La Clínica Jurídica del OSJ trabaja desde 2007 en lo que considera un “consumo excesivo” de metilfenidato por parte de niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

El metilfenidato es un psicoestimulante derivado de las anfetaminas, creado en 1945, cuyo uso ha crecido de manera importante desde la década de 1990, por ser indicado a niños que padecen Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH). La sustancia no se elabora en Uruguay y “Ritalina” es la marca comercial más expandida.

Funcional al sistema

En 2007 el observatorio inició un juicio contra el MSP solicitando información sobre los volúmenes y los montos invertidos por el Estado en la importación de metilfenidato. El OSJ sospechaba un aumento exponencial de su uso, que fue confirmado por los datos proporcionados por el MSP: en 2001 Uruguay importó 900 gramos de ese psicofármaco, en 2002 comenzó el vertiginoso ascenso y la cifra trepó a 4.500, y en 2007 se importaron 17.000 gramos.

Javier Palummo, abogado y coordinador del OSJ, en diálogo con la diaria cuestionó este incremento: “¿Cuál es el factor que está condicionando el aumento?; ¿existe una epidemia de hiperactividad?”. Y agregó: “Nuestra hipótesis es que las instituciones educativas -superpobladas en muchos casos, o que son instituciones educativas pensadas para otro Uruguay y que están operando en nuestra sociedad- están haciendo crisis y una forma de manifestarlo es patologizar al niño. Pero ¿es una patología del niño o del sistema educativo?”.

Interrogantes similares fueron formuladas también por el Grupo de Estudio sobre Discapacidad de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), que en 2005-2006 desarrolló la investigación sobre “la medicación de niños/as y adolescentes en contexto crítico con reguladores del carácter sin un diagnóstico previo de trastorno por déficit atencional”. El estudio se realizó en 23 escuelas de contexto crítico sociocultural de todo el país (a excepción de los departamentos de Rivera y Artigas) y fue publicado bajo el nombre Los hijos de Rita Lina, por ser el metilfenidato el fármaco más difundido en la población investigada.

“La ‘medicación’ compulsiva y sin previos diagnósticos de ADD [déficit atencional, por sus siglas en inglés] se reconoce como una forma de ‘normalización’ de la población infantil/adolescente hacia conductas preestablecidas como ‘normales’, ‘naturales’ en personas de la edad e impuestas desde el mundo adulto. En los últimos años se ha tornado visible el aumento de la cantidad de niños, niñas y adolescentes medicados con metilfenidato. Se entiende que es un fenómeno que hunde sus raíces en la creciente intención de normalizar y unificar cada una de las conductas que se encuentran fuera de los parámetros socialmente esperados”, afirma el Grupo de Estudio sobre Discapacidad. Estas cuestiones siguen en pie hasta el día de hoy.

Datos pendientes

En 2008 el OSJ emprendió un segundo juicio contra el MSP, por el “aumento desmedido” de metilfenidato. Entre otros fundamentos, se amparó en un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que en 1998 hizo un llamado “a todos los gobiernos para que ejerzan una estricta vigilancia con miras a impedir el excesivo diagnóstico de trastornos de concentración en niños y el tratamiento médicamente injustificado con metilfenidato y otros estimulantes”.

Si bien el MSP interpuso apelaciones, finalmente la justicia falló a favor del OSJ, en abril de 2009. La sentencia dio al MSP un plazo de 90 días (a partir del 31 de agosto de 2009) para que realizara las acciones necesarias tendientes a que “el diagnóstico del TDAH se realice por profesionales especializados conforme a los consensos internacionales”, a que la indicación de metilfenidato sea realizada por especialistas mediante un recetario uniforme y a que se agreguen datos de sexo y edad del paciente en el recetario.

En febrero de 2008, el MSP emitió un comunicado en el que constataba que más de 30% de las prescripciones de metilfenidato eran realizadas por profesionales de medicina general, siendo que correspondía que fueran recetadas exclusivamente por especialistas. Para el caso de niños y adolescentes, los únicos habilitados para diagnosticar TDAH y recetar metilfenidato son los psiquiatras infantiles y los neuropediatras.

El último fallo apunta a que se acumule en una sola base de datos la información procedente de los sistemas públicos y privados de atención, además de controlar.

Con estas acciones, iniciadas el 17 de marzo, el OSJ intima al cumplimiento de esta sentencia. También solicita la información del monto total de dinero gastado en nuestro país en la importación de medicamentos con metilfenidato y cuánto dinero es gastado por los servicios de salud del Estado, pendiente desde el primer juicio, porque el MSP sólo dio datos sobre volúmenes. En tercer lugar, solicitan la actualización de la información proporcionada en 2007. la diaria consultó a Gilberto Ríos, director general de la Salud del MSP, sobre estos planteamientos, pero no logró obtener respuesta.

Palummo explicó que el Observatorio solicitó una entrevista con el ministro Daniel Olesker, que estaba agendada para la semana previa a Turismo pero fue suspendida desde el organismo. Indicó, además, que la idea es llegar a un acuerdo para que el ministerio proporcione la información sin necesidad de hacer juicios, porque “es cansador y costoso” para las dos partes. “Tuvimos que ganar un juicio, y ganarlo en dos instancias, para saber cuánto se importaba de metilfenidato, que es un tema de interés público”, recalcó.

¿Por qué más consumo?

La gran pregunta a responder es a qué se debe el aumento de consumo de metilfenidato.

Consultada respecto del aumento del consumo de la sustancia, Laura Viola, docente de la cátedra de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, indicó que en su opinión “el uso en niños se mantiene estable, el problema es el uso en otra población que no sean niños y adolescentes tempranos”. “En los últimos años se ha comenzado a usar la droga para el tratamiento de los agentes psiquiátricos adultos, y a su vez hay otras especialidades médicas que también lo están usando con fines no psiquiátricos. Yo pienso que quizá esos elementos puedan explicar el aumento de las importaciones del medicamento”, sostuvo.

Agregó: “En psiquiatría de niños no diagnosticamos más trastornos por déficit atencional, que es un tema que manejamos desde hace treinta años, ni estamos medicando más que desde 1990”.

Entonces las interrogantes se multiplican. Cabe preguntarse si en caso de que haya niños medicados con metilfenidato sin padecer TDAH es responsabilidad de médicos que no son especialistas. Se espera que a partir de las acciones exigidas en el último fallo se obtengan datos de la población que consume metilfenidato, que sigue siendo una incógnita. Claro que hubiera sido mejor que el MSP reconociera estas fallas en los controles y actuara en consecuencia, sin necesidad de años de juicios. El terreno es especialmente delicado: tres años en la vida de un niño pueden implicar consecuencias para toda la vida.