Los 12 integrantes del panel ciudadano que durante el fin de semana poblaron una de las tribunas del Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar) ocupaban ayer la mesa frontal con sillas tapizadas de rojo. Desde allí leyeron las conclusiones y respondieron preguntas del público.

No leyeron un informe acabado, sino uno provisorio, elaborado para cumplir con el compromiso que habían asumido de dar una conferencia de prensa pocas horas después de haber terminado la instancia pública, en el que decenas de expertos vertieron sus conocimientos. Les resultaba difícil resumir de un día para otro tanta información porque, más de uno lo dijo, ahora que conocían mínimamente el tema no eran capaces de hablar a la ligera.

El grupo valoró el proyecto de Juicio Ciudadano, la posibilidad de acceder a información "no politizada", el hecho de "ir a las fuentes", aprender de los técnicos, de las organizadoras y del intercambio grupal. También resaltaron la capacidad de negociar con respeto entre ellos, de someter a prueba sus convicciones y entablarse en un debate en el que lo primordial era saber: "No importaba tener razón, importaban otras opiniones". Entre los participantes había personas con formación terciaria, pero también empleados, un productor rural, una empleada pública, gente que no había pasado por la universidad y, gracias a la organización y al nivel grupal, se sentían en el Paraninfo como en su "propia casa", dijeron.

Valoraron la iniciativa de la Udelar, que desde su autonomía propuso que un grupo de ciudadanos abordara una temática que era "una papa caliente". Justamente esa autonomía fue la que les dio confianza para participar.

Preinforme

Andrés, uno de los integrantes del panel, resumió en diálogo con este medio que “se recomienda buscar una herramienta que nos ayude a definir como sociedad qué desarrollo deseamos, cuál es el desarrollo sustentable al que apuntamos, primero quizás definirlo a nivel nacional, con todos los actores sociales, y luego buscar los mecanismos de participación ciudadana que indiquen cuál es el mejor camino a seguir”. El panelista precisó: “Decidir si vamos a ser el Uruguay Natural que mencionamos muchas veces, el productivo a nivel ganadero, o quizás el industrial con la minería a cielo abierto, y también qué es el desarrollo y cómo lo vamos a definir”.

El segundo punto abordado en el preinforme cuestionó si el Estado está apto para aceptar un proyecto de megaminería cuyo tamaño es mucho mayor que la minería tradicional que se realiza desde hace un siglo en nuestro país. Andrés dijo que se entiende necesario “contar con recursos humanos y financieros para poder evaluar” los proyectos que se presenten y tener la capacidad de fiscalizarlos en caso de que se opte por esa forma de producción. También es importante contar con mayor información, como por ejemplo, tener un mapa geológico del territorio o un relevamiento del patrimonio arqueológico.

El tercer gran capítulo del preinforme abordó la participación: “Dónde y cómo se discuten estas cosas”, dijo Andrés. “Hay asambleas previstas dentro del Código Minero pero nosotros queremos ir más allá, con otras herramientas de participación, con comisiones permanentes en los proyectos que deben representarnos a todos”.

Los panelistas manifestaron que ahora comienza otra etapa, no menor a la anterior. En primer lugar, deberán reunirse nuevamente para arribar a conclusiones más acabadas y precisas, que se presentarán a las autoridades gubernamentales. La otra etapa es la difusión que hará cada uno del tema en sus localidades y en los ámbitos más cercanos. Daiver, de Rocha, contaba que lo más importante que debe transmitir son datos, más allá de su opinión, y que a partir de las respuestas encontradas surgen “más y más preguntas”.

Los grandes aludidos en la conferencia fueron los medios de prensa, por el escaso involucramiento a la hora de difundir una información tan valiosa. De manera similar se habló de los gobernantes que no asistieron y de los representantes de la empresa, que también prefirieron no ir.