La preocupación generada porque algunos países mantienen bajo el valor de sus monedas para defender su competitividad en el comercio internacional llevó a los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a mostrar, cada uno por su lado, preocupación por los riesgos que eso implicaría para la aún tambaleante recuperación económica.

No insistan

La Unión Europea anunció que seguirá presionando a China para que revalúe el yuan, pese a que el gigante asiático podría no hacer caso a la presión extranjera, según afirmaron funcionarios de la Comisión Europea a la agencia de noticias Reuters. El primer ministro chino, Wen Jiabao, había solicitado al bloque europeo que deje de “presionar”. En otro orden, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dijo que “a Estados Unidos le conviene un dólar fuerte” y advirtió que la excesiva volatilidad en los mercados de divisas tiene consecuencias adversas para la estabilidad económica y financiera. De acuerdo con lo consignado por la agencia de noticias EFE, la Comisión Europea teme que la cotización del euro, excesivamente elevada, pueda afectar negativamente la recuperación económica.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y el presidente del BM, Robert Zoellick, lanzaron ayer la advertencia en conferencias de prensa que brindaron por separado en Washington, donde se realizará desde hoy hasta el domingo la asamblea conjunta de ambas instituciones con la situación de las divisas, en especial el yuan chino y el dólar estadounidense, entre sus principales focos de atención.

La expresión “guerra de divisas” alude a la tendencia de las autoridades de ciertos países a devaluar sus monedas para ganar competitividad y ventajas comerciales frente al resto. China, en particular, es acusada de depreciar artificialmente el yuan para abaratar sus exportaciones. Estados Unidos, su principal acusador, ha presionando al gigante asiático para que aprecie su divisa. Beijing anunció en junio que permitiría la fluctuación de su moneda de acuerdo con las fuerzas del mercado, pero el valor del yuan se ha mantenido sin grandes cambios desde entonces.

Pero China no juega sola. Cada vez son más los países que intentan frenar la revaluación de sus monedas con mayor o menor grado de éxito, como Brasil, Japón, e incluso Uruguay. Con ese telón de fondo, el BM y el FMI han alertado que esta carrera puede bloquear la recuperación económica mundial.

Strauss-Kahn alertó en su conferencia de prensa sobre países que utilizan sus monedas como “armas”, lo que no ocurre “precisamente en el mejor momento de la economía global”. En la misma línea, Zoellick aseguró: “Hoy vivimos en tensión por la cuestión de las monedas” y añadió que “las tensiones pueden causar malestar cuando no se las trata de forma adecuada”. De esta forma, se prevé que en la asamblea del BM y el FMI resuenen desde hoy algunos proyectiles de la “guerra de divisas”.

Sando-kahn

El director del FMI advirtió que la economía mundial no recuperará su equilibrio si no hay un ajuste en la cotización de las divisas, y criticó a algunos países por considerarlas un “arma” comercial, al mantenerlas artificialmente bajas. “Todo el mundo habla de una guerra de divisas. Aunque es una descripción exagerada, se podría decir que muchos consideran las suyas como un arma. Queda claro que esto no es positivo para la economía global”, remarcó Strauss-Kahn.

En ese sentido, opinó que el FMI podría ser el foro adecuado para discutir la situación actual de los tipos de cambio, algo que ya había sugerido antes el secretario del Tesoro (ministro de finanzas) de Estados Unidos, Timothy Geithner. No obstante, reconoció que es un problema que llevará “tiempo” solucionar.

Strauss-Kahn indicó que la recuperación económica aún es “frágil porque es desigual”: frente al sólido crecimiento de los países emergentes los industrializados avanzan con lentitud. En particular, recordó que el producto de Europa crece “lento” y que persiste la incertidumbre en Estados Unidos. Asimismo, enfatizó que no puede haber soluciones nacionales a una crisis global. Por el contrario, dijo, son necesarias acciones cordinadas.

El momento para imponer una coordinación mundial “no está esfumándose sino disminuyendo”, lo cual constituye, de todos modos, “una verdadera amenaza porque todos deben recordar la idea de que no hay una solución nacional a una crisis global”, sostuvo el director del FMI. A su vez, interpretó que el fondo no cantará victoria en su combate a la crisis hasta que la economía mundial logre crear empleos, algo para lo que, según Strauss-Kahn, todavía falta tiempo.

Alta tensión

Luego de la conferencia del director gerente del FMI le tocó el turno al presidente del BM, quien prácticamente calcó el discurso. Zoellick dijo que la campaña de numerosos países para abatir sus monedas y aumentar su competitividad generará “tensiones”, pero descartó una “guerra”. “No preveo que estemos avanzando hacia una guerra de divisas aunque claramente habrá tensiones, sobre todo en el caso de países con superávits comerciales o de cuenta corriente que están interviniendo sus divisas para mantenerlas bajas”, dijo.

Con respecto a la situación económica mundial, coincidió en que la recuperación aún es frágil y se ha desacelerado desde mayo, aunque descartó una recaída en recesión.

El presidente del BM subrayó que las economías emergentes vienen mostrando un mejor ritmo de crecimiento que los países avanzados, si bien reconoció que aún afrontan desafíos importantes. En particular, subrayó que si bien “muchos países en desarrollo han recuperado el acceso a los mercados de capital, los préstamos bancarios siguen siendo escasos”. Por otra parte, criticó que el aumento del precio del trigo está afectando al de otros productos alimenticios.