El trabajo sostiene que el Puerto de Montevideo maneja aproximadamente 7% de los embarques de contenedores del Mercosur, mientras que 63% de las mercaderías que pasan por puertos uruguayos proviene de la zona de influencia (también denominada hinterland), constituida por Paraguay, Bolivia y partes de Argentina y Brasil. Uno de los atractivos del país mencionado por el BM es el geográfico, “su ubicación central en el sudeste del mercado sudamericano”, mientras que los demás están asociados al primero aunque no son casuales: la legislación de zonas francas, tiempos de tránsito más competitivos que los del puerto de Buenos Aires, bajos costos portuarios y la conexión fluvial Paraguay-Paraná a las áreas productivas del interior.
Por ese motivo se condiciona el potencial de crecimiento de Uruguay como polo logístico a su capacidad para facilitar el comercio, para lo que se requiere un sistema eficiente que facilite el flujo de comercio. En ese sentido, se afirma que los polos logísticos “surgen y prosperan” de acuerdo con su capacidad para reducir costos, por lo que bajarlos “reviste particular importancia para Uruguay”. “Los costos están determinados por la geografía y la escala, pero también por la calidad de la infraestructura, la eficiencia de los servicios logísticos y la efectividad en la facilitación del comercio”, describe el organismo, en sintonía con lo que en su momento alegó el Ministerio de Transporte cuando retiró de sus prioridades la construcción de una segunda terminal especializada de contenedores. El titular de la cartera, Enrique Pintado, dijo que antes de volver a pensar en ese proyecto es necesario redifinir “la estructura de costos” portuarios, para lo cual se creó una comisión de trabajo.
No te me quedes
Pese a los avances, el Indicador de Desempeño Logístico del BM muestra que Uruguay está rezagado respecto a la región, ocupando en 2007 el puesto 79 en 150 países, detrás de Argentina, Brasil y Chile, de la media de América Latina y de los países de ingresos medio-altos. Los subcomponentes del indicador son elocuentes con esa ubicación y se aprecia que en eficiencia aduanera Uruguay ocupa el lugar 86; en calidad de infraestructura, el 70; en asequibilidad y disponibilidad de embarques internacionales, el 100; en competencia logística, el 85; en capacidad de seguimiento y trazabilidad, el 77; en costos logísticos internos, el 103, y en puntualidad de los servicios, el 82.
Por ello “una reforma orientada a mejorar la facilitación del comercio en Uruguay reportaría beneficios sustanciales en lo que a reducción de costos logísticos y promoción del comercio respecta”. Se estima que con una reducción de 10% de los costos de transporte marítimo, el comercio se incrementaría 3,6%. El BM sugiere que esa meta podría cumplirse mediante una suba de 10% en la conectividad portuaria, una reducción de 30% en el tiempo requerido para cumplir con los trámites fronterizos o un aumento del 50% en el volumen de contenedores. “Estas reformas colocarían a Uruguay a la par de Argentina en términos de conectividad portuaria, con plazos para completar los trámites fronterizos similares a los de México, y con un volumen de contenedores transportados equivalente al puerto de Buenaventura, en Colombia”, se explica.
Aun cuando América Latina no está entre las principales rutas del comercio mundial (ver nota vinculada), los crecientes volúmenes de comercio en los últimos años redundaron en el surgimiento de algunos polos regionales, incluido Uruguay. Los puertos latinoamericanos manejaron 6,8% del tráfico mundial de contenedores en 2006, que registró un importante crecimiento en la última década. Además se destaca la sustancial suba del comercio de productos a granel debido al boom de los precios internacionales previo a la crisis financiera. Brasil manejó mayor volumen, seguido de México, Argentina y Chile, aunque entre 2004 y 2007 el mayor repunte se dio en Belice, Colombia y Uruguay.
Tiene potencial
Respecto a nuestro país se remarca la necesidad de invertir en infraestructura en dos áreas: en la denominada “dura”, compuesta por carreteras, ferrocarriles y puertos, entre otros, y en la “blanda”, que incluye la transparencia, eficiencia aduanera y reformas institucionales.
“El potencial de Uruguay como polo logístico regional depende de su capacidad para aumentar la escala de sus operaciones y reducir los costos logísticos a través de reformas para la facilitación del comercio”, enfatiza el material. Así, sugiere enfocarse en tres elementos de política: el fortalecimiento y mantenimiento del sistema portuario; el desarrollo de Montevideo como un polo intermodal altamente eficiente para la carga argentina, paraguaya y brasileña, y el desarrollo de sistemas logísticos eficientes para el hinterland.
A la hora de las propuestas, el BM recomienda expandir la capacidad del puerto de Montevideo y conseguir un despacho rápido de los buques, para lo que se requiere disponibilidad de equipos, implementación de procesos y sistemas eficientes, y el diseño de una estrategia de comercialización. En particular pone el foco en que la eficiencia podría mejorar sustancialmente con la incorporación de la “ventanilla única [...] donde todo el intercambio de información entre agentes privados y públicos se canaliza por un sistema computarizado integrado” y permite “grandes mejoras en la eficiencia de la gestión”.
En otro orden, el puerto tiene restricciones de profundidad, carece de superficie para expandirse y depende del dragado para permitir la entrada de los buques más grandes que están siendo utilizados de forma creciente por las navieras.
Dale trámite
El documento considera necesaria una mayor conectividad con la zona de influencia, y si bien el país tiene los principales modos de transporte para construir una plataforma logística, el desempeño y el nivel de integración del sistema presentan desventajas significativas cuando se los compara con los países de la región. En particular se critica el nivel de subutilización de los medios aéreo, fluvial y ferroviario, debido a limitaciones de infraestructura y de eficiencia operativa.
En el plano institucional, debido a que el desarrollo del país está sustentado en el comercio exterior, se requiere de instituciones eficientes de facilitación comercial, en particular referido a Aduanas. “Una operación aduanera ineficiente suma una prima a los costos del transporte y afecta la capacidad de Uruguay para atraer inversiones y flujos comerciales”, asegura el informe.
En ese sentido, se propone aumentar las capacidades de los recursos humanos, simplificar los procedimientos de liberación y despacho, análisis de gestión de riesgos eficaz, adhesión a normas internacionales y cooperación con otros organismos fronterizos y con el sector privado.