El secretario de Estado participó en las XIII Jornadas de Coyuntura que organiza cada año el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, en una disertación denominada “¿Hacia qué ‘modelo de país’ nos lleva la actual política económica?”, aunque al inicio de su intervención advirtió que el título no lo propuso él y dijo tener “varios problemas” con éste. En primer lugar se refirió al concepto “modelo de país”, asegurando que si bien sirve para sintetizar una idea, a modo de “un esquema” o “una hoja de ruta”, implica una “estructura cerrada” que “opera como corsé” y “termina limitando a todos los que recurren a ese concepto”. En segundo lugar, evaluó que no se debe creer que “las políticas públicas en general y la política económica en particular son las que determinan hacia dónde van las sociedades”. Aunque entiende que las políticas pública y económica tratan de contribuir e influir sobre el desarrollo de las sociedades, “de ninguna manera puede tratarse de determinismo”.
Entrando en su exposición, el ministro se refirió al contexto internacional, valorando que el escenario global “implica para nuestro país un cambio relevante en el conjunto de oportunidades y vulnerabilidades”, las cuales “hace mucho tiempo esperábamos que ocurrieran”. “Esperábamos que en algún momento algunas cosas que estamos en condiciones de producir más eficientemente empezaran a ser valoradas adecuadamente por los mercados internacionales”, sostuvo el jerarca, recordando que “tuvimos una historia bastante negra” que le puso “límites a las posibilidades de políticas que se podían adoptar en nuestra economía”.
Este cambio “transforma a nuestros países de manera drástica, porque implica reubicar la importancia o las limitaciones que nos imponían nuestros recursos naturales”, convirtiéndose ahora en un “impulso al desarrollo económico”.
Destacó que ese cambio de escenario está siendo “integrado por los actores que toman decisiones económicas relevantes”, incorporando cambios tecnológicos y de mejora en la productividad. “No es sólo un aprovechamiento de circunstancias, no es sólo hacer caja y disfrutar la bonanza”, aseguró. Asimismo, destacó la “incorporación de recursos humanos más calificados” en los procesos productivos, que incluso “presionan sobre el sistema de investigación y producción de tecnologías internos”.
Otro cambio relevante es que el país transita una etapa de “simultaneidad entre prosperidad económica y la justicia en la distribución de los frutos del crecimiento”, relación que se verifica en la reducción de la pobreza y de la indigencia, en la mejora de los ingresos y en “un reequilibrio territorial del país”, ya que la prosperidad no está concentrada en una zona sino “a lo largo y ancho del país”.
No me ves pero estoy
Teniendo en cuenta ese contexto es que la política económica debe actuar, según Lorenzo, en primer lugar propiciando la “reducción de vulnerabilidades que tenemos latentes y que pueden transformarse en dificultades”. Interpretó que “al priorizar la reducción de vulnerabilidades simultáneamente se generan las condiciones para el mejor aprovechamiento de las oportunidades”, y agregó que en Uruguay persisten vulnerabilidades en muchos ámbitos y “no hay que creerse que están extintas”. “Las vulnerabilidades fiscales y financieras se han mitigado mucho, pero no con cualquier política se asegura que no vuelvan a ser un problema”, evaluó. Al respecto, subrayó que “la política fiscal es la herramienta más potente de la que vamos a disponer para valernos de instrumentos para enfrentar dificultades, o esfuerzos para generar capacidades”, y destacó que “hoy el cuidado de los equilibrios, el valor de la estabilidad y la previsibilidad económica son muy considerados por la sociedad”. “Eso es muy bueno. Es bueno que cuando la inflación se desvía un punto se generen discusiones, o que si es mejor o peor tener un punto, o medio punto más o menos de déficit fiscal”, valoró el jerarca. Esta evolución reciente supone “un cambio radical, porque los déficits crónicos constituían una realidad y no generaban ningún tipo de discusión, y se llegaba a decir que no eran problemas”.
Por otro lado, Lorenzo evaluó que Uruguay tiene “que integrar en sus políticas públicas su desafío competitivo”, incluyendo todos los elementos que constituyen la competitividad, como los estímulos a la inversión, la innovación y la capacitación. En tal sentido, destacó el sistema de promoción de inversiones vigente, ya que permite fomentar los proyectos “en función de los beneficios que puedan traer a la sociedad”.
No dejes para mañana
En otro orden, Lorenzo también se refirió al tema de la “disponibilidad de infraestructura” que requiere el país, y de modo indirecto se refirió a la polémica generada en torno a la propuesta del presidente José Mujica de establecer un nuevo impuesto al agro para financiar infraestructura. “El tema de la disponibilidad de infraestructura es fundamental, y hay que planteársela porque la infraestructura, que no es nada mala en la comparación continental […], está siendo exigida y va a seguir siendo exigida como nunca”, proyectó.
El país tiene planteado un “desafío” en materia de mantenimiento y desarrollo de infraestructura en comunicaciones, transporte y energía, reto que “va a generar oportunidades para que la prosperidad se mantenga en el futuro”. Y contextualizó la coyuntura en ese aspecto: “Cualquier intento por aprovechar la prosperidad sin hacer esfuerzos muy relevantes en materia de infraestructura, probablemente, cuando cambien las circunstancias, cuando no estemos en un escenario de crecimiento, difícilmente en esos momentos va a haber respuestas de política de un gran plan de infraestructura, ni va a haber privados dispuestos a invertir, ni va a haber esfuerzos de diversos tipos que se les pueda solicitar a los ciudadanos o a las empresas para contribuir e involucrarse en el financiamiento de infraestructuras. Son éstos los momentos” para llevar el tema adelante, puntualizó el jerarca.
En otro orden, subrayó la importancia de la educación y la capacitación de los recursos humanos, porque “nada es más importante que eso para prosperar con equidad”.
A modo de conclusión, Lorenzo sostuvo que “si los esfuerzos de todos los actores, empresarios, inversores, trabajadores, gobierno, instituciones de diverso tipo, cada uno desde su ámbito, orientan sus acciones positivamente y creyendo en el futuro, creo que Uruguay tiene una oportunidad enorme de progresar, pero es sobre la base del esfuerzo y del trabajo, no es sobre el mero aprovechamiento de circunstancias efímeras”.