Gustavo y Eduardo, dos pacientes vinculados a la radio desde hace años, y la psicóloga Cecilia Baroni recibieron a la diaria para conversar sobre la propuesta y las posibles mejoras a futuro de la radio. El encuentro fue muy disperso; frases olvidadas, ideas inconclusas, retomadas una y otra vez, y varias conversaciones cruzadas constituyeron la tónica general. También reinaron los comentarios disparatados y las carcajadas, riéndose de quienes los rodean y, lo más importante, de sí mismos.

Baroni, que está desde el principio en Vilardevoz, explicó que si bien ella y el resto de los psicólogos que integran la radio son parte importante, son conscientes de que si uno de ellos se va del proyecto la emisora comunitaria sigue funcionando. Desde el inicio se apuntó a la autonomía de los pacientes, a la generación de propuestas viables que pudieran ser desarrolladas por ellos mismos, las cuales se fueran puliendo con el paso del tiempo. La población es muy oscilante, pero siempre hay algunos que se enganchan más y se comprometen con la actividad. “La radio hoy es un espacio de referencia, de encuentro y de no obligatoriedad de algunas cosas, aunque no siempre es así, porque el compromiso se tiene que construir por algún lado. Si no tenés compromiso no tenés autoridad de venir y hacer sugerencias”, especificó Baroni.

De todo lo vivido desde 1997 recordaron el robo de los equipos, ocurrido en 2006, hecho que los llevó a cuestionarse si seguir adelante con la propuesta. El entusiasmo de los integrantes de Vilardevoz y la asunción de nuevas autoridades les dieron fuerza para organizarse, conseguir nuevos equipos y pelear por un espacio más amplio dentro del hospital. Fue así que crearon una fonoplantea a la que asisten familiares, amigos y vecinos de quienes trabajan allí, pero también muchos estudiantes de diversas orientaciones que van a aprender de la iniciativa y de sus protagonistas.

la diaria consultó a Gustavo sobre cómo se sentían al estar rodeados de psicólogos y estudiantes. Respondió con picardía: “Como ratas de laboratorio”. Eduardo no demoró ni un segundo en decir: “No es tan así” y Gustavo agregó, risueño: “No, como ratoncitos”. Luego de rezongarlo, Eduardo explicó que para ellos el vínculo con los psicólogos “es como hacer sociales; vienen, te saludan con un beso, les decimos ‘buen día’ y nos ponemos a tomar mate con ellos. Nosotros somos parte de ellos y ellos son parte de nosotros”.

Locura exclusiva

Contribuir en el proceso de rehabilitación de los pacientes psiquiátricos a partir de una perspectiva de salud comunitaria es uno de los objetivos de la radio. Además se fomenta la participación y la reinserción social.

En cuanto a los objetivos planteados, Baroni destacó que Vilardevoz también sirve para formar profesionales puesto que todos los años se involucran a la propuesta pasantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Esta participación que hoy se vive con total naturalidad no siempre fue así; de hecho, Baroni recordó que la radio surgió en el marco de un hospital en el que trabajaban solamente dos psicólogos, mientras que el resto eran psiquiatras. “La locura era terreno de psiquiatras”, dijo. “Nosotros empezamos siendo estudiantes y cuando llegamos al hospital encontramos un potencial impresionante de lo que podía ser una herramienta de comunicación que permitiera que la locura no quedara encerrada entre cuatro muros”. Compartir la locura les permitió ofrecer una nueva mirada del tema y modificar, en parte, el imaginario colectivo construido desde siempre.

Baroni reconoció que hubo un cambio de cultura en la sociedad que promueve una forma de trabajo amigable con los pacientes psiquiátricos y que ayudó a eliminar algunas barreras.

Vilardevoz a futuro

Luego de recordar y reflexionar sobre lo que se hizo hasta ahora, Eduardo aseguró: “Logramos mucho pero todavía faltan muchas cosas por hacer”.

A Gustavo, por ejemplo, le gustaría que la radio comunitaria regularizara el pago de los derechos de autor. También dijo que sería bueno que él y todos los que trabajan en Vilardevoz pudieran cobrar, si bien enfatizó: “Nosotros no venimos por la plata sino por el compromiso asumido”. Contó que para él la radio es un espacio único y que lo ha ayudado a tener menos recaídas. “Lo que tiene la radio es que a veces yo me voy porque estoy apurado o porque me quiero ir y después, cuando estoy dando vueltas en el centro de la ciudad, me pregunto: ‘¿por qué no me voy para la radio de nuevo?’”, dijo riéndose de su razonamiento.

Baroni coincidió en la posibilidad de que todos los que pasan por la radio pudieran cobrar, recordó que la radio es autónoma del centro diurno del hospital y que todos son honorarios.

Expresó que los cambios que se generen van a depender de los mismos pacientes, y que lo más importante es seguir estando “en las buenas y en las malas”, así como acompañar en los altibajos para evitar las recaídas.