El bloque sigue exhibiendo sus fragilidades. Desde ayer rige una nueva reglamentación en Argentina, que amplió la nómina de productos importados cuyo ingreso requerirá licencias no automáticas, algo que podría perjudicar a industrias uruguayas.
La decisión está en sintonía con las políticas proteccionistas adoptadas por Buenos Aires desde comienzos de año para dificultar el arribo de bienes que compiten con sus industrias.
La normativa amplía las restricciones a importaciones de los sectores químico, metalúrgico, textil y vestimenta, entre otros. Esto implicará demoras en el ingreso, que, en su mayoría, según el gobierno uruguayo, no duran más de 30 días y en todos los casos no sobrepasan los 60, límite fijado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Pero la nueva reglamentación va contra los principios del Mercosur y, si bien tiene carácter general, sus efectos golpean principalmente al comercio regional.
Con libertad
El ministro de Economía, Álvaro García, promovió la semana pasada en Seúl la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur y Corea del Sur, declarando que carecer de tal acuerdo “es una desventaja”, informó la agencia EFE. “Ha quedado muy claro que hoy en día un TLC no es una ventaja: el hecho de no tenerlo es una desventaja”, afirmó García, quien no descarta un pacto comercial bilateral entre Uruguay y ese país.
Nada nuevo bajo el sol
El director de Asuntos Económicos, Integración y Mercosur del Ministerio de Relaciones Exteriores, Walter Cancela, aseguró a la diaria que las medidas “no son nada nuevo”, sino que “agregan más productos” a los restringidos. Entre marzo y abril hubo contactos directos con el gobierno argentino para “asegurar que la liberación de las licencias se hiciera dentro de los plazos previstos, y eso está funcionando”. “Las licencias son liberadas siempre en un plazo menor a los 60 días y en la mayoría de los casos en menos de 30”, aseveró el jerarca. Sin embargo, advirtió que las medidas “no están dentro de la legalidad del Mercosur” y constituyen “una de varias debilidades que tiene el bloque”. “Son cosas que no ayudan, lo hemos planteado en esos términos en las instancias institucionales del Mercosur [...]”, manifestó Cancela, añadiendo que ahora se busca “que la aplicación de estas medidas no perjudique el flujo de comercio”. Es que “si bien este tipo de medidas siempre genera complicaciones, no necesariamente frenan el flujo”; por el momento “no se van a tomar medidas nuevas” desde el gobierno uruguayo, que seguirá reiterando el tema en los ámbitos institucionales correspondientes.
El protegido
Argentina se ubica en segundo lugar a nivel mundial en la aplicación de medidas proteccionistas, según un reporte de la Unión Europea que detectó 35 impedimentos al ingreso de productos. El vecino del Plata es superado sólo por Rusia, que presenta 48 impedimentos, y es seguido por Indonesia (27), Estados Unidos (16) y China (13). Su principal acción proteccionista fue, justamente, la aplicación de licencias no automáticas a las importaciones, incluida en la lista de la OMC.
Ya, no ahora
Al sector empresarial preocupa la resolución del gobierno argentino, aunque todavía no tiene cuantificada la probable afectación sobre cada rama industrial que vende en Argentina. “No es fácil cuantificar cuál va a ser el impacto”, admitió Balestra, pero aseguró que “sin dudas habrá sectores afectados”.
Respecto de los plazos aseguró que Uruguay no se puede conformar con que sus exportaciones ingresen antes de los 60 días, ya que se trata “de un cambio en las reglas de juego”. “Cuando se entra en este tipo de cosas, cuando se sale de lo establecido en las normas, se entra en una zona de falta de respeto a los acuerdos firmados”, puntualizó, valorando que “no es un tema para minimizar: si hay convenios firmados son para respetar”. Opinó que el bloque “no está funcionando” y que, por lo tanto, “Uruguay debe empezar a negociar para lograr acuerdos bilaterales de extrazona”. Esas tratativas deben hacerse dentro del Mercosur, dado que Uruguay “no puede dejar el bloque, porque sigue siendo un punto importantísimo para el país”. “Lo que planteamos es empezar a negociar dentro del Mercosur para hacerles ver las asimetrías que hay, pero no bajarnos”, enfatizó Balestra.