Autorizado

El Área de Educación en la Primera Infancia del MEC tiene como cometido controlar y fiscalizar las aproximadamente 500 guarderías existentes. Luis Garibaldi explicó que en los últimos meses han cerrado unos seis locales a partir de informes, seguimientos y del no cumplimiento de lo prometido. La mayoría de los centros estaba ubicada en zonas periféricas de Montevideo. Este año se destacó el cierre del jardín La Casa de Beatriz por una denuncia que se realizó en los medios de comunicación antes que en el organismo encargado del control de los centros. La dueña, que, según demostraba un video, agredió físicamente a un alumno, fue procesada. En cuanto al episodio de la guardería clausurada por destrato, Pilar Petingi comentó: “Para nosotros es imperioso abordar este tema porque a diario vemos las dificultades que ocasiona la falta de formación. Un ejemplo fue La Casa de Beatriz, eso pasa por la falta de formación, por no entender las características de desarrollo de un niño pequeño, cómo alimentarlo, cómo hacerlo descansar o higienizarlo; todas actividades esencialmente educativas”. Garibaldi destacó que lo más importante al elegir un centro de educación inicial es que los padres se aseguren de que esté autorizado. También recomendó solicitar una visita para conocer la institución, indagar sobre la propuesta educativa y ver la cantidad de docentes en proporción a los niños, porque “muchas veces, con la intención de cubrir gastos, se incluye más niños de los debidos”, cifra que varía en función de la edad de los niños.

“Lo más lindo de trabajar con niños es disfrutar de ellos”, comentó a la diaria Natalia Castellano, una joven educadora que trabaja en una institución privada. “Les podés enseñar cualquier cosa y ellos aprovechan todo”, agregó. Solange, otra educadora, que se desempeña en el área de la educación inicial desde hace once años, también reparó en “lo que te dan los niños” y en “el aprendizaje que uno les da a ellos”.

Los padres también valoran las enseñanzas que dejan los niños; sin embargo, prefieren que éstas se desarrollen en el ámbito del hogar y cerca de ellos. A muchos se les hace difícil el momento de llevar a sus hijos a un centro educativo y así disponer del tiempo necesario para salir a trabajar.

La oferta institucional de educación para la primera infancia está centrada principalmente en el ámbito privado. Lo mismo sucede con la formación de los educadores: no existe una carrera pública específica para prepararse para la educación de niños tan chicos. Actualmente, el Centro de Formación y Estudios (Cenfores) del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) es la única carrera pública específica que comprende la formación básica “dirigida a adultos trabajadores (educadores) de instituciones públicas y privadas que desarrollan actividades con niños y niñas, adolescentes y familias, en proyectos educativos-sociales, la capacitación de los adultos trabajadores (directores, técnicos y educadores) y la atención de demandas provenientes del sistema infancia”, tal como informa el sitio oficial del instituto.

Frente a esta realidad, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) promueve por estos días la realización del curso “Aprendiendo a educar mejor a niñas y niños pequeños”, que surge del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades docentes en centros de educación en la primera infancia de contextos desfavorables”. El curso, que comienza hoy, será financiado por la Organización de los Estados Iberoamericanos y participarán unas 200 personas que ya se desempeñan trabajando en distintos centros privados de educación inicial. Además, quienes lo cursen podrán revalidar materias para luego realizar la carrera en Cenfores. Pilar Petingi, encargada del Área de Educación en la Primera Infancia del MEC y coordinadora del proyecto, expresó el martes pasado durante el acto de apertura del curso: “No hay carrera específica para quienes trabajan con niños de cero a tres años; hay privadas, pero no hay una oferta pública. El curso viene a fortalecer a los educadores que están en docencia directa con los niños pequeñitos pero sin formación acreditada”. En cuanto a la formación en Magisterio, aclaró que a pesar de la especialización que allí se puede hacer, el título es único, “no de maestro en educación inicial”.

Asimismo explicó que “una de las metas de la Dirección de Educación del MEC para este quinquenio es contribuir a la creación de una carrera de educadores en primera infancia, para cubrir el vacío que tiene el país”.

Aprendizaje diario

En cuanto a la importancia de la tarea que desarrollan maestros y educadores que trabajan con niños chiquitos, Luis Garibaldi, director de Educación del MEC, destacó en el acto de apertura: “Estamos frente a niños que están creciendo, que requieren cuidados, atención a la salud y necesitan también estímulos que promuevan su desarrollo; es decir, no se trata sólo de cuidarlos sino de emplear acciones que posibiliten su crecimiento y desarrollo general”. Reconoció que el cumplimiento de todo esto depende de la capacitación que reciban los educadores y del contacto que mantengan con las familias de los niños.

Por su parte, Petingi habló con la diaria de las dificultades que presenta el trabajo en educación inicial. “En primer lugar, es necesario considerar al niño una persona sujeto de derecho, con derecho a la educación -tal como lo reconoce la Ley de Educación- independiente de la necesidad de las mamás o de los papás de salir a trabajar”.

Dijo que si bien el auge de las guarderías tuvo lugar cuando la mujer salió al mercado laboral, momento en el que se instalaron muchos centros educativos como una forma de solucionar el problema que se les presentaba a los padres de con quién dejar a los hijos, el foco debe estar en los niños: “El niño debe ser eje y protagonista del acto educativo en los centros”. Destacó, además, que hasta los tres años, el niño vive los aprendizajes más fuertes de toda su vida: “En un año se sientan, empiezan a hablar, a gatear, caminan; a los dos años dejan los pañales y empiezan a hablar con lenguaje verbal. En dos años se da un proceso de desarrollo que no se repite en otras etapas de la vida del ser humano, por lo tanto, cada día es crucial”.

Tanto Natalia como Solange, las educadoras consultadas, quienes realizarán el curso que comienza hoy, hicieron hincapié en que los padres son cada vez más conscientes de la necesidad de estimular a los niños desde los primeros años de vida y están dejando a un lado la concepción de la escuelita como una guardería donde los niños pasan el rato mientras sus padres salen a trabajar.