El gobierno de Irlanda anunció ayer el acuerdo final con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El rescate financiero por 85.000 millones de euros le dará aire tanto a su economía como al resto del bloque. Un posible default (cese de pagos de la deuda) y la amenaza de que Irlanda contagie a otros países aterran a las bolsas.
Es el segundo rescate de la UE a uno de sus países en procura de evitar que la crisis interna se extienda, por ejemplo, a Portugal o España. De los 85.000 millones de euros, el FMI aportará 22.500 millones, el mismo importe que aportará la UE, mientras que el programa temporal para la estabilidad financiera creado en mayo contribuirá con 17.600 millones, y el resto provendrá de países del bloque mediante préstamos bilaterales. Prestarán dinero el Reino Unido (3.844 millones de euros), Suecia (598 millones) y Dinamarca (293 millones). La propia Irlanda aportará 17.665 millones con líquido de tesorería y la reserva de pensiones.
Del total se destinarán 35.000 millones de euros a los bancos (10.000 millones para recapitalización directa y 25.000 millones a un fondo de contingencia). Los otros 50.000 millones irán a las cuentas públicas. Irlanda deberá pagar el préstamo en tres años, a una tasa de interés promedio y flexible de 5,8% anual, superior a la impuesta a Grecia (5,2%) e inferior a la de 6,7% con la que se especulaba previamente.
El programa de asistencia se apoya en el plan cuatrienal de austeridad presentado la semana pasada por el gobierno irlandés, que establece un ahorro de 15.000 millones de euros para reducir el enorme déficit fiscal. El anuncio se conoció ayer, cuando las bolsas descansaban, para imponer calma y abrir la semana sin turbulencias por la deuda irlandesa, ni por la española y portuguesa. Además, Alemania y Francia acordaron la forma en que debería operar un mecanismo para resolver crisis de deuda en la zona euro una vez que el sistema sea puesto en marcha a partir de 2013.