Los informes GEO (Global Environment Outlook) del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) son una herramienta de evaluación ambiental utilizada tanto a escala mundial y regional como en el ámbito de cada país y ciudad. Tienen como finalidad informar a la comunidad y a las autoridades sobre el estado del medio ambiente aportando elementos para la toma de decisiones y para el desarrollo de políticas ambientales a nivel urbano.

Riesgos ambientales

Rivera ocupa, desde hace diez años, el último lugar del país en materia de desarrollo humano, según el índice IDH del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2008. La población total del departamento es 104.921 personas; 89% vive en áreas urbanas y 11% en zonas rurales. La ciudad de Rivera concentra el 85% de la población urbana, mientras que el 15% restante se distribuye en estas tres localidades evaluadas. Tabaré Viera, ex intendente de Rivera, reseña, en el prólogo del informe, algunas de las características ambientales más destacables de estas localidades. A su entender la ciudad de Tranqueras es “el epicentro de la creciente forestación en el departamento”. “La otrora incipiente industria maderera comienza a transformarse en grandes aserraderos y pronto industrias de medio y gran porte poblarán las apacibles sierras, con el impacto consecuente en el ambiente. Tranqueras es, además, la entrada principal a la recientemente aprobada Área Protegida del Valle del Lunarejo, una de las reservas de fauna y flora autóctona de más bellas vistas panorámicas de la región”, señala. Respecto de Minas de Corrales, conocida como “la villa del oro”, sostiene que “ha vivido desde el primer tercio del siglo XIX períodos de esplendores y de largas depresiones, según la actividad extractiva esté en proceso o no. Sus ríos y arroyos sufrieron la contaminación con el mercurio en siglos pasados, ahora las nuevas tecnologías han superado estos procesos, pero aun así hay riesgos ambientales importantes”. Por último, la localidad de Vichadero, uno de los puntos más elevados sobre el nivel del mar en Uruguay y cuya población ha vivido de la cría extensiva del ganado, ha tenido en los últimos años “un desarrollo vigoroso de la agricultura, fundamentalmente arroz, con represamientos y altos bombeos de cursos de agua, así como la producción de toneladas de cáscara, impactos muy importantes a tener en cuenta”.

En Uruguay se han llevado a cabo varios informes GEO. El primero, de 2004, se concentró en Montevideo; luego vino el GEO Uruguay, en 2008, y finalmente, los de Canelones y Colonia del Sacramento, elaborados el año pasado.

El GEO Localidades urbanas de Rivera, realizado en conjunto con la Intendencia Municipal de Rivera (IMR), el Centro de Estudios Uruguayos de Tecnología Apropiada (CEUTA) y el Programa de Desarrollo Local ART, tiene la particularidad de ser el primer informe a nivel mundial que trabaja sobre el escenario de localidades intermedias, con poblaciones menores a 10.000 habitantes: Tranqueras, Minas de Corrales y Vichadero. Inti Carro, coordinador general del informe, dijo a la diaria que el documento “define una serie de lineamientos y medidas para el abordaje de las problemáticas ambientales más relevantes, que fueron destacadas en el proceso participativo de evaluación, realizado en cada comunidad. Además, presenta algunas de las posibles estrategias para los temas de saneamiento y residuos sólidos de las tres localidades, y sugiere acciones para problemáticas particulares presentadas en cada uno de los centros poblados”.

Uruguay tiene 43 ciudades intermedias, en las que vive la mitad de la población urbana del interior del país. “Como no se trata de las capitales departamentales, la dotación de servicios es muy mala, desde el saneamiento hasta el ordenamiento territorial. Estas ciudades son receptoras de las migraciones internas del país, sobre todo de la población del medio rural. Tienen la complejidad de la poca infraestructura, ya que las ciudades intermedias crecieron en densidad de población pero no en sus aspectos urbanos, y eso hace que estén en una situación complicada”, dijo Carro.

Residuos mal ubicados

Para el coordinador del informe, la gestión de los residuos urbanos sólidos es una problemática común para las tres zonas. Algunos pobladores que participaron de los talleres destacaron “la falta de conciencia y de cultura ciudadana sobre el manejo de los residuos, la presencia de basurales en la vía pública y la falta de infraestructura adecuada en los vertederos”. Por ese motivo se planteó disminuir en 30% el depósito final de residuos en el vertedero municipal de Minas de Corrales, Tranqueras y Vichadero. “La idea es hacer una recolección diferencial y un plan de educación para que la población pueda clasificar su basura, separando lo que es para reciclar, y, por otro lado, aprovechando la materia orgánica con la elaboración de compostaje”, explicó Carro.

