Chile es para muchos un modelo a imitar en varios sentidos, pero en particular lo es para aquellos que tienen una concepción ideológica liberal, que suelen ponerlo como ejemplo de las buenas prácticas. Reiteradas veces se escucha que sería bueno abrir la economía "como Chile", firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) "como Chile" o aplicar una regla fiscal "como Chile". Pero la comparación va más allá de las concepciones ideológicas y comienza a ganar adeptos incluso en otras tiendas.
Paso a paso
Buena parte de la regla fiscal de Chile se sustenta en sus ingresos por el cobre. Velasco fue consultado sobre cómo podría Uruguay establecer una regla fiscal en su presupuesto, pero el experto no quiso contestar; "no sé lo suficiente de la política uruguaya", explicó. Sin embargo, comentó que en el caso de Chile su aplicación fue "gradual" y comenzó siendo algo "autoimpuesto por el gobierno". "Fue aplicada y después legislada", añadió. En los primeros años la regla fue "muy leve" e incluso "daba espacio a un pequeño déficit". Cuando el cobre fue subiendo la regla fiscal también lo hizo, pero "se dio en un momento en el que ya estaba bastante legitimada".
Andrés Velasco, ministro de Hacienda en el gobierno de Michelle Bachelet, se autodefine "de izquierda" pero enfatizó que "las etiquetas cada vez pesan menos" y se pueden encontrar "coincidencias con gente que tiene una etiqueta diferente". "Más allá de ser considerado de izquierda, de derecha o de centro, hay una diferencia más grande entre aquellos que son serios y los que son frívolos", aseguró.
Velasco disertó en un evento organizado por Ceres y realizado ayer en el Club de Golf, donde comentó "algunas cosas que han pasado en los últimos años en Chile, que son motivos de reflexión, en algunos casos de cómo hacer las cosas, y en otros, de cómo no hacerlas".
Destacó que "algo esencial" para Chile es que "se logró recuperar una buena calidad política". "Conseguimos una integración política sana, logramos dialogar [...] y fuimos capaces de generar consensos", aseguró, remarcando los acuerdos logrados para aplicar la reforma tributaria, y los TLC con México, Canadá y Estados Unidos, "que se aprobaron unánimemente". Detalló que "la clave de esa buena política es la voluntad para no repetir los errores del pasado", y "haber logrado un buen equilibrio entre los políticos y los técnicos". "En Chile los técnicos hemos podido participar en procesos políticos", enfatizó, y añadió que se crearon "comisiones de expertos" que permitieron "allanar el camino" a varios proyectos en su discusión parlamentaria.
No obstante, aseveró que Chile y la región tienen el desafío de solucionar "el desinterés de buena parte de la población", particularmente de los jóvenes, con la política. "Se empieza a ver la política como algo para los políticos [...]. Esto es muy peligroso", advirtió Velasco.
Trencito del oeste
Que Uruguay firmara un TLC con Estados Unidos generó "gran esperanza" en Chile y luego una "gran desilusión" cuando cayó esa posibilidad, relató el ex funcionario. Recordó que para Chile el acuerdo fue muy importante y su aprobación a nivel parlamentario fue "menos traumática de lo que se esperaba". Igualmente, reconoció que la discusión fue "un noviazgo a la antigua", ya que comenzó a principios de la década de 1990 y recién se concretó en 2004. Finalmente se aprobó por unanimidad en el Congreso.
A lo lejos
Otro logro del país trasandino fue "darles una mirada de largo plazo a las políticas públicas", creando "instituciones de calidad" como el Banco Central, que funciona "con autonomía del gobierno", "reclutando a los mejores técnicos", y que hoy "es respetado en el concierto internacional". En ese punto se refirió al marco fiscal que fijó su país a partir de 2001. Antes de esa fecha el presupuesto se hacía de forma anual, pero entonces se buscó "estimar los ingresos del país de largo plazo", evaluando la tendencia que tendría el precio del cobre y el crecimiento de la economía. Para ello se creó una "comisión de técnicos" que proyectó esas tendencias y definió el "gasto permisible", que es "exactamente ese crecimiento de largo plazo, ni más, ni menos". En caso de que el crecimiento sea mayor que ese límite, "se ahorra".
Esa regla fiscal cobró gran polémica a partir de 2006, cuando se aprobó por ley y comenzó una fase sumamente expansiva de la economía, que determinó "la hora de aplicar la regla fiscal". "Ser ministro de Economía cuando no hay plata es muy difícil, pero cuando hay plata es mucho más difícil aun", ironizó. Ello generó "ahorros tremendos que eran absolutamente controvertidos", hasta que llegó la crisis y "se aplicó el tercer estímulo fiscal más grande a nivel mundial como porcentaje del PIB".
Al respecto, lamentó que ahora hay indicios de "populismo fiscal" por el gobierno de Sebastián Piñera. Describió que a Chile le pasa algo parecido a Estados Unidos, donde los demócratas se encargaron de "fortificar la situación fiscal" y los republicanos "la desarreglan". "Que no seamos los de izquierda los que arreglamos la política fiscal para que después los gobiernos de derecha la desarreglen", opinó.
El tercer logro fue que "Chile se abrió al mundo", permitiéndole "tener acceso preferencial a mercados que son el 90% del PIB mundial". Sin embargo, la apertura tiene "sus sombras" y es que el país "todavía no supo aprovechar todas sus ventajas".
Comentó que en todos los TLC que firma Chile se establece que las empresas chilenas tendrán igualdad de consideración en el sistema de compras públicas de los países con los que suscribió el acuerdo. Sin embargo, hasta la fecha "ninguna lo usó”.
El último logro mencionado por Velasco fueron los "avances sociales". En 1990, 40% de los chilenos se encontraba bajo la línea de pobreza, pero en 2009 ese guarismo bajó a 13%. Asimismo, el PIB per cápita se triplicó y los indicadores de desarrollo humano muestran que Chile "ha subido mucho en todos ellos". "Es bueno que ello se haya logrado en un contexto de salud fiscal", destacó.
Mirada desafiante
Subrayó que Chile y América Latina siguen “teniendo mercados laborales que funcionan relativamente mal”. En Chile trabaja 54% de la población en edad de hacerlo y cifras similares se observan en la región, problema asociado “a la baja participación laboral femenina”. “En América Latina nos concentramos en los salarios, pero es más importante poder acceder a un salario”, apuntó.
Otro reto refiere a la educación, y si bien Chile, Uruguay y Argentina tienen una amplia cobertura de educación primaria, comparten una baja calidad en la que el desempeño en las pruebas estandarizadas PISA “es muy malo”. El gremialismo de la educación, aseguró, impide la mejora de la calidad por centrarse en reclamos de incrementos de presupuesto sin contrapartidas.
Mejorar la productividad fue el tercer desafío mencionado por Velasco, ya que América Latina es el continente de peor desempeño. En comparación con Estados Unidos, la productividad de China aumentó 200% en los últimos 50 años, pero la de Chile sólo lo hizo 18%, siendo “el mejor de la región”. Los demás países tuvieron un desempeño negativo. Por último, se mostró escéptico sobre el pronóstico de “una década dorada para América Latina”. “Ojalá así sea, pero para ello tenemos que hacer más que sólo crecer con un auge de los recursos naturales”, evaluó.