Labor conjunta

El proyecto reúne a ocho jóvenes: Micaela Trimble, Mariana Ríos, Cecilia Passadore, María Szephegyi, Mariana Nin, Felipe García, César Fagúndez y Paula Laporta. Inicialmente contó con el financiamiento de cuatro organizaciones internacionales: Yaqu Pacha, SeaWord and Busch Gardens Conservation Fund, Columbus Zoo and Aquarium, Conservation Leadership Programme. La segunda etapa, de armado e impresión del manual, tuvo el financiamiento del programa Sistema Nacional de Áreas Protegidas, la Unidad de Extensión de la Facultad de Ciencias, y Extensión de la Udelar.

Arenas surgió en 2006 a partir de la inquietud de egresados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar) que trabajan en educación ambiental en tres organizaciones: Averaves, Cetáceos Uruguay y Karumbé.

Felipe García, uno de los integrantes del proyecto, explicó a la diaria que antes de 2006 las tres organizaciones trabajaban en escuelas costeras dando charlas, haciendo talleres y actividades con los niños. “Allí surgió la inquietud porque no dábamos abasto para multiplicar esa propuesta y [llegamos a la conclusión de] que teníamos que trabajar con los maestros”, contó. En la presentación del libro, Micaela Trimble señaló que la iniciativa surgió “porque veíamos la necesidad de involucrar a los maestros y queríamos que las actividades de educación ambiental que llevábamos a cabo en las escuelas fueran continuadas en el tiempo y se multiplicaran. A la vez, nos encontrábamos con el planteo de los docentes en cuanto a que no contaban con información para trabajar estas temáticas en las escuelas”. Se involucraron 33 escuelas públicas de los departamentos costeros -Colonia, San José, Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha-, 65 maestros y más de 1.300 niños. Trimble dijo que el grupo se planteó como objetivos específicos: “Capacitar a maestros sobre las características de nuestros ecosistemas costeros, sobre medidas para su conservación y también sobre el uso sustentable de sus recursos. Quisimos estimularlos para que incorporaran cada vez más actividades de educación ambiental y también promover la desmitificación de la ciencia, y que no corriera más la idea de que sólo los científicos pueden hacer investigaciones, y que todos nos animáramos a poner la investigación en práctica, como una herramienta”.

Guía ambiental

La elaboración del libro-manual fue otro de los objetivos. Tuvo la peculiaridad de ser realizado en forma colectiva y participativa. El equipo de trabajo armó un primer borrador y se lo entregó a los docentes “para que lo leyeran, criticaran, sugirieran y vieran cuán aplicable era”, dijo Trimble. Esta tarea se realizó durante 2007, en cuatro talleres con maestros.

Desde 2008 el equipo se dedicó a armar el manual, que contiene aportes de más de medio centenar de colaboradores. “Nos basamos en comentarios de maestros y otros docentes que habían accedido al material y también en los aportes de investigadores de diversas disciplinas que contribuyeron escribiendo textos puntuales, corrigiendo cosas escritas, aportando fotos”, señaló Trimble.

El manual consta de más de 300 páginas, cuenta con un dinámico y colorido diseño en el que abundan fotos, esquemas, reseñas, dibujos, mapas, gráficas y recuadros. La información está agrupada en cuatro capítulos: características físicas de los ecosistemas costeros uruguayos; biodiversidad; ecología e interrelaciones entre la sociedad y la naturaleza. Cada capítulo contiene conceptos introductorios y un desarrollo de las temáticas; en cada parte hay dos entrevistas a investigadores uruguayos y un promedio de diez actividades para realizar en el aula o en salidas de campo, así como experimentos, y un apartado sobre bibliografía consultada y recomendada. Al final del libro hay un glosario.

Trimble explicó en la presentación que el primer capítulo, “Características físicas”, trata en los conceptos introductorios “cuestiones como los ciclos biogeoquímicos”. “Luego pasamos a la zona costera, donde la tierra se une con el mar, cuencas costeras, cómo ha evolucionado nuestra costa a lo largo del tiempo, nociones generales del clima y el suelo. Después de esa introducción, nos centramos en ocho ambientes costeros: puntas rocosas, playas arenosas, campos de dunas, barrancas costeras, lagunas costeras, bañados, el Río de la Plata y el océano Atlántico”, agregó.

El segundo, “Biodiversidad”, refiere a la “clasificación de los seres vivos, taxonomía, características de los distintos grupos, y luego nos detenemos en la biodiversidad de seis de los ocho ambientes”, dijo la expositora.

