La economía uruguaya está de parabienes, y en los últimos años ha crecido a un ritmo vertiginoso. Así lo confirman los informes de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU), que muestran que luego de enfrentar la crisis del año 2002, el país se recuperó con fuerza registrando niveles de crecimiento que no se verificaban desde hacía mucho tiempo.

Incluso cuando el mundo entero colapsó por la peor crisis financiera desde el crack bursátil de 1929 -crisis global de la que aún no terminan de salir los países desarrollados-, en Uruguay el proceso contractivo pasó sin pena ni gloria, constatándose apenas un trimestre de caída de la actividad. El mundo se derrumbaba, pero no el pequeño Uruguay. Para colmo, el país salió cuarto en el campeonato Mundial de fútbol de Sudáfrica, y puede que ANCAP encuentre petróleo (ver la diaria de ayer). ¿Estamos bien?. Parecería que sí.

Entre Marx y Gini

Rocca también lamentó la "ausencia de equidad", argumentando que "los índices de concentración, como el índice de Gini, que mide la disparidad en la distribución del ingreso, ha permanecido constante e incluso ha aumentado". Graficó que los salarios reales "recién están volviendo en el 2010 a los niveles de 1999". Añadió que la recuperación verificada parece ser más una respuesta del nuevo contexto de crecimiento del país que un resultado de los Consejos de Salarios. Incluso interpretó que, "medida en términos marxistas, la tasa de plusvalía ha seguido creciendo, porque si el PIB crece 8% y el salario crece 3%, la diferencia se la apropian los capitalistas". Rocca dijo a la diaria que para mejorar la equidad "tiene que haber un cambio de rumbo global" de la economía. "Es imposible maquillar a Frankenstein", ironizó, recordando una frase del ex legislador frenteamplista Guillermo Chifflet, porque "cuando se adopta un esquema de prácticamente sumisión al Banco Mundial, al FMI, por más que se intente alguna política social, la lógica del modelo es realmente excluyente".

Sin embargo, algunas voces advierten que no todo va tan bien como parece, y que muchos de los indicadores que exhiben que el país ha avanzado fuertemente en los últimos años esconden realidades que son muy diferentes.

En un artículo publicado por el mensuario Identidad, el economista Rocca se refiere a los datos de actividad, de empleo, de las exportaciones y hasta del gasto doméstico, con una visión sumamente crítica respecto de la situación actual de Uruguay. De su lectura no se desprende que se trate de pesimismo, sino más bien de una visión que no apunta hacia donde lo hace la mayoría.

Ta' quieto

Rocca no critica la elaboración de los datos de Cuentas Nacionales que realiza el BCU. Por el contrario, utiliza esas cifras para fundamentar sus observaciones. En el artículo, titulado “¿Uruguay productivo o paraíso importador?”, recuerda que la economía local se expandió 8,5% en 2010, pero que "la evolución por sectores, sin embargo, muestra dinámicas diferentes". Detalla que "el sector agropecuario permanece prácticamente estancado", debido a un efecto contrapuesto de aumento de la producción de soja y de eucaliptus que compensa la caída de la producción ganadera de carne y lana.

En conversación con la diaria, el economista enfatizó que "aun para las cifras oficiales, el sector agropecuario uruguayo permanece estancado", y lamentó que "siguen jugando los elementos históricos que han frenado un mayor desarrollo del sector: el tema del gran latifundio, el minifundio" así como la "gran extranjerización" en la propiedad de los recursos naturales. Si bien reconoció que la extranjerización implica una "modernización" de sectores de la economía, ésta "sólo le sirve en definitiva a estos grandes capitales del exterior". "Más que la extranjerización, [el problema] son las grandes transnacionales", que se apropian de los grandes establecimientos y cuyas "ganancias van a parar al exterior, dependen de accionistas en el exterior, y la cadena funciona en torno al sector agropecuario que funciona sobre la base de las exportaciones". Y ejemplificó la idea: "Es un poco aquello que los veteranos de la izquierda uruguaya llamaban 'República bananera'. Hoy estamos en una 'República eucaliptera'”, graficó. Con esa estructura, "toda la cadena depende de grandes capitales, que absorben desde la producción agropecuaria hasta la transformación, la comercialización, a veces los puertos e incluso la demanda externa", alertó. "No es un problema de cédula de identidad sino de formas de explotación" de la riqueza, añadió.

