Challenger Energy es una empresa petrolera que actualmente tiene licencias de exploración y explotación en Trinidad y Tobago, Surinam y las Bahamas. La última adquisición de la empresa nos toca más de cerca. En 2020 el gobierno uruguayo le otorgó la licencia para explorar un bloque en el área offshore –en el mar–, contrato que se firmó formalmente el 25 de mayo de este año.
Según manifiesta la empresa en un comunicado, a partir de esta última fecha comienza un primer período de actividad por cuatro años. “La obligación mínima de trabajo de la compañía durante este período inicial es llevar a cabo un reprocesamiento y una reinterpretación relativamente modestos y de bajo costo de datos sísmicos 2D históricos”, se explica. Agregan que no tienen la “obligación” de perforar en esta primera etapa.
Por otra parte, Challenger Energy afirma que “ha recibido múltiples indicaciones de interés en relación con posibles colaboraciones para la licencia”, también que tiene la “intención de explorar tales posibilidades, con miras a acelerar potencialmente una adquisición de sísmica 3D en el primer período de exploración de la licencia”. Dicen que se proporcionarán “más actualizaciones cuando sea apropiado”. Tanto si la etapa de exploración se da en el plazo previsto de cuatro años o si se extiende por tres o cuatro años más, la empresa afirma que se requerirá “un solo pozo de exploración”.
La adquisición de la petrolera se hizo por medio de la Ronda Uruguay Abierta de Ancap. La modalidad consiste en que durante mayo y noviembre de cada año las empresas presenten sus planes para explotar y buscar hidrocarburos bajo la modalidad de “contratos de producción compartida”. Más tarde pueden ser seleccionadas o no.
En el documento, además, se suma una declaración de Eytan Uliel, director ejecutivo de Challenger Energy, en la que señala: “Por un costo muy bajo pudimos obtener una licencia de exploración de una calidad extremadamente alta, con un potencial de recursos recuperables de más de mil millones de barriles”.
¿Nueva información?
Después de que Total, grupo empresarial francés del sector petroquímico y energético, realizara en 2016 un pozo de 3.404 metros de lámina de agua y aproximadamente 2.500 metros extra de perforación bajo el lecho marino y que no encontraran yacimientos, las empresas parecían haber perdido interés en la zona offshore uruguaya. Entonces ¿qué llevó a que las petroleras pongan nuevamente el ojo en el territorio uruguayo? Challenger Energy lo señala en el comunicado: “El sistema de reproducción área OFF-1 [la que se explorará] es directamente análogo a los prolíficos descubrimientos recientes, realizados en la costa de Namibia por Total (el pozo Venus) y Shell (el pozo Graff), donde se han encontrado reservorios de turbidita del cretácico de miles de millones de barriles”.
Las empresas buscarán replicar la experiencia que tuvo lugar en Namibia –país africano marcado por la escasez de agua, amenazado por el hambre, la desnutrición y enfermedades– en Uruguay.
Para evacuar dudas sobre la situación uruguaya, la diaria habló con la geóloga Ethel Morales, que actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, pero que trabajó varios años en Ancap y ocupó una jefatura en geociencias. “Mi opinión en general es la que siempre he dicho. Yo creo que nosotros tenemos oportunidades en lo que se llama el cretácico, en la sedimentación de esa edad, y los recientes descubrimientos en África prueban esta situación”, apuntó.
En referencia al pozo que excavó Total, manifestó que “estaba condenado al fracaso”. “Intentaba probar un yacimiento con una roca madre que no ha sido probada en el Atlántico Sur. Había que ir más profundo, al cretácico. Los descubrimientos en África son exactamente el modelo geológico que nosotros planteamos. Para buscar petróleo hay que seguir cierto modelo geológico, en el que se ejemplifica el sistema petrolero que uno quiere buscar en función del tipo de cuenca que tiene. Nosotros propusimos exactamente el modelo que fue probado en África”, remató. Está convencida de que las chances de que haya petróleo en la plataforma marítima existen, aunque aclara que “nuestro margen continental tiene particularidades”.
Un mercado complejo de entender
Desde Ancap se dijo a la diaria que, por el momento, no van a hacer declaraciones públicas ni sobre la firma del contrato con la empresa, ni sobre el cierre de la Ronda Uruguay Abierta de mayo. Se encuentran analizando ofertas que recibieron en esta última instancia y más adelante van a brindar información.
