La neblina ocultaba la punta del forúnculo arquitectónico de 15 pisos que emerge en el centro. En la próxima cuadra una nueva tienda de ropa, exclusiva para ellas y vestida de madera. Pocos autos, poca gente. Y el faro-reloj-de-sol en el mismo lugar, esperando visitas. Todavía parecía que La Paloma estaba descansando, como de vacaciones, pronta para dar el resto. El balneario dejaba disfrutar esa calma que dicen que antecede a la tormenta. A la otra, la seca: la de playas hormigueantes y supermercados sin cerveza fría, la de boliches mañaneros y atardeceres en La Balconada, o en la laguna, donde la gente no aplaude pero el sol baja igual, la de fútbol en Costa Azul, toques en La Solari y mucho Alikal.

Hace tres años que por disposición municipal los boliches se mudaron para La Aguada y La Paloma se puso top. Son tres, grandecitos, para cinco o seis mil personas cada uno. Sobremonte, único con terraza al Atlántico, es el hermano menor con problemas de identidad: cada verano estrena nombre nuevo. El primer año se llamó “El Hornito” y cerró antes del 15 de enero, el segundo año decía en su frente “Hippie” y conoció la fiesta cuando desde Argentina llegó Alcides; este año probará suerte con “Sobremonte”. Al lado está Arachanes, un viejo itinerante de la noche que nació en La Pedrera y creció en Arachania, para instalarse finalmente frente al mar de La Aguada. El baile con nombre de indios tiene tres quinchos y seis barras. Si bien picó en punta frente a los demás, por continuar una tradición pachanguera que comenzó en 2002 a las afueras de La Pedrera, con horno de barro auténtico donde se danzaba electrónica, el verano pasado perdió con el glamoroso vecino Pogo, que se quedó con el tan preciado título de “boliche del verano” (algo así como los Florencios para el teatro pero en verdes). Con los verdes sobre el mostrador, los dueños de Pogo arrendaron esta temporada Arachanes y son casi los dueños de la noche de La Paloma.

Para los que gustan de esas noches que arrancan a las 5 de la mañana y terminan a las 11, cuando el sol pega y al disc jokey le apagan la luz, conseguimos algunos datitos: 120 pesos duele la cerveza de litro, 150 y seguramente un rato largo de cola cuesta la entrada, 1.500 pesos sale la vip que permite el ingreso todo el verano, y si la chanchita engordó o Papá Noel se puso se puede alquilar una de las seis barras del Pogo a 250 mil pesos la más barata.

Sin embargo, en tanto balneario, parece ser Punta del Diablo la perla de la fiesta esta temporada. Las tertulias del hippie-chetismo encuentran en Bitácora y Viejo Diablo sus templos. La novedad quizá sea Mandinga, un multiespacio cultural que abre este año en playa El Rivero, cerca de los dos tradicionales boliches con ilusiones de previa, en el que habrá talleres de plástica, muestras fotográficas y de cortometrajes, presentaciones de libros y estarán también algunos de los ganadores de la movida joven 2009 en el rubro humor.

En La Paloma tampoco todo es boliche. Dos de las movidas musicales más interesantes que tendrá serán el Bahía Rock, en su tercera edición, y carnaval con el Cuarteto de Nos en el teatro del parque Andresito. Mientras que la fecha exacta de los bipolares no está confirmada, el Bahía ya está armado. Este sábado abren los locatarios Rockandosis a las 16.00 y cierran Los Pericos de Argentina. Como contrapartida de estos recitales, El Hinden seguirá dando, como hace ya casi una década y con perfil bajo, las mejores veladas nocturnas en sesiones íntimas de música. Los toques se anuncian únicamente en el pizarrón, que ha resistido veranos de salitre atado con alambre a una columna de la avenida Solari. En un ambiente rústico, con austeridad publicitaria -que ha experimentado incluso los mensajes encriptados sobre la pizarra para evitar el embotellamiento humano característico de los tres grandotes de La Aguada- en el Hinden suelen tocar Jorge Drexler, Ojos de Cielo, La Triple Nelson, Los Terapeutas. Un resto pub escondido a dos cuadras de Antel, que no se ha mareado con los fuegos artificiales.

Y por si el sol sigue de resaca es bueno saber que en el cine de La Paloma están dando Bastardos sin gloria y Los abrazos rotos.