O mais grande

La producción industrial en Brasil creció en 2010 a una tasa de 10,5%, la más alta en 24 años según informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. Así, los resultados permitieron compensar el efecto negativo de la crisis financiera de 2009, año en que la producción industrial retrocedió 7,4%. Los rubros líderes en el año medido fueron la construcción de maquinaria (24,3% de expansión) y la industria automovilística (24,2%). También hubo relevantes incrementos productivos en las industrias metalúrgica (17,4%), extractora (13,4%) y química (10,2%). Con ello, 2010 superó a 1986 como año récord de producción industrial, cuando ésta había marcado un crecimiento de 10,94%, informó la agencia rusa Ria Novosti.

Cuando el año pasado China desplazó a Japón como principal tenedor de deuda pública estadounidense, terminó de oficializar su condición de sostén real de la deteriorada economía de la potencia americana, que experimenta, por el lado del empleo y la balanza comercial, los efectos negativos más impactantes de la expansión comercial china, que absorbe áreas enteras de diferentes mercados en los que coloca su exponencial crecimiento industrial. En este punto, Brasil ya padece algunas dificultades no demasiado alejadas del ejemplo. El gobierno que en el Palacio del Planalto encabeza la presidenta Dilma Rousseff prevé que el dinámico sector minero brasileño se expandirá hacia 2030 en más del triple de su producción actual de hierro, cobre y oro. Pero conforme a un plan gubernamental difundido el martes y consignado por la agencia británica de noticias Reuters (ver cuadro), tal crecimiento le requerirá al país aumentar el grado de industrialización doméstica y precaverse de una eventual elevada dependencia de China. El plan se trazó con una proyección de 20 años y una inversión de 270.000 millones de dólares, y si bien no fija exigencias precisas o estímulos a las empresas que agreguen más valor a su producción, se orienta también hacia la promoción de la siderurgia ya que 170.000 millones del total se invertirán en la transformación de los minerales. De hecho, en el vecino del norte se analiza a nivel oficial la posibilidad de incrementar las regalías que las compañías mineras pagan al Estado, dado el veloz crecimiento de los precios internacionales de bienes primarios como los mencionados. “Está claro que hay una necesidad de cambio en la administración de nuestros recursos minerales”, declaró el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão, en el lanzamiento del plan en Brasilia.

Se entiende que el país ingresó en una fase de “especialización reversa”, con crecientes exportaciones de minerales crudos, sin procesar, y una proporción decreciente de procesamiento local previo al embarque, señala el documento. Asimismo, advierte de una “preocupante” dependencia del mayor socio comercial de Brasil, China, y recomienda ampliar la base de clientes del país para reducir la exposición a un eventual declive económico del gigante asiático. “A largo plazo, el mercado para los bienes minerales está sujeto a oscilaciones, ocasionalmente abruptas, en el ciclo de negocios. Eso remarca la necesidad de diversificar tanto la producción como los mercados, especialmente en el caso del mineral de hierro”, señala el texto.

¿Vos por acá?

En ese contexto, arribó a inicios de esta semana a Brasil el secretario del Tesoro estadounidense (ministro de Economía), Timothy Geithner, expresando tras llegar que su país trabajará con Brasilia para enfrentar los desequilibrios económicos globales.

Manifestando “comprensión” del proceso financiero que empuja oleadas de capitales hacia Brasil generando una fortísima caída del dólar y la apreciación del real, Geithner criticó a quienes “entienden el valor de tener una divisa subvaluada”, en clara alusión al yuan, la moneda china. Añadió que EEUU quiere generar un “consenso” global para lidiar con los desequilibrios económicos mundiales y que quizá Brasil deba tomar más medidas, tal vez fiscales, para atenuar las distorsiones monetarias y cambiarias.

Entre las acciones adoptadas últimamente por Brasilia se ubica el gravamen de 2% adicional sobre el ingreso de capitales al país.

Reuters informó que probablemente esas declaraciones cayeron bien a Rousseff, quien apuesta a una cooperación con EEUU en aras de lograr que China valorice su moneda, cuyo bajo valor explica en buena medida la explosiva expansión de su comercio, ya que su crecimiento industrial y exportador descansa en una cotización sesgada a la baja. “Tenemos un interés común con Brasil y otras economías emergentes de que el crecimiento sea equilibrado”, apuntó Geithner durante un seminario en una consultora de San Pablo.

Comitivas de primer nivel oficial de todos estos países se verán las caras este mes en París en el marco de la próxima cumbre del G20, donde el tema ganará los primeros lugares de atención. Cabe agregar que el mes que viene será el propio Obama quien arribe a Brasil, visita para la cual Geithner hace las veces de avanzada de reconocimiento. “EEUU está encantado con el lenguaje que el gobierno brasileño ha estado usando con respecto a asuntos económicos globales, en particular respecto a China”, aseguró Mauricio Cárdenas, director del programa de estudios latinoamericanos de la Brookings Institution. El asunto de la subvaluación del yuan es parte de un fenómeno que desde Brasil se suele denominar como “guerra cambiaria global”, una de cuyas consecuencias para este país es el deterioro de su balanza comercial y la pérdida de puestos de trabajo industriales, ganados parcialmente por China, que produce a costos menores y recibe dólares más valorizados.

