El INDEC es blanco de críticas desde múltiples sectores, que van desde la prensa opositora al gobierno hasta economistas, consultoras privadas y organismos internacionales. La baja credibilidad de ese organismo público radica en la forma en que éste efectúa el procesamiento de datos estadísticos y en cómo presenta sus indicadores ante la opinión pública, y sus resultados han provocado grandes diferencias entre sus números y las mediciones realizadas por organizaciones y especialistas privados. Los principales críticos del INDEC también señalan el error que supuso -por parte del gobierno- intervenir políticamente esa repartición estatal mediante la designación de varios cargos de confianza política, restándole credibilidad al perfil técnico que mantenía anteriormente el instituto.

De acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que el INDEC elabora para la ciudad autónoma de Buenos Aires y los partidos (departamentos) que componen el extenso conurbano del Gran Buenos Aires, a actubre de este año la inflación acumulada fue de 9,2%, mientras que en términos interanuales el IPC registró una suba de 11,1%. Sin embargo, las proyecciones de los analistas privados señalan que en octubre la inflación interanual fue de 24%, casi 13 puntos por encima del cálculo del INDEC. Según los privados, el incremento de los precios es consecuencia de la política fiscal que viene aplicando el gobierno, por un lado, y de la política monetaria, por otro.

Los analistas consideran desmedidos los incrementos del gasto que viene implementando la administración, y ponen especial énfasis en el crecimiento de las retribuciones, jubilaciones y transferencias que efectúa el Estado. De acuerdo al Índice de Salarios que publica el propio INDEC, en octubre los salarios acumularon un crecimiento de 23,5%, mientras que respecto de igual mes de 2009 el incremento fue de 25,9%. Los analistas privados piensan también que la política monetaria está agregando presión sobre los precios, ya que el Banco Central (BCRA) viene aumentando considerablemente sus emisiones de dinero.

En declaraciones que recoge el diario opositor La Nación, el economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Joaquín Ledesma & Asociados, aseguró que “no hay dudas de que la política monetaria ya tiene responsabilidad en la inflación”, antes de estimar que a ella correspondería “el 40% de la culpa”, mientras que el resto correspondería a la política fiscal. “En los últimos 12 meses el circulante (emisión neta) se incrementó en 29.000 millones de pesos. Al mismo tiempo, el BCRA financió al Tesoro en poco más de 25.000 millones de pesos por utilidades devengadas giradas e incremento neto de adelantos transitorios. En otras palabras, 85% de la emisión monetaria neta de operaciones de esterilización tuvo su origen en el financiamiento monetario del déficit del gobierno. Así se descubre que la principal variable que considera el BCRA al fijar el programa monetario no es la tasa de inflación ni el tipo de cambio ni las reservas, sino las necesidades financieras del Tesoro Nacional”, analizó.

Indexación externa

Al igual que sucede en otros países de la región, Argentina viene experimentando un incremento en el ingreso de divisas desde otras zonas del mundo que exhiben una elevada liquidez, proceso que generalmente tiende a depreciar el tipo de cambio. Hasta el momento, sin embargo, Argentina no ha sufrido el impacto de un proceso de apreciación de su moneda, evolución sí verificada en la mayoría de los países de la zona, en parte porque no ha logrado captar los niveles de Inversión Extranjera Directa que están recibiendo sus vecinos, principalmente Brasil; y además, en buena medida porque el gobierno prefiere sostener un tipo de cambio competitivo, opción que resulta vital para la buena salud del sector exportador de la economía.

A pesar de que el peso argentino ha estado por fuera de la ola de apreciaciones que se dieron en la región, Osvaldo Cado, de la administradora QFD, puso su mirada sobre el retraso que está comenzando a mostrar el tipo de cambio contra el dólar y lo asocia al proceso inflacionario que vive Argentina. “El tipo de cambio nominal depreciado es la otra cara de una política monetaria expansiva. Entran dólares y, para que no se aprecie el peso, el BCRA los compra y después no llega a esterilizar todo. En conclusión, gran parte de la inflación en ese período fue importada”, explicó el economista en declaraciones a La Nación.

Tiempo sin vernos

En los días que corren comienza la instalación en Argentina de una misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI). La visita es la primera en cinco años y tiene como objetivo asistir técnicamente al gobierno del vecino país acerca de la elaboración de un nuevo índice de precios nacional. La situación es vista como un primer reconocimiento desde el gobierno en cuanto a que algo funciona mal en el INDEC. “Vamos a Argentina porque las autoridades nos pidieron ayuda con su índice de precios al consumidor”, confirmó Caroline Atkinson, vocera del FMI, en una conferencia de prensa que tuvo lugar el jueves pasado en Washington. Sobre el punto, Atkinson agregó: “Lo que esperamos, y es lo típico en este tipo de misiones, es que el equipo se entreviste con funcionarios, técnicos del INDEC y también con los que utilizan los datos oficiales. Queremos hablar tanto con los productores de las estadísticas como con los usuarios”, adelantó.

El gobierno de Cristina Fernández intenta restarles perfil a otros posibles cometidos de la misión del organismo financiero, sobre todo a un posible monitoreo por parte del FMI de la marcha de la economía argentina en su conjunto. Además, Argentina se opone a la intervención del organismo en el proceso de negociación en torno a una posible cancelación de deuda en default, que el vecino país mantiene con el cártel de acreedores denominado Club de París.