No sólo eso
Además de la eliminación del complemento cuota mutual, “otros temas centrales” son promovidos desde la representación empresarial en el BPS. “Extender la cobertura de salud a los empresarios” es una, porque si bien el Sistema Nacional Integrado de Salud apunta a la “universalidad de cobertura de todos los ciudadanos”, en el gobierno “se olvidaron de los empresarios”. Otro asunto es “la notificación de la historia laboral” al trabajador para que éste conozca cuánto aporta el patrón por él y que las demandas se ajusten en tiempo; ello evitaría juicios a los empleadores y haría que las multas fuesen “pagables”. Un tercer tema es el “subsidio por maternidad” para mujeres empresarias y otro el de las unipersonales, en cuyo debate la representación va a “defender” la vigencia del artículo que permite su creación y que el gobierno quiere derogar.
Se trata de una demanda muy recurrida por los empresarios, que la eligieron como la “más importante” entre 40 iniciativas concebidas para que su delegatura en el instituto de previsión social las coloque en la agenda de su directorio, explicó Domínguez. El tributo de marras se calcula en base a los salarios nominales y es la diferencia que paga el empleador para cubrir el precio de la cobertura sanitaria mutual de un trabajador si los descuentos correspondientes son insuficientes para ello; resulta de la diferencia entre el 8% del salario nominal que se aporta a la seguridad social (5% el patrón y 3% el empleado) y el valor de referencia de la cuota mutual, hoy de 857 pesos; para un nominal de 5.000 pesos el 8% son 400, con lo que el empresario debe desembolsar 457 pesos más. “La importancia de eliminar el complemento es enorme porque [...] supone una distorsión tributaria”, evaluó la ejecutiva, porque con su vigencia “paga más el que tiene menos posibilidades” de hacerlo. “La empresa más pequeña, con menos productividad, que contrata a personas con menos capacidad o formación, termina pagando porcentualmente más al cumplir sus obligaciones con la seguridad social”, puntualizó.
Añadió que ese efecto es factor de informalidad porque eleva el costo operativo de las micro y pequeñas firmas, proporcionalmente mayor que en las medianas y grandes. “El empresario a veces recurre a lo más sencillo, le dice al trabajador: ‘No te pongo en caja pero te pago un poquito más’ y ambas partes quedan conformes; pero cuidado, porque mañana, cuando este trabajador vaya a jubilarse, le va a pesar no haber realizado aportes” previsionales. “Para lograr mayor formalidad, proteger al empresario y al trabajador estamos reclamando que se elimine el complemento”, aseveró.
En ese sentido, informó, “felizmente hay gran sensibilidad con el tema, no sólo del directorio del BPS sino de las autoridades del Poder Ejecutivo: ya se nos manifestó que hay voluntad [de suprimirlo]”, ratificó; sin embargo, observó: “Estamos en una instancia presupuestal en la que todo el mundo lucha por una porción de ese espacio fiscal, [pero] esperamos que [la eliminación] se concrete finalmente en una norma que lo derogue”. Por ello buscan “mantener el tema sobre la mesa” y que “no quede subordinado” a otros reclamos.
Desincentivo
Por su parte, María José Franco, asesora de la representación, reseñó que el complemento de cuota mutual fue creado en 1992 como “respuesta al desfinanciamiento de Disse”, y opinó que en particular “afecta a los pequeños empresarios”, a los “empleadores de servicio doméstico” y a “titulares de obras de construcción”. “No se puede pensar en formalizar trabajadores cuando el costo es tan oneroso para el patrón”, exigió, porque ello “incentiva a no declarar sus empleados” para eludir aportes. Destacó que en los últimos años hubo avances, como reducciones -en 2008- del valor de la cuota mutual de referencia (-8,97% y -14,09%), aunque la evolución creciente fue al alza; afirmó que el costo fiscal de la supresión puede recuperarse con el crecimiento subsiguiente de la formalización y la actividad. Informó que en 2009 el tributo generó 40.364.108 dólares, cifra 57% menor a percibida en 2007 (94.097.139 dólares). “Creemos que la ley de presupuesto nacional a ser aprobada por el Parlamento en breve recogerá la propuesta de la eliminación”, señaló Franco.
Adriana Scardino, a su turno, se refirió a la incidencia del complemento en el aporte de las empresas de industria y comercio según su tamaño: la tasa de aporte respecto del monto total gravado es de 8,52% para las microempresas, 6,4% para las pequeñas, 4,98% para las medianas y 3,49% para las grandes; al desagregar las microempresas según su número de empleados, se observa que la tasa decrece con la cantidad: con un asalariado marca 9,26%; con dos, 8,63%; con tres, 8,3%; y con cuatro, 7,83%. Lo que pagan las micro y pequeñas “es muy alto”, valoró, para rematar: “Quizás explica por qué la informalidad está concentrada, sobre todo, en las empresas pequeñas”.