¡Oh, París!

Se espera que China y Francia serán, por diferentes razones, las plataformas frente a las cuales EEUU y Brasil defenderán posiciones afines en la reunión del G20. El mandatario galo, Nicolas Sarkozy, viene abogando por mecanismos de regulación de las materias primas, como las impulsadas desde el influyente agrupamiento para controlar al sistema financiero tras la explosión de la crisis global. Pero en Brasil perciben que esa política busca defender a los importadores de materias primas y alimentos en perjuicio de los países exportadores de commodities. Lidiar con Francia en este tema junto con EEUU es un objetivo para la mandataria brasileña. En ese sentido, Lael Brainard, subsecretaria del Tesoro para asuntos internacionales, que acompañó a Geithner en el viaje, dijo a Reuters que Brasil y EEUU comparten posturas sobre la agenda del G-20 acerca de las materias primas, y que ambos gobiernos quieren “mejorar” el funcionamiento de los mercados.

Además, Geithner dijo estar preocupado por la “enorme carga” que pesa sobre países que, como que Brasil, ven apreciarse a sus monedas, proceso basado en la diferencia de tasas que pagan las colocaciones financieras: mientras que Brasil subió hace apenas semanas su referencial Tasa Selic a 10,75%, la Reserva Federal de EEUU mantiene las suyas en entre 0% y 0,125%, persistiendo en el propósito de dinamizar la alicaída economía estadounidense. “Podrían tener que adoptar medidas macroprudenciales diseñadas cuidadosamente”, dijo el secretario del Tesoro como sugerencia a Brasil frente a este problema.

Compañía de indias

Pero EEUU tiene varios flancos abiertos en materia económica y uno de ellos se llama India, miembro del BRIC junto con el cual la administración Obama apuesta a contrarrestar efectos compartidos que se originan en el veloz desarrollo de China. Ambos se necesitan para alcanzar ambiciosas metas de exportación en el marco de la lenta recuperación estadou-nidense y enfrentar enormes déficits comerciales con China, así como temores de que los desequilibrios globales activen conflictos más graves de resolver.

Sin embargo, India mantiene una política comercial valorada como restrictiva por el gobierno de Washington, cuyo secretario de Comercio, Gary Locke, lamentó el lunes que India impida la radicación de inversiones extranjeras. “Incluso a pesar de que India ha dado pasos enormes para abrir su economía, resta mucho trabajo por hacer”, dijo Locke en una conferencia en Nueva Delhi tras reunirse con el ministro local del ramo, Anand Sharma. “Si bien muchos aranceles han bajado, otros persisten. Incluso si no existen aranceles directos, hay barreras no arancelarias que limitan el comercio y la inversión”, criticó Locke, acompañado por Sharma.

Como un gesto para promover el incremento del intercambio bilateral, EEUU anunció que aliviará las restricciones para las exportaciones de productos de tecnología de avanzada al país, y Sharma elogió la iniciativa. “Habrá cooperación total en tecnología espacial, tecnología nuclear y otras tecnologías de avanzada entre EEUU e India”, informó a los reporteros.

Los flujos del comercio común de bienes se triplicaron a 36.500 millones de dólares durante la década concluida en 2009/2010, pero EEUU bajó desde el primer lugar al tercero entre los socios comerciales de India. Rapacidades

A su vez, no debe extrañar que el acercamiento entre EEUU y Brasil gane en velocidad en virtud del papel crecientemente relevante que el gigante sudamericano adquiere en la economía mundial, y desde ahí en la geopolítica global. Un reflejo de ese desarrollo son las invitaciones que la OPEP viene cursando a Brasilia para que el país se integre al cártel de los grandes productores petroleros. Los convites comenzaron en 2008, luego de que Brasil descubriera enormes yacimientos petrolíferos en aguas profundas de su litoral atlántico, según contó esta semana su ministro de Minas y Energía. “Somos invitados a integrar la OPEP insistentemente. No nos estamos negando, estamos estudiando para saber hasta qué punto, en este momento, nos interesa estar sometidos a los límites que muchas veces son establecidos en la producción de petróleo”, declaró Lobão durante el lanzamiento del citado plan nacional de minería.

El jerarca precisó que fue Irán el país que cursó la primera invitación en aquel año.

Los 13 países que integran la OPEP, fundada en 1960 para controlar los precios del crudo mediante el control de los flujos de extracción, concentran el grueso de las reservas mundiales del energético.

En el caso de Brasil, las reservas submarinas, conocidas como la “camada pre-sal” por localizarse bajo más de 7.000 metros de profundidad, contendrían un mínimo de aproximadamente 70.000 millones de barriles. Asimismo, la estatal Petrobras halló recientemente voluminsos yacimientos submarinos en Angola.