La misión está integrada por cuatro compañías que se dedican a la producción de energías renovables (principalmente eólica y solar), dos de software y telecomunicaciones, una entidad que nuclea a cientos de empresas en el rubro de biotecnología, y otra firma de los giros contenidos y equipamiento audiovisual. Su principal objetivo es “facilitar la identificación de oportunidades de inversión y cooperación empresarial, así como de potenciales socios, en Uruguay”, para lo cual ayer se realizó una charla de difusión de las “oportunidades” para radicar inversiones. Entre hoy y mañana habrá reuniones con empresarios uruguayos de los mismos subsectores interesados en establecer alianzas estratégicas y explorar áreas de cooperación.

Emilio de la Fuente Izarra, consejero económico y comercial de la representación diplomática española, elogió sin ambages al país, valorando la seriedad de sus datos estadísticos “fiables y puntuales”, que reflejan una situación macro con “inflación controlada”, “equilibrio presupuestario y comercial”, donde “las perspectivas futuras son alentadoras”.

Calificó las relaciones comerciales bilaterales como “muy aceptables”, detallando que, de América Latina, Uruguay es el principal comprador per cápita de España y el segundo en recepción de inversión española por persona, por detrás de República Dominicana sólo por las fuertes inversiones del sector turístico español en ese país del Caribe. Recalcó que Uruguay es un “fiel cumplidor de sus obligaciones crediticias” y un actor “respetuoso con sus compromisos”.

Por su parte, el director de inversiones y cooperación empresarial del Instituto Español de Comercio Exterior, Rafael Aguilar, añadió que, según un indicador que mide la confianza de los inversores españoles, Uruguay es el tercer o cuarto país elegido como más atractivo para radicar planes de negocios.

Ven conmigo

Adrián Zak, gerente de inversiones de Uruguay XXI, repasó ventajas locales para la inversión mencionando la democracia representativa vigente así como la estabilidad política y social de Latinoamérica, subcontinente que desarrolló tasas de expansión del producto superiores a las de la región y que multiplicó los volúmenes captados de inversión extranjera directa. Subrayó la relevante penetración de la telefonía -fija y móvil- y de internet entre la población e hizo directa mención al Plan Ceibal como herramienta educativa en materia informática, no sólo de los escolares sino también de los mayores.

Aunque reconoció que Uruguay “es un país chico”, recordó que pertenece al Mercosur y que sus infraestructuras portuarias y viales le permiten “funcionar como polo logístico regional”.

Por otra parte, Zak describió los diversos regímenes vigentes para fomentar la llegada de capitales extranjeros: el régimen general de promoción de inversiones, al que calificó como “automático, predecible y transparente”; el funcionamiento de Montevideo como puerto libre, con una terminal “de primer nivel”; el régimen de admisión temporaria y las zonas francas.

Resaltó que los costos salariales vernáculos son los mejores “en la relación calidad-precio”, siendo “de los más bajos” en la comparación regional.

De allá, pero acá

Por otra parte, fueron presentadas experiencias de dos empresas, también españolas, que tuvieron éxito en sus negocios en Uruguay. En primer lugar habló Brandon Kaufman, de la compañía Teyma, filial de Abengoa, que llegó al país en 1980 y que hizo un proceso de diversificación de su actividad, pasando del rubro construcción a otros sectores como el forestal y el medioambiental. En particular resaltó la calidad del capital humano local y valoró la seguridad jurídica y financiera que se ofrece: “En 30 años no tuvimos un impago ni un incumplimiento de contrato”, ilustró. Informó que Teyma “ha duplicado prácticamente todos los años su facturación” y ahora desarrolla plataformas de inversión en otros países, como Estados Unidos, China e incluso España. Pero Kaufman no ve todo color de rosa y criticó la lentitud de los procesos administrativos, graficando que “una licitación lleva habitualmente entre nueve y doce meses”.

Luego habló el director general de BBVA Uruguay, Rafael González Moya, quien destacó la solidez del sistema financiero, aunque también presentó observaciones como que Uruguay es “muy dolarizado”, “un país que funciona con dos monedas” en el cual “una proporción importante” de los depósitos pertenece a no residentes. Y a la inversa: admitió mejoras en ambos aspectos durante los años recientes. Después añadió una mala noticia: la baja rentabilidad producida por los bancos en los últimos años, incluso negativa en 2009, punto en el que lamentó la escasa bancarización de la población, “algo que le preocupa al gobierno, que va a tomar medidas para mejorar esa situación”. González Moya celebró que Uruguay tiene “un crecimiento muy sano”, encontrándose en un “marco muy estable, favorable para los inversores, pero con un apalancamiento moderado”, que lleva a que “las empresas que vienen [a invertir] se manejen con fondos propios” y carezcan de socios para el financiamiento de muchos de sus proyectos.