Si no me tienen fe
Torres estimó que la economía uruguaya crecerá durante 2010 a una tasa de 7%, y proyectó que crecer a ese ritmo “implica que el Producto Interno Bruto se duplicará en 10 años”. Sin embargo, puntualizó que “no es la tasa lo que importa, sino cómo ello impacta sobre la sociedad” en cuanto a la distribución de la riqueza generada.
En el marco del taller “Hacia un sector automotriz de punta: las propuestas de la UNMTRA”, representantes sindicales, empresariales y gubernamentales explicaron sus posiciones sobre el tema. La instancia se enmarcó en una serie de iniciativas en curso, que se enfocan en diversos giros industriales como el naval, la electrónica, la minería y el plástico, entre otros. Abdala valoró que “el desarrollo industrial debe ser considerado una cuestión de Estado”, y, en particular, la industria automotriz tiene “una importancia estratégica para el desarrollo del país, tanto por la mano de obra calificada que requiere [...] como por el salto cualitativo que implica en la generación de riqueza nacional”.
Además, apuntó que la actividad de este subsector económico debe ser organizada “como un conglomerado industrial [...], para que al lado de las inversiones importantes se pare la industria autopartista, que puede convertirse en un gran empuje social”.
La primera de las propuestas apunta a la modificación de aspectos regulatorios que “dificultan tener una industria sólida”, por lo cual la UNTMRA promueve cambiar “hacia un régimen común del Mercosur” que permita “el libre comercio intrarregional”; asimismo, propone que “todos los regímenes de promoción que estén disponibles en un país estén disponibles para los otros países”. La segunda propuesta se orienta hacia la “complementación productiva intraindustrial”, que debe contener “una participación estatal directa”. Después, “la instalación de un polo automotriz que tenga como objetivo incrementar la competitividad genuina y que integre a trabajadores, empresarios y UTU, así como un centro de investigación y desarrollo tecnológico”, es la tercera iniciativa.
La cuarta se dirige a la formación profesional, dado que “un desarrollo industrial de punta requiere de mano de obra calificada y de capacidades y competencia aún no requeridas”. Por último, con la quinta idea el gremio obrero del metal apuesta a la mejora de las condiciones laborales, mediante “un nuevo tipo de regulación” y “formación profesional”. “Para un desarrollo industrial de punta [se requieren] salarios de punta”, recordó Abdala.
Oportunidad
Del lado del gobierno, el director nacional de Industria, Sebastián Torres, señaló: “Estamos ante una nueva etapa”, en la que se debe incentivar el desarrollo industrial para lograr una mejora social. “No hay mejor política social que una fuerte política industrial”, sostuvo el jerarca, advirtiendo que en el camino de su concreción “todos vamos a tener que dejar algo de lado”. Interpretó que “no existe ningún país que siguiendo sus ventajas comparativas logre un desarrollo sustentable”, y, por ello, afirmó que Uruguay debe jugar sus fichas a “la generación consciente de valor agregado”. Y también avisó que en el transcurso del diálogo tripartito el gobierno “no va a determinar nada” sino que actuará “simplemente como mediador”.
Por su parte, Juan Manuel Rodríguez, director del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional , evaluó que “la industria automotriz tiene un enorme valor y una enorme oportunidad”, y aseguró que los acuerdos firmados con Brasil durante la pasada administración permitieron el arribo de inversiones que marcan “una posibilidad de desarrollar” el rubro.
No obstante, advirtió que hay importantes desafíos, como la certificación y el avance técnico que requiere la industria, y “la falta de conformidad con el sistema de relaciones laborales”. Por ese motivo llamó a mejorar el relacionamiento entre las partes involucradas, para “generar la confianza” inherente al crecimiento sostenido.
Del lado empresarial, Sandra Goldfus, delegada de la Cámara Automotriz ante los Consejos de Salarios, coincidió en la necesidad de “generar esa confianza que no hemos logrado”. “Hay que ahondar en la formación profesional pero también sindical y empresarial”, recomendó, para añadir después que obreros y patrones deben mejorar su relación y apostar al entendimiento buscando “una negociación colectiva sana con reglas claras de juego”. Alertó, en ese contexto, que se verifica una lucha muy dura en torno a la “negociación salarial” mientras se libra otra que involucra a las mejoras generales de la actividad. “La negociación salarial no debe perjudicar estos buenos emprendimientos”, exhortó.
A su turno expuso Pedro Darracq, presidente de la ensambladora de autos Oferol, quien sostuvo que las oportunidades del subsector son cada vez mejores, lo que “da perspectivas de crecer fuertemente”. Celebró que “estas instancias de diálogo entre el gobierno, trabajadores y empresarios generan buenas perspectivas a largo plazo”.