Entre 2008 y 2009 la mayoría de las naciones dispuso planes de estímulo para contrarrestar los efectos negativos que llegaban del mundo desarrollado. En Brasil, los golpes más duros se sintieron en la industria, por lo que el gobierno inyectó liquidez al sector financiero y redujo impuestos para fomentar el consumo, mientras que Argentina también aplicó planes que fomentaron el consumo y evitaron una caída mayor de la actividad. En Chile se aplicaron medidas de estímulo a la producción y defensa del empleo, como rebajas tributarias, subsidios a la contratación, inyección de liquidez a la banca y bonos para los más pobres. Ello implicó una inversión de más de 4.000 millones de dólares, financiada en parte con los recursos por exportaciones de cobre ahorrados en los años previos.
Barrio blindado
Ahora, las incertidumbres están a la orden del día, y los gobiernos parecen asumirlo rápidamente. La principal economía sudamericana, Brasil, presentó medidas que consisten principalmente en elevar el superávit primario de 3% a 3,5% para crear un fondo anticíclico, así como un recorte del gasto. Ya en agosto había lanzado el plan industrial Brasil Maior, que incluyó trabas arancelarias a las importaciones para contener la importación desde Asia. El Banco Central de Brasil cortó una tendencia ascendente en su tasa de interés de referencia (Selic), bajándola a 12% en agosto y a 11,5% la semana pasada buscando mitigar la desaceleración que está registrando la economía doméstica (ver página 11). En Argentina no se ha anunciado nada similar, pero se destacan su "posición de fortaleza" económica y el plan Bicentenario de desarrollo industrial. La ministra de Producción, Débora Giorgi, resaltó: "Estamos atravesando esta crisis con un impacto menor que en el resto del mundo, y no es casualidad". En declaraciones consignadas por el diario La Nación apuntó que "la solidez de las políticas macroeconómicas y el liderazgo político sumado al crecimiento del consumo, las exportaciones y la acumulación de las reservas son la llave para que esto suceda".
En Chile, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró que el plan de contingencia diseñado para el año próximo incluye políticas de empleo e inversión. "Tenemos que prepararnos para un escenario adverso a través de medidas que mitiguen el efecto externo en el empleo, en el ingreso de las personas que tienen menos y, por lo tanto, apuntalar la economía", señaló el jerarca según consignó la agencia ANSA. Aseguró que si bien Chile no podría eliminar el efecto de la crisis, podría "minimizar" el factor. "La ventaja es que Chile tiene la posibilidad de responder tanto con política fiscal como con política monetaria", defendió. Por su parte, el gobierno peruano aprobó la segunda fase de un plan de estímulo ante un eventual impacto de la crisis económica mundial. El monto asciende a unos 570 millones de dólares y se suma al primer tramo aprobado en setiembre por 316 millones, informó el ministro de Economía, Luis Castilla. Detalló que ello significará un impulso de 1% del Producto Interno Bruto que se percibirá en los próximos dos a tres trimestres. "El rol del Estado es prever estos eventos que pueden surgir afuera y que tienen un efecto de contagio al país. Nuestra idea es poder mitigar cualquier caída que venga por estas circunstancias", dijo citado por la agencia AP.
Cubiertos
En Uruguay también se sigue la situación. Aunque no hay un plan de acción delineado, se apunta a estrategias como las adoptadas a fines de 2008 y comienzos de 2009: asegurar financiamiento y atender focalizadamente a sectores en dificultades.
En una comparecencia realizada en agosto ante el Parlamento, el equipo económico de gobierno analizó las medidas ejecutadas en el último período para prevenir efectos de la crisis. El ministro del ramo, Fernando Lorenzo, destacó la emisión de títulos de deuda en moneda nacional y unidades indexadas realizada en forma conjunta entre el Banco Central (BCU) y el ministerio a su cargo en enero de este año. Esto sirvió para "reducir deuda de moneda extranjera con vencimiento en el corto plazo por deuda en moneda nacional con mejores plazos, lo que contribuyó a la desdolarización”. Además mencionó la emisión de títulos de deuda en Japón en junio, por 496 millones de dólares a diez años, en condiciones "muy beneficiosas para Uruguay". "Hemos realizado un conjunto importante de acciones que hacen que el gobierno tenga niveles de liquidez muy fuertes, algo más de 2.000 millones de dólares", ponderó. Por otra parte, el gobierno gestionó la disponibilidad de una serie de créditos contingentes por un total de 1.500 millones de dólares con organismos internacionales como la Corporación Andina de Fomento, el Banco Mundial (BM), el Fondo Latinoamericano de Reservas, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional. Al respecto, el BM aprobó este martes un préstamo "de libre disponibilidad" por 260 millones de dólares "para enfrentar el impacto de la incertidumbre que reina actualmente en el entorno económico internacional". Lorenzo también resaltó "la prudencia y el cuidado fiscal que el país ha tenido y sigue teniendo", y que constituye "el ancla fundamental del programa macroeconómico".
Por su parte, el presidente del BCU, Mario Bergara, explicó que el país se ubica en una posición "sólida" en cuanto a su sistema financiero y a la contención inflacionaria, y que las medidas deben orientarse a garantizar esa estabilidad.
Por partes
En lo que refiere a los sectores productivos potencialmente vulnerables, el director de Industrias, Sebastián Torres, dijo recientemente a la diaria que el gobierno estudia aplicar medidas focalizadas similares a las adoptadas entre 2008 y2009 (http://ladiaria.com/U0). Enumeró posibilidades tales como “un aumento de la devolución de impuestos”, “prefinanciación de exportaciones”, “modificar el tratamiento de inversiones priorizando algunos sectores” y “establecer la reserva de mercados” mediante compras públicas. También podrían disponerse acciones relacionadas con el comercio exterior, estableciéndose “algún canal rojo [bienes sometidos a revisión para su ingreso al país], ver si hay dumping [competencia desleal] de algunos países, controlar la exportación de algunos productos que salen sin agregar valor en el país”. También mencionó la creación del Fondo Nacional de Desarrollo, creado a partir del 30% de las utilidades del Banco República, elemento importante “independientemente de la crisis, pero que ayudaría mucho” si ésta empeora. Acerca del mercado laboral, Loustaunau informó a la diaria que “no hay un plan concreto a seguir”, pero aseguró que las respuestas del gobierno serán diseñadas sobre la base del diálogo con trabajadores, empresarios y otros actores relevantes como el Banco de Previsión Social y la Universidad de la República. En tal sentido evaluó que “el ámbito natural para la discusión es el Diálogo Nacional sobre Seguridad Social”, porque “involucra a todos los actores”. Luego precisó: “No tenemos conocimiento de ningún sector concreto con dificultades” derivadas directamente de la crisis, por lo que no urge la aplicación de ninguna estrategia. Asimismo, recordó que las mediciones de desempleo siguen mostrando una tendencia descendente.