Claro en sus conceptos, Notaro -quien formó parte del grupo de asesores de Mujica durante la campaña electoral- se refirió al modelo económico que se promueve desde el gobierno, siendo sumamente crítico con el "enfoque neoclásico" que a su entender tiene.
Prefirió no referirse a "un programa económico de izquierda alternativo" sino más bien a "poner en discusión una forma distinta de implementar el programa del FA". Afirmó que "la política económica es, en primer lugar, política, ejercicio del poder del Estado limitado por el contexto económico, social y político", realidad que entonces "siempre admite opciones”.
Te quedaste corto
"Un profundo afecto y un gran respeto" es lo que despierta "el compañero Mujica" en Notaro según él mismo explicó: "Lo considero un luchador heroico que derrotó a las balas, la tortura, el aislamiento, el odio y el rencor. El país no podría tener un presidente mejor". Sin embargo, matizó, "como militante de base sin responsabilidades de gobierno, tengo el derecho y el deber de opinar con total libertad" y, en ese sentido, "lamento discrepar con ese impuesto [a la tierra] por considerarlo insuficiente". "Los dueños de la tierra han visto multiplicado su valor y sus ganancias por la producción bovina, ovina y de granos como el trigo, el arroz y la soja. Sin embargo, no aumentó el pago de impuestos. Con datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del MGAP, se ha estimado que las 16,4 millones de hectáreas del país tienen un valor de U$S 42.233 millones de dólares, el doble que en el año 2000", graficó.
Respecto de porqué se escuchan más voces críticas que le reclaman un viraje económico al FA con Mujica que con la administración de Tabaré Vázquez, interpretó que en las internas frenteamplistas, "[Danilo] Astori era el candidato oficial y por lo tanto de la continuidad", mientras que del ahora presidente "se esperaban cambios". En ese sentido criticó que "en el plano económico no se perciben cambios" significativos con el nuevo gobierno. "El compromiso programático con la redistribución del ingreso y la riqueza no se implementó; la estrategia de inclusión social que se podría implementar con el Plan Juntos no es clara; probablemente, el compromiso de entregar 250.000 hectáreas a pequeños productores no se cumpla, y el gasto en educación y salud es insuficiente como resultado de que se recauda poco", proyectó.
El experto recordó que en el FA, “que es tan amplio como su nombre lo indica”, conviven diversas concepciones de política económica, y "sólo algunos de sus aspectos forman parte del programa". En ese sentido, debe considerarse que "la mayoría de las decisiones las toman, en el gobierno del FA o en cualquier lugar del mundo, los equipos económicos con el respaldo del presidente".
Describió que en los equipos económicos de las administraciones frentistas se observa "un enfoque neoclásico, que confía en que los precios relativos que se fijan en los mercados de bienes y servicios, de capital, de recursos naturales y del trabajo, llevarán a los mejores resultados posibles". Así, en materia macroeconómica priorizó "el objetivo de estabilización de precios", el cual "se implementa con los mismos instrumentos que proponía el FMI en 1959 cuando desembarcó en Uruguay: la contracción de la demanda limitando la expansión del gasto público y de los salarios con decisiones del gobierno, y desestimulando la expansión del crédito mediante el aumento de la tasa de interés", lamentó. En lo que refiere a las políticas productivas, el FA sólo se orientó hacia "estímulos de carácter general sin priorizar actividades, sectores o grupos sociales".
Te la debo
Para Notaro, la izquierda debe apuntar a erigir un "capitalismo en serio", aunque "sin abandonar la lucha por la liberación nacional y el socialismo, fortaleciendo a la iniciativa privada asociada al proyecto de cambio con políticas de apoyo a los productores familiares agropecuarios, las pequeñas y medianas empresas, y las cooperativas particularmente". Además, mencionó "como tarea pendiente" de la anterior administración la necesidad de mejorar la "redistribución del ingreso y la riqueza". Al respecto, puntualizó que para mejorar la redistribución, en primer lugar, se debe apuntar hacia el "aumento de los salarios y como contrapartida, la reducción de la plusvalía". Segundo, el propio Estado debe intervenir mediante el cobro de impuestos "a los pocos que tienen mucho" y gastar esos ingresos en "los muchos que tienen poco". Por último, explicó que "también se redistribuye con los bienes y servicios que el Estado entrega gratuitamente, como la educación o la salud".