El capítulo “Ecología” reúne “conceptos generales de ecología, el flujo de materia y energía en los ecosistemas, los distintos niveles de organización, interacciones entre organismos, como competencia y depredación”. El siguiente capítulo “trata de las interrelaciones entre sociedad y naturaleza, lo que fue el uso de recursos de nuestra costa en el pasado, los usos actuales y las problemáticas que están asociadas al manejo de los recursos. Sin embargo, como no nos queríamos quedar sólo con las problemáticas como las construcciones, la forestación o la extracción de arena, pasamos también a algunas alternativas que se están llevando a cabo o que tendríamos que tener en mente, como el desarrollo sustentable, la gobernanza ambiental, la educación ambiental, el ordenamiento ambiental del territorio y la conservación de la biodiversidad”, dijo Trimble.

La publicación está escrita en un lenguaje accesible sin abandonar la rigurosidad científica. Trimble explicó que “se lo puede usar de la manera que se le ocurra al lector, ya sea como un manual o como una guía; se puede leer en capítulos, de adelante hacia atrás o de atrás hacia adelante. Lo que nos importa es que, una vez que el libro está, se use”.

Un concepto repetido por los expositores en la presentación fue que se espera que el material sea incorporado por los docentes. De hecho, los logros ya están vislumbrándose: el fin de semana del 21-22 de agosto el equipo realizó en Piriápolis un taller de presentación del manual a los maestros, donde tuvo una completa aceptación, y al día siguiente algunos de ellos formaron un blog (http://arenasdelacosta.blogspot.com) y un foro de discusión (http://arenas.foros-activos.biz/).

Prácticamente todos los tomos impresos están asignados; fue una edición limitada y de distribución gratuita que tuvo como principales destinatarios a los maestros de las escuelas de los departamentos costeros y los centros educativos. El equipo de trabajo intenta, ahora, obtener fondos para hacer una reimpresión. De todos modos, la publicación puede descargarse en forma gratuita por vía electrónica desde cualquiera de las tres páginas de las organizaciones (Averaves, Cetáceos Uruguay y Karumbé), así como del blog creado por los maestros.

A investigar

Entre el público que asistió a la presentación estaban algunas maestras y maestros involucrados en el proyecto. Tres de ellas pasaron al escenario a decir unas improvisadas palabras, a pedido del grupo organizador. En esa instancia se recalcó tanto el valor humano de los integrantes del proyecto como los aspectos netamente profesionales. “Hemos construido un espacio de intercambio, de aprendizaje, asombro, enseñanza y de creatividad también, y ese espacio va a seguir construyéndose y ensanchándose”, dijo una maestra de Castillos.

Otra comentó en relación con el libro: “Es un producto impresionante, todos deberíamos tenerlo porque es una información que no se consigue, porque generalmente cuando los docentes estamos buscando información para trabajar con los chicos encontramos información sobre la costa, pero muchas veces muy poquita sobre la costa uruguaya”.

Una directora de una escuela mencionó el “desafío” en que se encontraban ahora: “Tenemos el manual y sobre esa base vamos a continuarlo nosotros solos. Tenemos las herramientas suficientes para plantearnos una experiencia de ciencias y tenemos la fundamentación científica que necesitamos. Nosotros como docentes sabemos la parte pedagógica, la parte didáctica, pero en la parte científica a veces tenemos nuestras carencias, y ahora no podemos decir que no, porque tenemos todos los elementos”.

la diaria dialogó posteriormente con Susana Dalmás, maestra de la escuela especial 240, de Parque Rivera de Montevideo, quien dijo: “Gracias a estos biólogos logramos acercar la ciencia a la escuela. Aprendimos que no importa equivocarse, la cuestión es investigar, es el proceso, es querer indagar. Nos dieron la oportunidad de acercarnos a la ciencia como algo diferente. Cuando los vimos tan desenfadados, con esa alegría que trajeron a la escuela, nos dieron ganas de seguir adelante y de ver que también podíamos. Lo que más rescatamos desde mi escuela es el poder, el poder salir, el poder hacer. Así fue como recorrimos toda nuestra cañada, que pensábamos que era una cañada que salía del Parque Rivera y no sabíamos a dónde llegaba. Así empezamos a recorrerla y llegamos a la conclusión de que era un arroyo y no una cañada, era el arroyo del Molino de Pérez que termina en la playa Malvín”.