Salí de la chatura

No fue una exposición más. En ámbitos económicos son habituales las exposiciones rígidas, estáticas, acartonadas, con alguna presentación en Power Point y, a lo sumo, el orador de pie mostrando las diapositivas. Sin embargo, la disertación de Suplicy estuvo marcada por un constante ida y vuelta con el público: se mantuvo de pie, caminando por todo el salón de actos de la Facultad de Ciencias Sociales, incluso se animó a “rapear” y, al final, cantar la canción “Blowin’ in the wind” (Soplando en el viento), del legendario músico e intérprete estadounidense Bob Dylan. El senador brasileño cautivó al público con esa soltura y logró que varios de los presentes le pidieran que les autografiara un libro de su autoría que había repartido previamente.

El legislador integrante del Partido de los Trabajadores, al que pertenece el presidente de Brasil, Lula da Silva, realizó estas manifestaciones durante una conferencia sobre el tema brindada en la Facultad de Ciencias Sociales, luego de la cual dedicó unos minutos para charlar con la diaria.

En una breve definición, la renta básica universal es un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles sean sus otras posibles fuentes de renta.

En su disertación, aseguró que la propuesta de una renta básica universal acompaña a la historia de la humanidad y para ello citó a diversos autores de diferentes disciplinas a lo largo del tiempo que propusieron la instauración de un ingreso ciudadano universal como forma de “erradicar la pobreza absoluta”. De la misma forma, se refirió a distintos planes de asignaciones, más o menos condicionadas, para hacer mención a su idea de fondo y luego destacar sus virtudes. Además, trazó un paralelismo con el fútbol, en el sentido de que ambas cuestiones terminan convirtiéndose en elementos integradores de la sociedad, a la que convierten en “más democrática”.

Pero consciente de las críticas que recibe su propuesta, Suplicy reflexionó en voz alta: “¿Para qué darle una renta a Pelé, a Xuxa, a Lula, al empresario más exitoso de Brasil, si no necesitan un ingreso básico?”. Para responderse, hizo directa mención a las ventajas que ofrece el sistema de renta básica universal respecto de otros programas asistenciales existentes en América Latina. En ese sentido, “la renta básica como un derecho de ciudadanía será mejor para todos porque, primero, es mucho más fácil de comprender, quita la burocracia para tener que saber cuánto gana uno u otro en el mercado formal o informal”, y “se elimina el estigma, el sentido de vergüenza de una persona por tener que decir: ‘yo recibo solamente tanto, por eso merezco recibir tanto’”.

Particularmente, la renta universal “elimina el fenómeno de la dependencia que causa las trampas de desempleo entre la pobreza, desde el punto de vista de la dignidad y libertad del ser humano”. Y ejemplificó más: “El desarrollo, para ser válido, debe significar la elevación del grado de libertad de todos en la sociedad. No hay duda de que cuando la renta básica sea para todos, una persona que eventualmente no tenga otra alternativa que vender su cuerpo, o convertirse en parte de una cuadrilla de narcotraficantes, o someterse a una situación de trabajo esclavo, podrá decir: ‘no, gracias’”.

Todos para todos

Luego de la conferencia y en diálogo con la diaria, Suplicy aseguró que “en cualquier forma de riqueza generada en una sociedad se puede siempre separar una parcela para constituir un fondo que pertenecerá a todos”. Y, en ese punto, valoró: “Por supuesto que, de esta manera, los que tenemos más podemos contribuir para que nosotros y todos los demás tengan acceso a la renta básica: es una cuestión de buen sentido”. Al respecto, sostuvo que “cada sociedad debe definir cuál es la mejor manera” de aplicar los impuestos de forma más equitativa.

Un ejemplo de éxito se puede encontrar “en Alaska, donde hoy la renta básica es tan importante que todos coinciden en considerar suicidio político proponer el fin del sistema”. En torno a la idea de que un país como Uruguay -sin petróleo, como es el caso de Alaska- aplique el régimen, contestó: “Igualmente, [Uruguay] tiene formas de riqueza muy grandes como el turismo, el ganado, todas las formas de riquezas generadas por el pueblo y las condiciones de la naturaleza uruguaya” de las que extraer los recursos necesarios. El legislador tiene “la certeza” de que distintos modelos de renta universal se implementarán en la región. “En Brasil hay una ley en ese sentido. En Uruguay, en Argentina, en Paraguay, en Colombia y en otros países hay académicos, estudiantes, profesores que están debatiendo sobre la renta básica y hay un movimiento social importante que cuanto más estudia [la idea], más adeptos tiene”, informó. En esa línea, también valoró que cuando algún país lo adopte se generará una suerte de “efecto dominó”. “Si Brasil lo hace, el resto lo hará, y si Uruguay lo hace los que tendremos que apurar el paso seremos nosotros”.