El tema "El impacto de las políticas de medicamentos genéricos" fue presentado por el argentino Federico Tobar, consultor internacional en gestión en salud. El conferencista graficó las disminuciones de los costos de medicamentos cuando aumenta la competencia, o cuando las patentes de los originales están por caer. Los fármacos genéricos son copias de originales que contienen el mismo principio activo y su precio es sensiblemente menor. Tobar dijo que en Estados Unidos 62,5% de los medicamentos son genéricos, lo que representa 10% del mercado de facturación, y contrastó los valores con los de América Latina, donde los genéricos sólo ocupan 15% del total y 7,8% de la facturación. La adopción de genéricos es la tendencia en el mundo desarrollado, incluso las grandes farmacéuticas son ahora también grandes productoras de genéricos, detalló Tobar. El objetivo de fondo es que los productos se comercialicen al costo de su producción y comercialización, abatiendo ganancias millonarias.

El especialista formuló una serie de consejos para que los genéricos ocupen una mayor proporción en el mercado. Habló de "reducir las asimetrías de información", y una parte de ello es exigir que todas las etiquetas de medicamentos incluyan una denominación común internacional (dijo que muchas veces hay que buscarlo en la letra chica del prospecto), más rigor en la publicidad y que exista fiscalización. Recomendó que se permita el registro abreviado de los medicamentos genéricos que muestren que su composición es idéntica a la de los originales, o que se permita la homologación de productos registrados internacionalmente. Sugirió que se reduzca la carga impositiva y los aranceles de importación y que se fomente la producción nacional. Remarcó que los profesionales de la salud deben recetar un fármaco indicando su producto activo y no una marca, que la población debe conocer precios de referencia, y que los farmacéuticos profesionales también deben habituarse a sustituir uno de marca por otro prescripto.

Misma droga

Luego de la ponencia de Tobar se desarrolló una mesa redonda que interpelaba a las instituciones de salud sobre las estrategias aplicadas para reducir los gastos en medicamentos y qué políticas debería aplicar el Estado en materia de genéricos.

La presidenta del directorio de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Beatriz Silva, dijo que en 2010 la institución gastó 7% de su presupuesto en medicamentos: 48 millones de dólares en ese rubro, “algo así como un poco más de 130.000 dólares por día”, precisó. Explicó que el porcentaje es mejor que el de años atrás y que parte de lo que se ha ganado fue a partir de la primera licitación pública de medicamentos genéricos, realizada en 2001. Señaló también mejoras en la gestión, como las licitaciones centralizadas y los comités de farmacia y terapéutica que funcionan en la dirección de cada unidad ejecutora. Respecto al laboratorio Dorrego, que pertenece a ASSE, indicó que fabrica alrededor de 7% del catálogo general de medicamentos y que se está discutiendo en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (MSP) “cuáles deberían ser sus cometidos y competencias teniendo en cuenta que hoy en día es el único productor a nivel nacional de algunas especialidades que la industria no provee en el país”.

Respecto al decreto del Poder Ejecutivo de 2002 que hizo obligatoria la prescripción por genérico en lugar de hacerlo por marca indicó que la norma “ha tenido idas y vueltas en cuanto a la fiscalización y al cumplimiento”. Por último, mencionó la importancia que se le está dando al uso racional de medicamentos.

En representación de los efectores privados hablaron Antonio Kamaid, del Plenario de Instituciones Mutuales; Julio Martínez, gerente general de la Asociación Española e integrante de la Unión de la Mutualidad del Uruguay; Ignacio Olivera, representante de las Instituciones de Asistencia Médica Colectiva de Montevideo en la comisión del Formulario Terapéutico de Medicamentos, y Julio Vidal por la Federación Médica del Interior.

Kamaid indicó que existe todavía “desconfianza de algunos profesionales médicos en cuanto a la fiabilidad y calidad de los productos genéricos”. Dijo que “es necesario fortalecer las prohibiciones de dispensación por marca comercial”. “El MSP tiene las herramientas para hacer eso, así como para fortalecer y difundir la confiabilidad de los estudios de médicoequivalencia y disponibilidad de los productos que habilita de forma tal de crear en la opinión pública la certeza de que productos similares o genéricos cuentan con el aval de la autoridad sanitaria. Ése es su rol y debe ser visualizado por la población como garantía de que hoy no en todos los casos se tiene”, sostuvo.

Raquel Ramilo, subdirectora general de la Salud del MSP, cerró la actividad y recogió la idea de fortalecer la prohibición del uso de marca comercial y de que el MSP difunda las garantías que da a los estudios de bioequivalencia. Mencionó la aplicación de copagos diferenciales como política general: que las mutualistas financien un genérico y si alguien quiere un original equivalente, que pague la diferencia.