La tos convulsa es una infección respiratoria aguda producida por dos bacterias: la Bordetella pertussis y la Bordetella parapertussis. "Es una enfermedad conocida desde hace mucho tiempo, endémica, porque siempre está presente, siempre hay casos circulando entre la población y, epidemiológicamente, cada tres, cuatro, cinco años se producen brotes o picos de casos", explicó a la diaria Gustavo Giachetto, director del Programa Nacional de Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Si bien ante la sospecha de un caso de tos convulsa el cuerpo médico debe notificar a la División de Epidemiología del MSP, había un subregistro. Alicia Fernández, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP), detalló que otros cuadros virales de infecciones respiratorias en lactantes pueden tener el mismo patrón clínico, epidemiológico y de hemograma que el de la tos convulsa y que para identificar a esta última debe hacerse un análisis específico. De modo que muertes ocurridas otros años pudieron haberse debido a esta causa, sin que se la hubiera detectado.

El pico de casos suele darse en primavera; esta vez ocurrió en la última semana de octubre, pero los entrevistados aseguraron que ya está descendiendo. La gran mayoría de los bebés fallecidos se atendía en instituciones públicas y si bien cualquiera puede contraerla, "la mortalidad por enfermedades respiratorias siempre está asociada con vulnerabilidad sociocultural, porque inciden las condiciones de la vivienda, el hacinamiento, el estado nutricional", dijo Giachetto.

A pincharse

Hasta ahora el esquema de vacunación obligatoria implementado por el MSP incluye la vacuna contra la pertussis (es uno de los cinco componentes de la pentavalente) que se administra a los dos, cuatro, seis meses de edad y se refuerza -contenida en la triple bacteriana- al año y a los cinco años de vida. Por eso, en los niños menores de un año que no han recibido la dosis completa, la enfermedad produce un mayor riesgo de vida.

Giachetto explicó que la comisión asesora técnica del MSP en materia de inmunización (integrada por representantes de ese ministerio, de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes y de la SUP) resolvió implementar dos estrategias.

Una es la vacunación de la población objetivo: personal de la salud en contacto con menores de seis meses, mujeres que estén cursando el tercer trimestre del embarazo, madres y padres de menores de seis meses y docentes de instituciones cerradas que tengan a cargo bebés de esa edad. El suministro se hace gratuitamente en centros públicos y privados,y quienes estén dentro de la población objetivo deben acreditar que están en esas condiciones.

Para vacunar a adultos, el MSP debió comprar partidas especiales porque la que se administra a niños es hecha con componentes celulares de la bacteria, que pueden provocar efectos secundarios si son suministradas a los mayores. Por eso el MSP adquirió partidas a un laboratorio que las importó de Canadá y México: son las triple bacterianas contra difteria, tétanos y pertussis con componente acelular. En Uruguay había algunas dosis disponibles y a ellas se recurrió para empezar a vacunar, el 4 de noviembre, al personal del Pereira Rossell y del Hospital de Las Piedras, los centros que presentaron más casos fatales; ahora ya están todas las dosis para vacunar al grupo objetivo.

La segunda estrategia implementada apuesta a la revacunación a los 12 años, que será obligatoria desde marzo de 2012, porque a medida que pasa el tiempo se va perdiendo la inmunidad y se ha identificado que adolescentes y adultos son quienes contagian a los bebés. No está claro por qué motivo hay un aumento de casos en adultos y adolescentes, pero se sospecha que es porque la bacteria se ha modificado. “Hay muchas teorías pero pocas evidencias”, respondió Giachetto.

¿Pero por qué no se vacunó antes a adultos? Sucede que si bien hacerlo puede contribuir a mejorar la situación, o a minimizar los impactos de un brote epidémico, la eficacia está lejos del 100%. Giachetto afirmó que “ni la enfermedad ni la vacuna (ni celular ni acelular) impiden que siga habiendo casos de tos convulsa, porque la inmunidad no es completa ni permanente ni con la enfermedad ni con la vacuna”. También pudieron haber influido motivos económicos; hasta ahora el esquema de vacunación obligatorio insumía diez millones de dólares anuales y ahora costará 12.

De todos modos, el representante del MSP dijo que es necesario que se vacune más de 98% de las madres y padres de menores de seis meses para que la medida dé resultado. De todos modos, es imprescindible extremar los cuidados de higiene y evitar que personas con infecciones respiratorias tengan contacto con lactantes.