Algo similar a lo que sucede en el sector agropecuario se verifica a nivel industrial, donde buena parte del crecimiento anual del 3% que viene registrando el país desde 2005 se basa en la producción de UPM. Mientras tanto, caen los rubros textil y cueros, se estanca la producción frigorífica y las demás industrias "exhiben resultados más bien pobres". Rocca remarcó que también en la industria "hay una fuerte extranjerización a manos de grandes grupos, como Marfrig en la carne, el caso de las compañías arroceras, que a esta altura son todas brasileras, o el monopolio de la cerveza".

Tarjetazo

Rocca también critica la situación del mercado laboral. Si bien se destaca oficialmente que la tasa de desempleo se encuentra en su mínimo histórico, el experto de la Rediu asevera que ello se explica únicamente porque hay menos gente buscando trabajo.

“Hasta los inefables datos del INE revelan que la tasa de empleo no creció. El último trimestre de 2010 registra 59% contra 59,2% del mismo período de 2009 y 2008. [...] La tan mentada disminución del desempleo parece vinculada a la disminución de la oferta de fuerza de trabajo, revelada en la magnitud de jóvenes que no trabajan ni estudian”, detalla en el artículo de referencia.

Además, fustiga el hecho metodológico de que no se pueden comparar las cifras de años anteriores, ya que antes “los trabajadores en seguro de paro se consideraban desempleados, pero hoy [...] el trabajador en seguro de paro se considera empleado”. “Eso es un cambio de metodología, para bien o para mal, pero no se pueden comparar cifras realizadas con distintas metodologías porque, al menos, es técnicamente desacertado”, señaló. El comercio exterior del país es también uno de los puntos sobre los que el experto cuestiona el optimismo generado. Si bien coincide en que “las exportaciones medidas en dólares corrientes baten récords”, aclara que ello no se refleja en las “cantidades vendidas”. En tal sentido, advierte que los precios de los productos primarios están “inflados” por la especulación internacional, que genera una “burbuja” en esos valores. Rocca dijo a la diaria que “los grandes especuladores internacionales pasaron de la burbuja punto ".com” [excesiva valoración de las empresas de internet a fines de la década del 90] a la burbuja inmobiliaria [sobrevaloración de los activos inmobiliarios que llevaron a la actual crisis financiera mundial], y últimamente han tratado de invertir en productos primarios”. Destacó que la crisis hipotecaria de Estados Unidos marcó un auge de precios de las viviendas que “no se correspondía con la realidad”, y que “hoy en día un fenómeno similar se está dando con las ventas a futuros de cereales y de muchos productos alimenticios”.

Consultado sobre si esa “burbuja” podría “reventar” próximamente, provocando una caída abrupta de precios de esos commodities, respondió que “es muy difícil hacer futurología al respecto”, aunque estima que ese desenlace “es muy probable”. “Sobre todo porque alguno de los países compradores [de Uruguay], como el caso de Brasil, tiene el real muy sobrevaluado, pero el día que el real caiga, todo este aparataje sobre el cual funciona la economía uruguaya pierde pie”, auguró. “Sobre todo los exportadores no soportarían la política cambiaria”, vislumbra.

Por último, mostró inquietud por el exceso de consumo y de endeudamiento a nivel doméstico que se está verificando entre las familias uruguayas. “Me preocupa fuertemente, y me preocupa hasta como economista la dificultad para [obtener] los datos. Porque gran parte de ese endeudamiento es a través de cooperativas, [y] pseudocooperativas de préstamos, [por lo] que es difícil relevar exactamente la magnitud de la deuda de los uruguayos”, comentó Rocca. El economista concluyó que ese “endeudamiento bastante alto” provocará a futuro “un descenso del consumo”, porque “el crédito no aumenta la demanda sino que la anticipa. Pero en algún momento hay que pagarlo”.