“A los hombres y mujeres que la crean con su trabajo y la pueblan con sus sueños”, versaba la dedicatoria del audiovisual Una ciudad sin memoria, de 1980. Fue elaborado por el Grupo de Estudios Urbanos, más tarde difundido en ámbitos más allá de la academia, como parroquias, clubes de barrios y escuelas. Uno de sus integrantes más destacados fue el exintendente de Montevideo Mariano Arana. En un contexto diferente, pero a partir de la misma aspiración de encontrar un camino comunicacional alternativo al académico, nace el proyecto audiovisual Miles de Ciudades. Buscan poner en debate temáticas relacionadas con el urbanismo, el espacio público y la propiedad.
Quienes están atrás de este proyecto son Álvaro Moreno, arquitecto que integró el comité de gestión del Centro Cooperativista Uruguayo (CCU); y Gonzalo Cortizo, licenciado en Comunicación que actualmente trabaja en el Programa de Mejoramiento de Barrios. Cuentan con colaboraciones de especialistas en otras áreas académicas, como Nicole Champion, investigadora de Desarrollo Urbano con perspectiva de género. Próximamente van a lanzar tres nuevos videos donde van a abordar el espacio público, la movilidad y el urbanismo feminista.
¿Cómo surgió la idea del proyecto?
Cortizo: Al principio, fue más una idea de comunicar algunos conceptos que eran difíciles de trasladar, que están muy metidos en la academia. Nuestra idea era crear como un glosario de ciudad. Eso se fue transformando en una cuestión más amigable, amena y abordamos temáticas de ciudad, vivienda, hábitat, pero no abordamos únicamente los conceptos. Más allá de que había una idea inicial, el proyecto se fue construyendo a medida que lo íbamos haciendo.
Moreno: Los primeros dos videos los testeamos con amigos. No solamente de la órbita de lo territorial y estos temas, sino de gente que tenía ganas de chusmear contenido. Hicimos los primeros videos a fines de 2019 y fuimos buscando los espacios. El año pasado, con la pandemia, yo ya había dejado de trabajar en el CCU y estaba más independiente. No tenía trabajo, y cuando no tenés trabajo hay que buscarle la vuelta para crearlo. Había ganas de hacer esto y empezamos a meterle.
¿Por qué “miles de ciudades”?
Moreno: Porque vivimos en miles de ciudades. En una misma ciudad, podemos vivir muchas personas y para muchos esta realidad es más jodida que para otros. Tiene un poco esa poética, también nos gustó el nombre y quedó.
Cortizo: En realidad, de alguna manera se buscó un nombre que tuviera varios sentidos. Queríamos hacer referencia a que la cuestión de construcción de la ciudad se hace desde varias perspectivas. No es sólo una construcción de ciudad, sino que es posible tener miles de miradas sobre ella.
¿Qué objetivos tiene el proyecto?
Moreno: Nosotros teníamos claro de arranque que queríamos generar un producto audiovisual, pero que tuviera una pata de talleres o espacios. Nuestro plan era ir a comisiones barriales, cooperativas, hacer espacios de trabajo y con el video como disparador, poder tocar los temas. Eso no pasó; por la pandemia, quedó como en un debe. Lo pensamos hacer porque es una pata del proyecto muy importante para nosotros. Queremos llevarlo a lugares en el plan de juntarnos a ver qué pensamos sobre estos temas. Obviamente, la idea es tener aliados, empezamos a buscarlos en las redes y se empezó a mover. Quizá en Twitter se empezó a dar un poco lo que queríamos, esas discusiones.
Cortizo: Igual vemos como un paso más ir presencialmente. En algún momento manejamos la posibilidad de hacer encuentros vía Zoom, pero veíamos que íbamos a ser los mismos de siempre. Por eso los encuentros fueron aplazados.
¿Se basaron en otros proyectos similares?
Moreno: Sí, nosotros veíamos contenidos audiovisuales que nos gustaban, que planteaban estos temas desde otro lugar, ni tan académico, ni tan solemne. Por ejemplo, el programa de Darío Sztajnszrajber, Mentira la verdad, lo mismo [Diego] Capusotto. Lo que nos parece atractivo es que te hacen reflexionar. Te tiran algo que te deja pensando, y la forma de generarlo no está dada desde el embole. Son temas complejos, pero nos gustaría que no estén asociados a un lenguaje tan serio.
Cortizo: Sí, salvando las diferencias con Darío [risas].
Últimamente se los ha visto más activos en redes sociales, haciendo denuncias sobre situaciones específicas.
Moreno: En las redes vimos que había como un nicho de personas que necesitaba que se pusieran estos temas sobre la mesa. Nos hablan y nos ponen: “Che, está pasando esto, estaría bueno difundirlo”. De alguna forma es también ser un amplificador de lo que está pasando, no sólo a nivel conceptual. También hablamos con gente de Argentina y de otras partes, donde también pasan cosas similares. Nos parece que está bueno porque Montevideo es una ciudad bastante chica y no podemos quedarnos solamente mirándonos el ombligo. Aprender o cruzar esas fronteras, en el mundo de las redes, funciona bastante. Se me ocurre lo que está pasando en el asentamiento Nuevo Comienzo, todo el peso que tuvo la cobertura, el poner tema en agenda. Insistir, insistir y que eso empezara a tomar cuerpo. Procesos similares pasan en Argentina y en otras partes.
¿Cómo se construye una ciudad más democrática?
Moreno: Si nos basamos en el derecho a la ciudad y entendemos que todos somos parte del proceso de construcción: accediendo a los bienes que tiene la ciudad y siendo parte de la toma de decisiones. Hacerse consciente de que todos somos parte y que nuestra opinión pesa es una de las claves.
Cortizo: Tal vez cuando no se está vinculado a la temática, uno transcurre la ciudad sin preguntarse, cuando en realidad vos caminando por la ciudad, estás construyendo vínculos, ciudadanía, encuentros con el otro.
¿Existe la ciudad ideal?
Cortizo: No, uno lo que busca es construir un espacio más democrático, una ciudad que construya igualdad, que sea integradora. Hacia ahí es a donde apuntamos.