El 8 de enero el gobierno venezolano concretó la ya esperada devaluación del bolívar. La medida implica una corrección en la cotización del tipo de cambio oficial, que había sido fijada en 2,15 bolívares por dólar en el año 2005, y que se mantuvo anclada en ese valor hasta ahora. En tanto, el nuevo sistema introduce un régimen cambiario que prevé dos cotizaciones diferenciales: una de 2,60 bolívares por dólar, que regirá para las compras públicas y las compras externas de artículos de salud y de otros bienes de importación considerados de primera necesidad; la otra establece un tipo de cambio de 4,30 bolívares por dólar y afectará al resto de los bienes de importación así como a las exportaciones petroleras de la gigante empresa estatal PDVSA. Según estima la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), que es el organismo público encargado de manejar la moneda extranjera que ingresa a Venezuela, de un total de 6.394 productos que pueden ser importados, 59% recibirá dólares a 4,30 bolívares y el 41% restante, a 2,60.

En Venezuela el Estado ejerce un fuerte control sobre el mercado de cambios, lo que hace que los privados deban efectuar las compraventas de divisas al tipo de cambio oficial y en instituciones previamente autorizadas. Además de optar a nivel oficial por mantener un tipo de cambio cuya cotización ha permanecido planchada por varios años, durante todo 2009 Venezuela ha atravesado un escenario de escasez de divisas, producto del descenso en el precio del barril de petróleo y de la permanente salida de capitales desde su economía, lo que ha obligado al gobierno a restringir la venta de dólares. El resultado ha sido un sostenido crecimiento de un mercado negro de divisas, en el que las empresas dedicadas al comercio exterior han encontrado una vía alternativa para llevar adelante sus transacciones. Sin embargo, dada la fuerte presión compradora ejercida sobre el dólar y el escaso stock de la moneda en la plaza local, el billete verde ha terminado por venderse en el mercado paralelo a un precio muy superior al fijado por el tipo de cambio oficial.

Este fenómeno ya venía generando una suerte de devaluación de hecho del bolívar, ya que, según se calcula, aproximadamente dos terceras partes de las importaciones venezolanas se realizaban a través de dólares obtenidos en el mercado negro. Con la reciente devaluación anunciada por el gobierno se busca acercar la cotización oficial a la informal, en tanto que se implementa una serie de nuevas medidas para lograr disminuir la gran cantidad de transacciones que se efectúan en el mercado de cambios paralelo. Aun teniendo en cuenta los argumentos que parecen sustentar la decisión de devaluar la moneda, la mayoría de los agentes de la economía venezolana se vio sorprendida por la magnitud de la devaluación.

Precios y votos

La principal objeción que se achaca a la decisión apunta a que ésta podría llegar a generar un proceso inflacionario capaz de conducir a un incremento de precios superior al 30% anual. Venezuela cerró 2009 con una inflación de 25% y ese año fue el país de la región en el que los precios se dispararon más. Según declaraciones del economista venezolano Maikel Bello, recogidas por la agencia de noticias AFP, “los ingresos del gobierno aumentan y su situación fiscal mejora. El Ejecutivo y PDVSA son los grandes beneficiarios de esta situación”, estimó. Acerca del impacto de la devaluación en los precios, Bello cree que actualmente existe “una gran incertidumbre. El impacto inflacionario dependerá de la reacción del gobierno y de si puede controlar el mercado paralelo del dólar”.

Se calcula que la implementación del nuevo sistema de cambios múltiples le permitirá al gobierno hacerse con ingresos extras por un total de 100.000.000.000 de bolívares, es decir unos 23.250.000.000 de dólares si el cambio de una moneda a la otra es efectuado a la cotización de 4,30. Desde la oposición se ha criticado fuertemente la medida y se argumenta que tras la fuerte devaluación del bolívar, lo que busca el gobierno es mejorar los ingresos del sector público mientras carga sobre la ciudadanía los costos de la depreciación. La principal controversia entre gobierno y oposición consiste en que ésta estima que Chávez utilizará estos nuevos ingresos con fines electorales, lo que conduciría a un fuerte aumento del gasto público en un año en el que se elegirán nuevos representantes para la Asamblea Nacional, principal órgano legislativo de Venezuela.

En un contexto financiero en el que la mayor parte de los países sudamericanos afronta un ingreso masivo de capitales debido a las bajas tasas de interés que rigen en el mundo desarrollado, en los nueve primeros meses de 2009 Venezuela experimentó un déficit en su cuenta capital superior a los 1.700.000.000 de dólares, producto del permanente egreso de divisas desde su sistema financiero. De todas formas, el país ha logrado incrementar sus reservas gracias a un superávit comercial equivalente a 7.550.000.000 de dólares, aunque sufrió un severa reducción respecto del año anterior, cuando el superávit había alcanzado los 19.335.000.000 de dólares.

Según informó el martes pasado el portal de noticias económicas Bloomberg, en estos últimos días el presidente Chávez mandató al Banco Central de Venezuela (BCV) a intervenir en el mercado de cambios mediante la venta de dólares. La medida busca sustentar la nueva política cambiaria, a la vez que desestimular la operativa del mercado informal, donde el dólar cotiza actualmente a 6,3 bolívares. Es la primera vez en seis años que la autoridad monetaria vende dólares que forman parte de sus reservas y se estima que desde el 13 de enero lleva colocados unos 179.000.000 de dólares.

En 2009 Venezuela sintió el impacto de la crisis financiera internacional y en los primeros nueve meses del año su Producto Interno Bruto acumuló una caída de 2,2% respecto de igual período del año anterior, en tanto que sólo en el tercer trimestre la caída se situó en 4,5%, según informó el BCV. La contracción económica está en buena medida explicada por el descenso de 6,1% de la actividad petrolera, principal fuente de ingresos del país caribeño. Por otra parte, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, las exportaciones no petroleras efectuadas entre enero y octubre de 2009 cayeron 60,4% con relación a 2008, pasando de 4.974.000.000 a 1.971.000.000 de dólares.