Loustaunau detalló que el criterio de “no establecer pautas previas” apunta a “no generar rigideces en la negociación”, aunque habrá lineamientos oficiales marcados “por el propio mercado y la realidad de cada sector”. En abril habrá una reunión tripartita convocada por el gobierno, con fecha a definir, pero se concretará antes del 1º de mayo.

El Ministerio de Trabajo promoverá el mantenimiento del salario real, es decir, ajustarlo por inflación y elevar el poder adquisitivo “en función de la realidad de cada sector”. El viceministro descartó ajustes “empresa por empresa”, como propone el sector privado.

Fuera de ello “no hay nada determinado ni concreto” sobre la negociación ni acerca de los “plazos” de vigencia de los convenios, aunque la economía, con la inflación relativamente controlada, torna “viables” acuerdos de largo plazo con cláusulas de salvaguarda que cubran cambios de coyuntura.

El dirigente del PIT-CNT Juan Castillo manifestó a la diaria que si bien el sindicalismo está “en pleno debate” en torno a sus objetivos, sus conceptos básicos son “la mejor distribución de la riqueza, incorporar más trabajadores, capacitación y aumento del salario real”. La central buscará “duplicar el Salario Mínimo Nacional” (4.799 pesos) durante el quinquenio y, simultáneamente, aumentar 20% el salario real, factor condicionado “a las perspectivas de aumento de la inversión y la economía que tiene el gobierno”.

Una visión opuesta exhibió el presidente de la Cámara de Industrias, Diego Balestra, quien puntualizó que ya no corre “hablar más de recuperación salarial”; ésta, indicó, se dio en la pasada administración, por lo que los ajustes deben hacerse “empresa por empresa”, atendiendo a la realidad de cada una. Balestra pidió “mucho cuidado y mucha cautela” para negociar y recomendó que la “productividad” y la “competitividad” de las compañías señalicen las modificaciones de ingresos.

Éste es un punto de fricción con el PIT-CNT, donde pretenden que la productividad sea “una variable más de ajuste pero no la exclusiva”. “Lo que reclaman los empresarios con este concepto es una mayor plusvalía”, disparó Castillo, señalando que los ajustes por productividad se discutirán para el “salario variable” pero no como norma general del ingreso.

Se valora el esfuerzo

El último comunicado del Comité de Política Monetaria del Banco Central (ver la diaria de ayer) deja entrever que el Ministerio de Economía sólo habilitaría ajustes salariales moderados para no sumar presiones inflacionarias a la economía, visión que Castillo criticó porque “está usando el argumento de gobiernos anteriores”.

Los sindicatos también pondrán sobre la mesa temas como la mejora en la calidad del empleo, diferencias de género y reducción de la jornada laboral. Esta última será “la gran pelea” del período, que verá a los gremios de asalariados avanzando “paso a paso” en “aquellas industrias en las que se pueda realizar”. Las reducciones horarias deben “ir acompañadas de incentivos del gobierno, como la reducción de los aportes patronales para las empresas que lo implementen”, propuso el sindicalista.

Al respecto, Loustaunau valoró que se trata de “una reivindicación histórica” de los sindicatos y que su búsqueda será privativa de cada sector, ya que hay “diferentes realidades” y es “necesario analizar la ecuación económica de costos”.

Consultado sobre una resolución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que recomienda al gobierno modificar la Ley de Negociación Colectiva sancionada el año pasado por el Parlamento, el subsecretario la interpretó como un fallo “a favor” de la normativa uruguaya. “Se reconocen los esfuerzos en pos del diálogo social, elogia la ley y hace algunas recomendaciones que no son vinculantes”, resumió. No obstante, “si los sectores empresarial y sindical se ponen de acuerdo en realizarle modificaciones a la ley, se puede modificar. Pero se tienen que poner de acuerdo”, condicionó. Balestra, a su turno, informó que ayer mantuvo “una reunión muy positiva” con el ministro del ramo, Eduardo Brenta, y explicó que el gobierno y el sector empresarial analizarán las recomendaciones del organismo, sin descartar que vuelvan a negociarse los contenidos de la norma.

Por su parte, Castillo dijo que a los empresarios “se les cayó el discurso de que las leyes de negociación eran violatorias y antirreglamentarias”, y destacó que la OIT “pone a Uruguay como ejemplo de normas sobre negociación colectiva”. Adelantó que si gobierno y empresarios reabren los ámbitos de discusión sobre el punto, el PIT-CNT se sumará pero incluirá reivindicaciones.