapeo de actores” en la comisión de cuenca del río Santa Lucía para “identificar temas de desigualdades” que “podrían existir”. Valles resaltó que se apunta a “facilitar el intercambio de saberes” y medir el grado de implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos, como lo determinan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. El coordinador explicó que el proyecto tiene “mucha escalabilidad y replicabilidad a diferentes niveles”.

La directora de la Dinagua, Viviana Pesce, manifestó su interés de “replicar” el proyecto en el país y la región. “El desafío se presenta cuando tenemos que encarar el manejo de los recursos hídricos de una manera integrada y participativa. Esas distintas miradas que se deben incluir dentro del proyecto lo hacen realmente complejo. Debemos incorporar tecnología, educación y sensibilización en la población de la cuenca”, expresó.