“Jaime, la luz”, dice Santiago Brandi ante un micrófono. Unos segundos después se enciende una bombilla dentro de la maqueta de una casa. “Jaime, el aire”, dice y empiezan a moverse las cortinas de una de las ventanas. “Jaime, la alarma”, ordena y se apaga un dispositivo que indica que se desactivó la alarma. El sueño y el diseño de la casa inteligente no es nuevo, pero uno no tiene oportunidad de verlo todos los días en Uruguay. El proyecto se llama “Alfred” y es un control de dispositivos domóticos mediante comandos de voz.

Los proyectos forman parte de Emprendedores Dinámicos, de la Fundación Ricaldoni, de la 7ª muestra de fin de proyectos de carrera del Instituto de Ingeniería Eléctrica y del Taller Encararé, una asignatura destinada a estudiantes avanzados de Ingeniería Eléctrica, que tiene como objetivo fomentar la actitud emprendedora, incentivar la extensión curricular, la creatividad y el trabajo en equipo en el proceso de diseño de soluciones creativas de ingeniería.

En un rincón, rodeada de gente, se encuentra una mesa interactiva. La superficie es una pantalla similar a la de un monitor, en la que se puede ver una suerte de muñequitos que se mueven al ser tocados con los dedos de los que se acercan a curiosear. El proyecto de Gabriel Soto y Juan Pablo Conde se llama “Multi-touch” y permite una forma de interacción por la cual el usuario puede realizar acciones tocando una superficie en distintos puntos a la vez.

En otra parte del salón se encuentra Jorge Barboza con “Simulador de corazón”, un circuito que modera el tejido cardíaco. “El dispositivo genera señales cardíacas iguales a las de un corazón real y se puede conectar a un marcapaso. De ese modo podemos programarle arritmias y ver cómo reacciona el marcapaso frente a esas arritmias. La idea es que el dispositivo pueda ser reprogramado para simular el comportamiento de otros órganos. El hardware es el mismo, sólo hay que cambiar algunas partes del software”, explica Barboza, que se recibe de ingeniero con este proyecto, realizado en conjunto con Felipe Arzuaga y Santiago Nogueira y que contó con la financiación de una empresa uruguaya. Este dispositivo obtuvo dos premios, el del público y el segundo lugar en la categoría Electrónica, que eligió un jurado integrado por profesores de la facultad.

Próximo a la entrada del salón se ve un pequeño globo aerostático con una caja de espumaplast y un cartel que indica qué hacer en caso de encontrar el contenido de la caja. “GloboSatII” es un proyecto que busca desarrollar una plataforma para realizar experimentos en la estratósfera a los efectos de que ésta sea estandarizada y fácilmente reproducible. Juan Pechiar, profesor de la facultad y coordinador del proyecto, dijo a la diaria que “GloboSatII” es parte de un proyecto mayor cuya finalidad es realizar un satélite. “Las dificultades son las mismas, hay que mandar algo a 70 grados bajo cero, lejos, y que pueda comunicarse con la Tierra y mandar información. Dentro de la caja hay un equipo, desarrollado por los estudiantes, que mide la temperatura, la humedad y la presión atmosférica, y transmite esas mediciones a la Tierra. Desde una estación que tenemos montada podemos saber dónde está y dónde va a caer. Es un desafío parecido al que tenemos a la hora de construir un satélite, pero es más barato”, dijo Pechiar y contó que por este proyecto fueron premiados en la categoría Aeroespacio, Control y Potencia.

Otro de los emprendimientos presentados fue “Filiphides”, un sistema modular de monitoreo de variables a distancia que consta de un módulo central para procesamiento de datos, un módulo GPS que permite saber la ubicación geográfica del aparato, un módulo de entrada/salida y otro de transmisión de datos vía GPRS/GSM.

Por otra parte, “Feng office” se presenta como una solución web que integra el manejo de e-mails, contactos, documentos, gestión de tareas y registro de horas. Sus creadores sostienen que esta solución representa un nuevo paradigma de trabajo en las empresas, conocido con el nombre de “oficina online”.

Hubo creaciones que seguramente andarán muy bien en toda clase de celebraciones y fiestas, como “Botón TV”, consistente en una cabina de grabación que incluye una cámara de video, un micrófono y una pantalla para que quien desee presione un botón, tome un micrófono y deje su saludo en un lapso de treinta segundos. Quienes idearon esta propuesta indican que, por ejemplo, luego de un evento anfitriones e invitados pueden ver los videos en una página web.

“AcruxSoft” desarrolló un software 3D interactivo dirigido a la pesca industrial, a los efectos de generar eficiencia operativa y económica en el sector pesquero, con modelos interactivos en tercera dimensión de los sistemas de arrastre. Mediante cámaras virtuales permite recorrer todo el sistema de pesca, logrando visualizar detalles de las operaciones a profundidades de 2.000 metros. Según sus promotores, permitirá ahorrar 20% de combustible.

Gerardo Agresta, presidente de la Fundación Julio Ricaldoni, explicó a la diaria que el común denominador de los proyectos es la tecnología. “Unos apuntan al lado académico, otros al lado social y otros al productivo. Presentamos un foco fuerte relacionado con Ingeniería Eléctrica, pero había proyectos de software, de pesca, de extensión universitaria, entre otros”, agregó.

El objetivo de la muestra es dar a conocer a la sociedad lo que se hace en la facultad. “En ese sentido la evaluación es positiva; tenemos que mejorar, pero estamos teniendo una buena repercusión. Otro aspecto es que intentamos acercar algunos de los proyectos de fin de carrera de Ingeniería Eléctrica hacia el lado del empredimiento, queremos juntar a los estudiantes con emprendedores y contagiar el espíritu de crear una empresa y de asumir ese desafío; me parece que eso también lo estamos logrando. Respecto de los emprendedores, queremos ayudarlos a que tengan un crecimiento rápido”, concluyó Agresta.