Los problemas de siempre

El liceo de Playa Pascual se creó en el año 1998, durante la administración de Germán Rama. Fue pensado para albergar a 180 alumnos, pero la matrícula actual supera los 600. Este aumento es proporcional al crecimiento demográfico de esta zona metropolitana, llamada “Ciudad del Plata”, ubicada en el departamento de San José.

En un inicio, el edificio tenía cinco aulas, un laboratorio, un salón de usos múltiples, una sala de informática y una biblioteca. Dado el aumento del alumnado, desde hace años la biblioteca funciona como aula (aquélla fue expulsada al pasillo); el salón de usos múltiples fue subdividido en tres salones (cuya capacidad no permitiría albergar a más de diez alumnos, pero concentra a cerca de veinticinco), y se incorporó un aula prefabricada. Pero aun así, faltaban salones, porque los turnos matutino y vespertino tienen entre doce y trece grupos cada uno.

En diciembre de 2009 las autoridades del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (Codicen-ANEP) solicitaron tres aulas prefabricadas, pero éstas no estuvieron disponibles para el 8 de marzo, fecha fijada para el comienzo de clases. Las autoridades del CES sugirieron que comenzaran los cursos con los grupos que dispusieran de espacio, pero los docentes se negaron y ocuparon el centro de estudios.

No va más

José Olivera, integrante de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria del Uruguay (Fenapes), explicó a la diaria que “los docentes venían planteando la situación desde hacía muchos años. El año pasado existían los mismos problemas que éste y el cuerpo docente anunció que si no se solucionaban los problemas no daban las condiciones para dictar clases este año, y las autoridades no lo hicieron”.

Además de la concreción de las anunciadas aulas, en el orden edilicio los docentes reclamaban el mantenimiento del piso del local y la construcción de una nueva rampa. Pese a haber sido fabricado hace poco más de diez años, al local le faltan muchas baldosas, además de zócalos antideslizantes en la escalera. Martín Pasturino, consejero del CES, explicó a la diaria: “En diciembre le habíamos dado un dinero al liceo para hacer los arreglos antes del comienzo de clases, pero eso no ocurrrió”. Indicó que esto era responsabilidad del equipo de dirección, que en lugar de realizar los acondicionamientos “compró otras cosas”.

El conflicto se destrabó a partir de un planteo conjunto del CES y Fenapes, que fue aprobado por el gremio docente del liceo de Playa Pascual. La empresa de aulas prefabricadas se comprometió a enviarlas para el 22 de marzo, fecha en que comenzarían las clases. Ayer comenzaron los arreglos del piso, y se está en tratativas para hacer una nueva rampa.

Además de los reclamos edilicios, los docentes solicitaban cargos docentes y no docentes. Olivera explicó que se pactó que en el área administrativa ingresen tres funcionarios; se autorizó la solicitud de dos ayudantes de laboratorio; y se accedió a que el cuerpo docente en las horas libres atienda la biblioteca, porque hay un solo cargo para los tres turnos. Como el Consejo manifestó la imposibilidad de agregar cargos, porque tiene los recursos agotados, se hará a través de la organización sindical, cubriendo el cargo en horas libres.

Desde ayer hasta el 22 de marzo “los docentes trabajarán coordinando horarios con la dirección, buscarán adaptaciones programáticas que permitan recuperar los días perdidos, y se harán talleres con los alumnos de primer año”, indicó Olivera.

Proyectos edilicios

La solución edilicia con aulas prefabricadas es provisoria, hasta tanto se concrete el proyecto de construir un nuevo edificio. Olivera observó que a pesar de que el 8 de enero de 2009 este proyecto fue catalogado como obra prioritaria por la División de Infraestructura del Codicen, “al día de hoy no se ha llamado a licitación. Se necesita urgentemente ampliar ese centro de estudios y no hay nada hecho en cuanto a la licitación de la obra; esto cargó los ánimos de docentes, padres y alumnos”.

Por su parte, Pasturino indicó que “el Consejo de Educación Secundaria priorizó la adecuación del liceo, pero en el listado de prioridades del Consejo Directivo Central de la ANEP entraron otros ítems”. El consejero no tiene novedades respecto de la fecha del llamado a licitación para el nuevo edificio.

Consultado sobre el deterioro del liceo actual, Pasturino explicó: “Tenemos serios inconvenientes con el conjunto de obras realizadas en la década de 1990, cuando hubo problemas de edificación”. El consejero explicó que los casos en que hubo problemas fueron presentados ante la justicia, y que hay litigios en curso.

Pero aunque hubiera sanciones económicas, estos “malos negocios” obstruyen las condiciones adecuadas que debería tener un centro educativo. Por otra parte, cabe preguntarse si hace diez años no era posible prever el crecimiento demográfico de la localidad, porque este centro de estudios resultó chico un año después de ser inaugurado.

Buen balance

“No sé cómo este tema llegó a ser tapa de diario, es un tema que normalmente sucede”, reconoció Pasturino, quien agregó que esta ocupación “sirvió para aceitar mecanismos de diálogo con la Federación de Profesores. A veces un conflicto genera toda una institucionalidad que es buena”.

Por su parte, Olivera indicó que su balance “por ahora es positivo, se resolvieron cosas que hacía meses que se pedían”, y destacó el amplio apoyo que obtuvieron de padres, vecinos y estudiantes. “En la asamblea que se hizo en el centro comunal el lunes de noche había más de 500 personas, y la marcha de ayer fue impresionante”, afirmó.

Olivera agregó que “un reclamo muy fuerte en la comunidad” es la ampliación del turno nocturno, que fue creado en 2009 sólo con cursos del Ciclo Básico. Se solicita la creación de dos grupos de 5º año (en orientaciones humanística y biológica), puesto que hay alrededor de 70 alumnos que cursaron 4º grado en el turno nocturno y que este año no podrían continuar los estudios “porque de día trabajan en chacras y fábricas de la zona”.