Almagro presentó en la Cámara Mercantil los principales lineamientos de lo que será la política exterior de Uruguay durante la nueva administración, asegurando que ésta deberá tener “la base de consenso más amplia posible” a nivel político. En ese sentido, destacó que las principales medidas pasan por mirar “hacia afuera”, pero también “hacia adentro”.

Tríptico

Medio ambiente: el canciller afirmó que el país debe continuar con un compromiso ético, asegurando que “es algo que deben resolver todos los Estados”. Asimismo, apuntó que las negociaciones tienen que ser buenas, con objetivos ambiciosos, pero aplicables. Derechos Humanos: “Uruguay debe ser militante en materia de derechos humanos”, aseveró Almagro, defendiendo que el país tiene que “respetar las decisiones” que solventa “en los organismos internacionales más allá de valoraciones subjetivas”, lo que también se aplica a “los casos que Uruguay tiene pendientes en la Corte Interamericana”. Diáspora: enfatizó que el “último referéndum fue un golpe duro, difícil de asimilar y de comprender”. No obstante, convocó a “fortalecer los vínculos, porque lo importante son los uruguayos: los que viven en el país y los que viven afuera, que tienen recursos y conocimientos que no tenemos”. “Perderlos es una herejía”, alertó.

Sobre este último aspecto, manifestó que el país deberá realizar inversiones importantes en recursos humanos, porque “esto será lo que nos va a permitir despegar”. No obstante, advirtió que “la ecuación actual no sustenta programas de mediano y largo plazo” debido a los problemas educativos de los jóvenes. Ante ello, es menester “fomentar la capacitación”, camino que debe contar con un “amplio consenso para lograr las posibilidades de proyección del país”.

En otro orden, Almagro sostuvo que la política exterior “no es ajena” a la general del país, por lo que “los mismos ejes de la gestión para el país deben pasar por la política exterior”. En concreto, se refirió a “tres ejes fundamentales”: la reforma del Estado, el desarrollo del “país productivo” y que éste sea coincidente con las políticas sociales.

Jerarquizó, además, la interinstitucionalidad de la República, que debe ser “reflejada en el exterior”, en virtud de lo cual enfatizó la necesidad de “no seguir evaluando a los funcionarios y las misiones del país como se hace actualmente”, sino en función de “una evaluación por gestión en base a los objetivos trazados”. En la misma línea, destacó que las partidas de gasto de oficina tienen que definirse según cuán “prioritario para Uruguay” sea cada país en materia económica. “No puede ser que la partida de gastos de la embajada en China sea menor que la que hay en otros países que tienen aproximadamente 50% menos comercio con Uruguay. Eso es lo que hay que racionalizar”, puntualizó. También mencionó la necesidad de fortalecer instituciones como Uruguay XXI, al que calificó como un instrumento “muy bueno pero perfectible”, en el entendido de que se encuentra en un “limbo institucional”.

Asimismo, el ministro llamó a “fortalecer más el vínculo con el sector privado”, ya que “el Estado es quien promueve los negocios, busca nuevos mercados, elimina las barreras circunstanciales, genera acuerdos, pero los privados son los que firman los negocios”, destacó.

Buenos vecinos

En cuanto a la proyección externa, Almagro apuntó que, más allá de “nudos críticos” por los que ha pasado, Uruguay “siempre gozó de confianza y respeto internacional”, y, en ese sentido, enfatizó su proceso de transformación en “un país modelo en la región”.

En materia de inserción internacional, sostuvo que la “prioridad del país” surge de “la cercanía” y de “ver las estadísticas comerciales”, por lo que se debe “trabajar con los vecinos en un marco de confianza”. En particular, se refirió a la “prioritaria relación con Brasil”, que “más allá de problemas puntuales es insustituible: hay una interconexión muy fuerte que no puede ser desconsiderada”.

Es así que en el marco de las relaciones con los dos vecinos “está el Mercosur”, alusión a la necesaria vinculación con el mundo mediante el bloque regional. En esa línea, añadió que China no estaría interesada en negociar un acuerdo bilateral con Uruguay sino con el Mercosur, aunque especificó que para ello es necesario que “Paraguay reconozca a China”, y recordó que lo mismo sucede con la Unión Europea. En cuanto al Tratado de Libre Comercio que no se firmó con Estados Unidos, Almagro indicó que es “un tren que va pasando dos veces ya”: una durante la administración de Jorge Batlle y otra, la más reciente y polémica, durante la de Tabaré Vázquez. “Va a pasar otra vez el tren, en algún momento nos vamos a subir”, declaró.

Almagro observó: “Cuanto más se diversifican las exportaciones, más se concentra el comercio en la región, y cuanto más concentramos nuestras exportaciones, más se diversifican los destinos”, realidad que demanda “resolver esta ecuación”. Ello se logra, a su entender, haciendo que el Estado “resuelva los problemas de los empresarios y no que les genere trabas”, así como “ideando mecanismos que nos permitan llegar a otros países desarrollados con productos de excelencia y calidad”.