A un año de iniciado, el proyecto “Tejiendo una cadena solidaria de la lana en el Uruguay” comenzará a comercializar sus productos con la marca Justalana en la 85ª Semana Criolla del Prado, y próximamente lo hará en redes de economía solidaria en Italia.

Según explicó a la diaria el coordinador del proyecto, Pablo Guerra, se trata de “construir una cadena de la lana bajo los principios y métodos de la economía solidaria y el comercio justo”.

El concepto de economía solidaria incluye un amplio espectro de formas organizativas, en el cual se inscriben el cooperativismo, las empresas comunitarias y las asociaciones mutuales, entre otras que cumplen con los principios, los fines y las características de la economía solidaria, que promueven la inclusión social y el respeto medioambiental.

Respecto de la primera etapa del proceso de producción, Guerra explicó que se consiguió que la materia prima provenga de las cooperativas que remiten su producción a la Central Lanera del Uruguay; explicó que se trata de “una lana de primera calidad”, sin sintéticos, que, de no mediar la organización del proyecto, “no se podría conseguir” por los altos costos que representa.

En segundo lugar, detalló que la elaboración del hilado es artesanal y realizada por unas 90 tejedoras, que también realizan un teñido artesanal, mientras que la confección comprende una parte mayoritariamente artesanal y otra industrial, realizada por Cofatex, una empresa recuperada por sus trabajadores.

La tercera fase, de comercialización de los productos, se realizará en “la tienda Ecosol y otras redes de comercio justo a nivel nacional, regional e internacional, que se están explorando”.

En cuanto al costo de los productos, Guerra destacó que lo más importante pasa por “recortar la intermediación y que el grueso de los ingresos vayan a los productores y las tejedoras”; precisó que se busca vender los productos “a un precio justo que permita una retribución digna a los trabajadores”. Esos precios son fijados en discusiones entre los delegados de los distintos grupos y se los determina mediante acuerdo de éstos, buscando que “no sean precios de mercado ni que no puedan competir con éste”.

Los modelos de buzos de diseño italiano que se estarán comercializando en breve lo serán a un valor que va desde los 700 a los 1.400 pesos, tratándose de “productos naturales, con teñido 100% orgánico y 100% lana que no tiene ningún elemento sintético”.

En el proyecto intervienen emprendimientos de los departamentos de Florida, Canelones, Montevideo y Rocha, aunque la intención de sus gestores es extenderlo hacia otros rincones del país donde también se practique la economía solidaria, “que hay muchos”.

Este primer año del proyecto culmina, justamente, con la comercialización que se realizará en la Semana Criolla del Prado, y ahora comienza una segunda fase, de un año de duración, cuyo objetivo es “trabajar con redes de comercio justo de Italia” para que comercialicen los productos manufacturados aquí. Guerra explicó que los contactos necesarios ya están generados y que únicamente resta fijar la fecha para iniciar la concreción.

En cuanto al comercio con la región, se está buscando vender los productos en tiendas de economía solidaria, aunque no a cambio de dinero en efectivo sino “por otros productos artesanales propios, con identidad de sus respectivos países”.

Haz lo que hago

La ministra de Desarrollo Social, Ana Vignoli, dijo a la diaria que en su cartera existe “el programa Economía Social, mediante el cual se da apoyo a distintos tipos de emprendimientos”, y subrayó la relevancia de “tomar la experiencia de este tipo de casos exitosos, que han logrado la comercialización”. “Es importante que los uruguayos se unan en una cadena solidaria en los distintos departamentos y que a su vez se interactúe con otra gente del exterior; me parece que estas experiencias son las que hay que promover y motivar para el desarrollo de otros emprendimientos productivos”, sostuvo.

La secretaria de Estado manifestó que la economía solidaria se basa en un “concepto que hay que retomar en el país, que es el de la solidaridad”, y añadió que se debe buscar el desarrollo de las cadenas solidarias para que “la gente que está en el campo pueda vivir en el campo y del campo”.