Las agencias calificadoras de riesgo, cuyo prestigio viene cayendo en picada desde el inicio de la crisis financiera, dieron a conocer una nueva cadena de recortes en las notas de riesgo de la deuda de varios países. Además de reducir la calificación de Irlanda hace apenas semanas, también decidieron bajas en las notas de Portugal, Vietnam y Hungría. Y algunas de las principales agencias emitieron un sinnúmero de advertencias a varios países que, pese a haber esquivado los recortes, deberán poner las barbas en remojo si no quieren recibir malas noticias en el futuro próximo.

En el caso de Irlanda, la agencia Moody´s, de origen estadounidense, decidió el 17 de diciembre recortar la nota en cinco escalones. La decisión implicó un nuevo cimbronazo para la pequeña economía céltica, que tiene pautado un duro programa de ajuste fiscal a cumplir si su gobierno quiere recibir los fondos que la UE comprometió para sanear sus cuentas públicas. El anuncio llegó sólo una semana después del recorte decidido por Fitch Ratings, otra de las “tres grandes” calificadoras (la lista se completa con la también norteamericana Standard & Poor's). La baja de la nota irlandesa complica aún más el acceso al financiamiento del gobierno, que ahora deberá servir intereses mayores por sus bonos soberanos, lo que encarece más sus emisiones en el mercado.

Un día antes de pronunciarse sobre la deuda irlandesa, Moody´s había modificado también a la baja la de Vietnam. Según la empresa, esta decisión se debió a un aumento del stress financiero provocado por el riesgo de una crisis en la balanza de pagos, una creciente inflación y la enorme deuda de la empresa de participación estatal Vinashin, con pérdidas por aproximadamente 4.400 millones de dólares. Una semana después, el 23 de diciembre, Standard & Poor's se sumaba a su competidora corrigiendo a la baja la nota de deuda del estado asiático.

Y ésa es una de tantas...

Vietnam presentó altas tasas de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos años, con un modelo económico muy similar al chino, combinando un régimen político autoritario con reformas económicas amigables con el mercado. Sin embargo, y a pesar de su vigoroso crecimiento, sigue siendo un país pobre y su PIB per cápita ronda los 1.000 dólares. Pese a captar porciones cada vez mayores de inversión extranjera directa, el crecimiento vietnamita convive con una inflación estructural y un sector público ampliamente deficitario. Según cifras oficiales, la inflación alcanzaría un alza de 11,8% en 2010, excediendo las proyecciones iniciales, que preveían un alza de precios de 8%.

Otro país víctima de una nueva caída en su calificación fue Hungría, al que la semana pasada la agencia Fitch Ratings decidió recortar nuevamente su nota de deuda. La rebaja deja a la deuda magyar a un paso del nivel que se otorga a los bonos “basura”, denominados así por el elevado riesgo que implica su adquisición. Hungría acaba de aprobar un presupuesto con medidas de ajuste fiscal orientado a llevar el déficit público a menos de 3% del PIB, tope impuesto por la UE. Pero Fitch evaluó negativamente las acciones adoptadas por el gobierno del primer ministro Viktor Orbán, que “ha llevado a cabo planes fiscales que van en la dirección equivocada para una mayor consolidación fiscal. Estos planes podrían empeorar el panorama presupuestario subyacente de mediano plazo en cerca de 4 puntos porcentuales del PIB en el 2011-2012", auguró.

Portugal es actualmente el país de la eurozona que soporta mayor presión sobre su deuda, especulándose con que sea el próximo en solicitar asistencia a la UE. La nación ibérica también fue objeto de una nueva degradación de su deuda soberana, cuya nota fue rebajada la semana pasada desde "Aa-" a "A+" por Fitch. Pero Portugal aún se ubica en el rango de calificaciones de grado inversor (“investment grade”), aunque en su comunicado Fitch no descarta futuras rebajas dada la precaria situación financiera lusa.

Sombras chinescas

En tanto, según consignó la agencia Reuters, “China estaría dispuesta a comprar entre 4.000 millones y 5.000 millones de euros -6.600 millones de dólares- de deuda soberana portuguesa para ayudar a aliviar la presión sobre los mercados de deuda”, informó el diario luso Jornal de Negocios. El acuerdo entre el gobierno chino y su par portugués llevaría a que el primero compre deuda durante el primer trimestre de 2011.

La forma en que las calificadoras de riesgo otorgan sus notas es duramente cuestionada por varios gobiernos y diferentes actores del mundo económico. La principal crítica refiere a que sus notas no sirvieron para predecir la crisis, y a que países que ostentaban notas muy elevadas terminaron cayendo en profundas crisis de endeudamiento. Además, las agencias terminan debilitando aún más a las naciones con problemas financieros, ya que muchas veces rebajan violentamente sus calificaciones en los momentos de mayor zozobra. Además, llama la atención que esas empresas aún no rebajaron la calificación de Estados Unidos, que sigue gozando de la máxima nota pese a haber sumado un déficit fiscal de 10% en 2009 y de tener una deuda pública equivalente al 95% de su producción. La única calificadora que rebajó la nota de la deuda norteamericana fue la agencia china Dagong.