“Estamos en un momento histórico en el que la cuenca de la laguna Merín es objeto de proyectos de alto impacto, lo que reclama el involucramiento de toda la sociedad, especialmente de la población radicada en el territorio directamente afectado”. De esta forma empieza el comunicado donde se presenta a la Asamblea Hue-Mirī en Defensa de la Cuenca de la Laguna Merín, una nueva organización que nació de la preocupación de vecinos y vecinas sobre los conflictos socioambientales que tienen lugar en este sitio. Preocupación que, según manifiestan, se ha visto incrementada ante la posible consagración de la hidrovía que busca conectar la laguna Merín con la laguna de los Patos.
Sin ir más lejos, recordemos que un informe del proyecto que elaboró la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica que, de concretarse la hidrovía, en esta cuenca “el incremento de la superficie productiva podría expandirse un 274% hacia 2030, desde 350.000 hectáreas hasta 960.000”, así como que también que se deberán realizar dragados en cursos de agua y crear nuevas infraestructuras para hacer viable la iniciativa.
En este contexto, la organización afirma que se está avanzando “rápidamente en temas como dragado, estudios barométricos y reglamentos de navegación”, así como también en “nuevos puertos, infraestructuras portuarias, la reparación del puente Mauá, la construcción de un nuevo puente sobre el río Yaguarón y el fortalecimiento de la interconexión eléctrica y ferroviaria entre ambos países”. Sin embargo, alertan que “la situación actual ya es muy preocupante en cuanto a los cambios de uso del suelo, desplazamiento de la producción familiar, contaminación de las aguas por agrotóxicos y afectaciones en la salud de la población, por lo que este conjunto de proyectos que agregarían enorme presión sobre las condiciones ambientales del territorio debe ser estudiado con sumo rigor y activa participación ciudadana”.
El colectivo se formó a mediados de diciembre y busca contar con la participación de uruguayos y brasileños para unir las fronteras y luchas. Asimismo, relatan que participarán “activamente en todas las acciones del Consejo Regional de Recursos Hídricos para la Cuenca de la Laguna Merín, un órgano consultivo, deliberativo y asesor para la formulación y ejecución de planes para la Región hidrográfica de la laguna Merín”. Su objetivo es “sumarse a la urgente tarea social que nos impone una coyuntura histórica en la que debemos ocuparnos para resolver adecuadamente conflictos de intereses ambientales y económicos con criterios sensatos y equilibrados”.
Más participación informada
Bruno Coiro es habitante de la cuenca de la laguna Merín e integrante del colectivo. En diálogo con la diaria, señaló que una de las barreras que buscan romper es la “escasa participación social organizada” vinculada a temáticas ambientales en la región. Aunque enseguida se encarga de rescatar antecedentes positivos como, por ejemplo, un ciclo de charlas que organizó la Unión de Vecinos de Lago Merín, donde se invitó a académicos de la Universidad de la República, del Centro Universitario Regional Este y de la Universidad de Pelotas, Brasil, para informar a la población sobre la contaminación de aguas, el vínculo de la salud con agroquímicos, entre otras problemáticas. Esa instancia, junto con el Campamento Nacional por el Derecho al Agua y a la Pesca Artesanal que tuvo lugar en lago Merín a principios de noviembre, sembró la semilla de la organización.
“La idea es fomentar la participación. Buscamos extender el ciclo de charlas que comenzó en Cerro Largo para que otras localidades también puedan ser parte. Nuestra idea es hacer actividades que busquen valorizar nuestro espacio natural, con sus ríos, arroyos, lagunas, sus ecosistemas, junto con la importancia para la vida de nuestra región. No queremos hablar solamente de los proyectos y las amenazas, queremos promover espacios de diálogo, intercambio de saberes y prácticas en torno a la soberanía alimentaria”, señaló Coiro.
El integrante de la Asamblea Hue-Mirī en Defensa de la Cuenca de la Laguna Merín también recordó la importancia del Acuerdo de Escazú, que Uruguay ratificó y entró en vigor en 2021. Sus principales postulados son el acceso a la información, a la Justicia y a la participación pública en la toma de decisiones en asuntos ambientales; por otra parte, también es el primer acuerdo en consagrar la protección de los defensores de derechos humanos vinculados a estas temáticas. “En la normativa se hace especial énfasis en la participación temprana. En el caso del proyecto de la hidrovía, por ejemplo, no está promovida la participación y la información que recibimos es por políticos que nos hablan de las iniciativas como hechos ya consumados. No hay muchas instancias de diálogo”, afirmó.
Si bien el movimiento recién comienza, siempre es buena noticia que más voces de los territorios se sumen al debate. Tal como dice Coiro: “Ninguna persona tiene la solución de todo, pero creemos que es importante participar, hablar de alternativas y estar informados”.
El origen del nombre
Coiro describe los territorios de la cuenca de la laguna Merín; desde las nacientes en las sierras hasta las costas en la laguna y el océano, han sido habitados “durante miles de años por pueblos originarios, de una forma armoniosa con la naturaleza y desde una cosmovisión que ha destacado al agua como elemento sagrado y fuente de toda vida”. Subraya que “dos lenguas ancestrales presentes en la región, tanto en las toponimias de flora, fauna y geografía, como en habitantes originarios actuales de nuestro territorio, son las raíces pampas o charrúas y las de raíces guaraní”. Expresa que el nombre de laguna Merín viene de la deformación del nombre originario Mirī, que en guaraní significa “pequeño/a”, pero al mismo tiempo “sagrado/a”. A su vez, en charrúa, al agua se la nombra como Hue. Por esta razón se decidió denominar a la agrupación como Asamblea Hue-Mirī en Defensa de la Cuenca de la Laguna Merín.