Sobre la media tarde del viernes, la balsa situada en el cruce de la laguna Garzón, que une los departamentos de Maldonado y Rocha en la ruta 10, había registrado tan sólo una treintena de traslados de vehículos. En su mayoría eran trabajadores que participan en la construcción de residencias aledañas así como del Centro de Ecoturismo Sustentable -complejo arquitectónico situado sobre la margen de Rocha-. También atravesaron la laguna algunos pobladores de la zona y turistas que se acercaban hasta allí para captar con sus cámaras digitales parte del promocionado “Uruguay Natural”.

Zona de interés

Esta historia conflictiva, que casualmente involucra a un futuro puente, comenzó hace pocos años, pero en las últimas semanas ha entrado en la agenda de los medios de comunicación gracias a la intervención de agrupaciones ambientalistas y vecinos de la zona de José Ignacio, que se oponen a la construcción del puente. Según la organización no gubernamental Vida Silvestre, tanto la confluencia de la laguna Garzón que se compone de dunas, humedales y praderas naturales, como la zona de Caracol, caracterizada por la presencia de bosque y matorral samófilo que presenta una vegetación única en nuestra costa, transforman este lugar en una zona codiciada para el hombre por su alto valor paisajístico. Las cárcavas son otro elemento geográfico natural que le da encanto al lugar.

El grupo inversor del empresario argentino Constantini ha sabido sacarle jugo al encanto de esa parte de Rocha y para potenciar la venta de tierras e inmuebles costeará la inversión de tres millones de dólares, lo que sale construir el puente.

Actualmente este paraíso, de difícil acceso, que se ubica sobre la faja costera entre la laguna de Rocha y la Garzón, es disfrutado por unos pocos, como es el caso de Ralph Harteneck, ex vicepresidente de Microsoft, quien tiene una lujosa residencia a escasos metros de la playa.

El temor que comparten los ambientalistas, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay y muchos de los vecinos de la zona es que, en la medida que se unan ambas orillas y se fortalezca el crecimiento de la ruta 10, se genere un turismo de gran impacto que conlleve urbanización y afecte la preservación de un área que contiene especiales valores ambientales. En contrapartida, la comuna de Rocha asegura que el impacto al medio ambiente será de baja incidencia ya que se piensa regular y limitar la edificación. Según el intendente de Rocha, Artigas Barrios, mediante la inclusión del puente, se estará potenciando el crecimiento y la proyección turística del departamento.

En debate

A poco más de 30 kilómetros de dicho paraíso natural, en el coqueto teatro 25 de Mayo de la ciudad de Rocha, vecinos de ambos departamentos, grupos ambientalistas, autoridades regionales y personalidades de la política nacional asistieron a la primera audiencia pública promovida por la Dinama, perteneciente al Ministerio Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Unos 300 interesados asistieron a la velada que se desarrolló durante aproximadamente cinco horas, y en la que se escuchó infinidad de voces que se expresaron a favor y en contra de la implementación del puente. Si bien la oratoria fue comenzada por la parte proponente del proyecto, voceros del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, también fueron partícipes las organizaciones no gubernamentales Vida Silvestre y Amigos de la Laguna, que dieron su versión negativa del asunto. Por último, las intendencias implicadas manifestaron ser partidarias de realizar una conexión más eficiente entre ambas orillas.

Durante algunos pasajes de las presentaciones se vivió momentos de tensión entre los asistentes, conformados por silvatinas y abucheos; tampoco faltaron los aplausos cuando se trataba de apoyar al exponente de turno.

Hace rato se conocen las dos posturas que hay en torno a este tema -creación del puente o mejora del servicio de balsas-; sin embargo, lo rico del encuentro fue escuchar el testimonio de la gente que se acercó a la audiencia y expresó su voluntad.

Si bien las opiniones están divididas entre los habitantes de ambas ciudades, muchos de los asistentes cuestionaron la veracidad de las encuestas realizadas por Cifra, emitidas hace pocos días por el diario El País, en las que se indica que más de 80% de rochenses y más de 70% de habitantes de Maldonado aprueban la construcción del puente. Graciela, una vecina rochense que se encontraba expectante en el encuentro del viernes a la noche, expresó que las encuestas fueron realizadas en base a preguntas confusas o tendenciosas. También mencionó enfáticamente los intereses económicos que hay en juego con la colocación de los 180 metros de hormigón sobre la laguna.

Ante la escasez de trabajo en el departamento de Rocha, muchos locales ven oportunidades de que se generen fuentes laborales en los barrios residenciales, como acontece en el balneario más importante del país, Punta del Este. No obstante, el complejo Las Garzas, barrio privado perteneciente a Constantini, ubicado en el km 208 de la ruta en cuestión y montado sobre 240 hectáreas y dos kilómetros de playas vírgenes, pareciera ser una extensión de aquel balneario ya que en la gráfica promocional de su página web no hay referencia alguna al departamento de Rocha. El temor de algunos presentes es que dicho complejo no cuente con servicios suficientes para emplear a personas de la región.

Por lo pronto, cabe mencionar que actualmente hay una significativa ocupación de arquitectos y constructores uruguayos que están encargados de desarrollar estos costosos proyectos edilicios. En ese sentido, la cimentación del puente demandaría mano de obra de trabajadores de la zona.

Las voces moderadas también se hicieron escuchar. Mauro, un edil rochense que trabaja en el sector de la educación, expresó desde la platea del teatro que la colocación del puente en la zona no significará el final de nada, ni el inicio de una panacea. Por otro lado, instó a no vulgarizar el problema ecológico a la construcción de un puente. También afirmó que durante la audición no se encontraba representada fielmente la opinión de la mayoría del pueblo de Rocha.

Los más radicales señalaron que los proyectos como los de Constantini representan una nueva forma de colonización. Algunos vecinos de José Ignacio destacaron el valor patrimonial e identitario de la balsa en la zona y mencionaron ejemplos de otras partes del mundo donde este tipo de vehículos son íconos de determinado tipo de turismo en extinción. Sin embargo, Antonio Carámbula, en representación del Ministerio de Turismo, tomo partido en el debate y manifestó que ve con buenos ojos la eliminación de la balsa en pos de construir el puente.

El segundo round de esta audiencia pública se desarrollará el viernes 24 de junio en tierras fernandinas, más precisamente en el restaurante Butía de José Ignacio, a tan sólo cuatro kilómetros de la zona caliente.