Sin embargo, Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap, dio declaraciones interesantes a FM Gente en marzo sobre el descubrimiento de yacimientos de hidrocarburos en Namibia. “Con la nueva información geológica de descubrimientos, con la información existente, con los precios de mercado y sobre todo por la necesidad del mundo de conseguir fuentes alternativas, nuestras cuencas de frontera se vuelven a valorizar. Eso no quiere decir que vamos a tener petróleo, falta muchísimo por desarrollar, pero así funciona la cultura de un mercado, que ante cualquier cambio de situación, inmediatamente busca una alternativa”.
En esa oportunidad, Stipanicic agregó que el mercado petrolero “siempre va a buscar abundancia de fuentes” porque “no le gusta tener un proveedor único o pocos proveedores en algunas regiones del mundo”. A su vez, destacó que los contratos que están vigentes son con empresas que “están haciendo interpretación de datos existentes o estudios de gabinete en función de relevamientos de campo, ya realizados en los últimos 12 o 15 años”. En ese sentido, afirmó que Ancap vendió “cerca de 60 millones de dólares de información petrolera en estos últimos años” y dijo que desde la empresa estatal han percibido un “interés creciente” en esta zona, principalmente durante los “últimos meses”.
Durante la entrevista radial, explicó que las estrategias de las compañías son a largo plazo y “están tomando decisiones sistemáticamente todos los días, pero que van a jugar con resultados en 30, 40 años”.
También se refirió al pozo que excavó Total: “Sigue siendo récord mundial por profundidad de aguas y por profundidad del pozo, costó 160 millones de dólares y fue declarado seco. Después de eso Total se retiró. ¿Por qué hace eso una empresa? Prueba tecnología, hipótesis geológicas, reúne información. ¿Esa es plata tirada? Nunca es plata tirada; capaz que no es plata aprovechable para nuestro país, porque alguien podía tener la expectativa de que ahí se descubriera petróleo o gas. Una expectativa redimensionada en su momento, porque nunca se espera que un primer pozo se declare un yacimiento”. Resaltó que, años después, otra empresa puede tomar la información recogida, interpretar los datos, elaborar una hipótesis y decidir abrir un pozo en otro lugar.
A contramano
“Está claro que nos queda muy poco tiempo para tomar medidas radicales en términos de llevar a cero los gases de efecto invernadero; esto significa un cambio trascendental en una sociedad tan dependiente del petróleo. Es necesario, la crisis climática está teniendo impactos. Ha quedado claro en los últimos informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático: si no se actúa ya, las consecuencias van a ser nefastas”, manifestó Karin Nansen, integrante de Redes - Amigos de la Tierra Uruguay.
Recalcó que debido al cambio climático de origen antropogénico, hay “muchísimos pueblos en todo el mundo sufriendo” y que “lo que está en juego son los sistemas ecológicos que hacen posible la vida”. A su vez, admitió que Uruguay “tiene menos responsabilidad que los países industrializados del norte” y enfatizó que este tipo de fenómenos deben analizarse desde una perspectiva de justicia climática. “Es importante reconocer quiénes son los responsables históricos y por lo tanto reclamar la deuda climática que ha acumulado el norte en relación con el sur”, planteó. En este contexto, explicó que las empresas transnacionales petroleras son responsables de la situación, aunque no son las únicas.
La ambientalista señaló que es necesario buscar otro modelo de desarrollo basado en la conquista de derechos y “no seguir por la senda de la explotación de combustibles fósiles”. También entiende que la firma del contrato contradice el camino que tomó Uruguay para modificar su matriz energética. Sin embargo, recordó que la transición para lograr que la sociedad se desprenda de los combustibles fósiles “no puede ser a costa de la clase trabajadora”. “Es importante saber quién controla la energía, que la sociedad pueda definir cómo producirla, para quién, para qué”, indicó, y agregó que con este tipo de contratos se pierde “capacidad de decisión política”.
Nansen manifestó: “Sabemos que hubo procesos de exploración en distintos bloques anteriormente, pero queremos saber a qué responde esta decisión ahora, cómo puede participar la población. Queremos conocer cuáles son los acuerdos y el riesgo de los contratos”. En ese sentido, agregó: “Después pasa que las empresas amenazan con llevarnos a tribunales amparándose en los acuerdos bilaterales de inversión para impedir que Uruguay vaya a tener alguna legislación que realmente ponga en el centro lo ambiental y el bien común. Las empresas vienen a hacer negocios”.