Tranqueras y la ciudad de Rivera son los centros poblados más importantes sobre el Acuífero Guaraní y ambos se abastecen de agua potable a través de perforaciones en este sistema de agua dulce. El problema, según Carro, es que los residuos son depositados en predios muy cerca del río Tacuarembó, en una zona de recarga del acuífero. “Es un tema importante de ordenamiento territorial. Dejamos un montón de sugerencias para revertir esta situación, ya que es clave que los residuos no estén en la planicie de inundación del río”, opinó.

Si bien actualmente se han comenzado a implementar mejoras en los vertederos, tal como se señala en el informe, aún presentan problemas de infraestructura y funcionamiento. Para eso se pensó en la instrumentación de estructuras que obstaculicen el ingreso de animales sueltos (mataburros, cercos, alambrados), en la contratación de funcionarios exclusivamente para el funcionamiento del vertedero y en el rediseño de sitios de depósitos de residuos, de forma que no se mezclen los sólidos con las aguas servidas.

Mal-tratados

Actualmente ninguna de las tres localidades cuenta con red de saneamiento de OSE. Según explicó Carro, sólo los complejos habitacionales MEVIR cuentan con “un sistema de tratamiento realizado por medio de lagunas o humedales que hace su vertido final en cuerpos receptores”. De acuerdo con el informe, ninguno de estos receptores funciona adecuadamente: “Los vecinos que viven cerca de las lagunas se quejan de fuertes olores, y los problemas de calidad de los cuerpos receptores pueden deberse al mal funcionamiento de las unidades de tratamiento. Este tipo de sistemas funciona con la participación de los usuarios, ya que tanto el mantenimiento de la red como de las lagunas y la limpieza de fosas sépticas recaen en ellos mismos”, se sostiene.

El resto de la localidad cuenta con pozos negros que son vaciados mediante un camión de barométrica. “Muchos infiltran el terreno o realizan vertimientos a la vía pública mediante robadores para evitar el vaciado periódico de los pozos por su alto costo, lo que compromete el estado sanitario de la población. Por otro lado, los lodos extraídos por la barométrica, ya sean de los MEVIR como de los sistemas estáticos, deben ser vertidos en sitios de disposición final adecuados a estos fines, lo que actualmente no ocurre, realizándose las descargas a terreno”, recoge el documento.

Según Carro, la evaluación determinó que lo mejor es que OSE realice un saneamiento centralizado. “Al momento la única localidad que es prioridad para el ente es Tranqueras, ya que su población aumentó y resulta más viable extender una red de saneamiento. Paralelamente, planteamos alternativas para ir supliendo la falta de saneamiento centralizado. El plan es reciclar el sistema de barométricas para tener una cobertura efectiva de la ciudad. La idea es ver cuántos camiones se necesita para atender todo y hacer una planta de tratamiento efectiva que funcione mientras OSE no cubra todo el territorio”, explicó.

Forestales, minas y silos

El informe también define planes de acción específicos para contemplar los problemas particulares de cada zona.

En Tranqueras, una localidad rodeada por emprendimientos forestales (ver recuadro), se planteó un plan de difusión y monitoreo para actuar frente a potenciales incendios. “Si se incendian las plantaciones la gente no puede salir de Tranqueras porque está rodeada. Bomberos tiene un plan de evacuación de la ciudad, pero se deben señalar las calles para poder evacuar, formar referentes y tener claras las zonas de mayor riesgo”, explicó Carro.

En los alrededores de Vichadero existen seis silos de granos, a donde se remite la producción de la zona. Uno de ellos está ubicado muy cerca del pueblo, donde, además, se depositan cáscaras de arroz. “Varios de los participantes en los talleres plantearon su preocupación por la alta frecuencia de afecciones respiratorias entre jóvenes y niños del lugar, que atribuyen a material particulado y polvo proveniente de los silos. Hay que atender esa preocupación, por eso planteamos que se realice un monitoreo ciudadano del material que está volando de los silos y se determinen las zonas y los momentos del año más complicados”, dijo. En Minas de Corrales la problemática es la vibración que se produce por la explotación de las canteras. “La minería tiene un control de los niveles de sonoridad de las explosiones y supuestamente están dentro de lo permitido, pero igualmente se planteó monitorear las vibraciones de las estructuras edilicias. Hay que comprar un equipamiento particular y hacer un mapeo de las vibraciones como insumo para el ordenamiento territorial. Hay casas que están sufriendo impactos de la explosión de las mineras y hay que tomar responsabilidades claves”, sostuvo.

El informe es un insumo para realizar acciones tendientes a mejorar las problemáticas ambientales de estas pequeñas localidades del interior del país. Ahora sólo resta conseguir fondos y voluntad política para llevarlas a cabo.