Notaro aseguró que la economía de Uruguay ofrece margen para mejorar la distribución, "cobrando más a la propiedad y a los ingresos del capital" mediante tributos "al patrimonio, a las rentas de capital y, en el Uruguay actual, con detracciones a las exportaciones con baja industrialización". Ello debe ser complementado "gastando para mejorar la educación, la salud y la vivienda de los sectores populares, en estrategias que promuevan su participación".
Siguiendo con su análisis, el experto valoró necesario "promover el fortalecimiento de las empresas públicas y de la iniciativa privada" que resulte "compatible con un proyecto de transformaciones profundas, implementando políticas de apoyo a los productores familiares agropecuarios, las pequeñas y medianas empresas, y las cooperativas".
Pedro 2020, FA 2025
Notaro no tiene expectativas de cambio frente a la política económica, en el entendido de que la actualmente aplicada "es el resultado de un nivel de conciencia, de la correlación de fuerzas internas y externas, nacionales e internacionales, sociales y políticas". En ese punto, caracterizó que "el proyecto socialdemócrata del Frente Líber Seregni ya está funcionando y, por lo tanto, no requiere profundizar los cambios". Y propuso: "Los que aspiramos a la construcción de una sociedad sin explotación ni dominación tenemos que definir mejor cuál es el destino y cómo es el camino, organizarnos y fortalecernos en las luchas". En cuanto al futuro político cercano del país, pronosticó: "Tendremos que pasar primero por un nuevo gobierno de Tabaré Vázquez, al que sucederá otro de (Pedro) Bordaberry", para prospectar después: "Si los frenteamplistas no nos equivocamos, a partir de 2024 se podrá implementar una política económica de izquierda", concluyó.
Sin desmedro de lo anterior, admitió que se debe "respetar al capital, porque de sus decisiones dependen los niveles de inversión y de empleo". Igualmente, precisó, ello debe hacerse "sin tenerle miedo, ni olvidar que es imprescindible erosionar su poder progresivamente si se aspira a construir una sociedad sin dominación ni explotación, con una real igualdad de oportunidades".
Todos juntos
Consultado sobre el papel que le corresponde al Estado en la economía, Notaro analizó que “para superar el capitalismo, una organización de la sociedad que genera explotación y dominación, es necesario promover otras formas de propiedad y de gestión”.
Respecto a la creación de un frigorífico nacional, como promueve el Partido Comunista, evaluó la necesidad de “revisar la historia y las experiencias de intervención estatal”, y mencionó como ejemplo el caso de Conaprole, “que tiene un Directorio con representantes de los productores y el Estado”. “Conaprole recibió el beneficio del abastecimiento monopólico de leche a Montevideo, con precios regulados, asegurando buen precio al pequeño productor, cubriendo costos de funcionamiento y promoviendo el consumo de leche entre la población”, evocó. En ese sentido, reflexionó que “en el frigorífico se podría integrar a representantes del PIT-CNT y del sindicato de la empresa”.
Tomando en cuenta esos antecedentes, “se podrían implementar empresas de propiedad estatal y gestión privada participativa”, en las cuales “la propiedad de los bienes de las empresas sería del Estado, de modo que no se puedan vender y, al mismo tiempo, tendrían un fácil acceso al crédito”. Asimismo, imagina el economista, “la gestión estaría a cargo de directorios integrados por representantes de los trabajadores, de las principales empresas proveedoras o compradoras, y del Estado”.
En cuanto a las empresas públicas, recomendó que “es imprescindible un seguimiento permanente, una evaluación rigurosa y una permanente mejora de la gestión, incluyendo a los bancos [República, de Seguros, Hipotecario y Central]”. “Se trata de discutir los criterios que deben orientar esta presencia del Estado así como identificar sus límites, en particular en su capacidad de inversión y de gestión”, agregó.