Lorenzo renovó ayer sus conocidas críticas a esas empresas en la conferencia “Un debate con fundamentos: Uruguay y el grado de inversor”, en la que la directora de la Unidad de Gestión de Deuda del ministerio, Azucena Arbeleche, explicó las variables que analizan las calificadoras para librar sus notas y comparó la situación de Uruguay con las de países de la región que tienen el Investment Grade: Brasil, Colombia, México y Perú. “Evalúan la capacidad del emisor de cumplir sus obligaciones en tiempo y forma”, pero también “la voluntad”. Uruguay es calificado desde 1993; en 1995 Moody’s le dio el grado inversor y dos años después lo hicieron sus competidoras Fitch Ratings y Standard & Poor’s. En 2002 se perdió por la crisis financiera, pero en los últimos años mejoró y ahora está un escalón debajo del máximo. Detalló que las calificadoras analizan principalmente el entorno institucional, los indicadores macroeconómicos, el sector externo, y la situación fiscal y de deuda, señalando que en los cuatro aspectos Uruguay tiene una posición sólida e incluso mejor que las de países que tienen aquella nota.
Face to face
Las disertaciones de Lorenzo y Leos tuvieron el formato de “entrevista en vivo” a cargo del jefe de Economía de la agencia noticiosa Bloomberg en Buenos Aires, Bill Faries. Sobre la coyuntura global el secretario de Estado dijo que el país la mira “con preocupación”. “Aunque los acontecimientos ocurridos hasta el momento no hacen pensar que las dificultades que vayamos a enfrentar sean mayores, es claro que para nada está despejado el horizonte”. Según “las previsiones” de los organismos internacionales el contexto mundial sería bastante “benigno”, y el contagio sería de intensidad menor al de 2008, pero advirtió: “Sabemos que puede haber un exceso de confianza” como el ocurrido entre 2007 y 2008 hasta la quiebra de Lehman Brothers. “Hubo una subestimación de los acontecimientos”. El FMI estima para Uruguay un crecimiento de 6% para este año en coincidencia con el gobierno, pero hay “mayor prudencia” en el diagnóstico para 2012, cuando lo haría a su tasa potencial de largo plazo (4%).
Leos dijo que la crisis en 2008 fue un “stress test” global que ofreció elementos para analizar las reacciones de los países, y que la buena respuesta de Uruguay “fue una de las razones de las mejoras de la nota” recibidas. Ahora, “lo que viene no es bueno” y el mundo enfrenta un nuevo stress test. Uruguay tiene “una perspectiva estable” de su nota que “refleja las fortalezas” conquistadas, y un suba dependerá “de cómo afecte lo que está sucediendo a nivel internacional”. Las revisiones “generalmente coinciden con el último trimestre” del año, y los acontecimientos en Europa posiblemente determinarán que “los próximos dos trimestres sean complicados”. Superado ese punto “habrá elementos suficientes para evaluar la condición y el rumbo de la calificación” uruguaya. “En Uruguay se ha venido haciendo más fuerte la calificación, y ahora está un escalón abajo, o sea, está bien encaminado. Viene otra prueba y puede definir si se puede pasar ese escalón”, precisó.
El hecho de que Uruguay acceda actualmente a créditos a tasa de grado inversor se explica en que los mercados funcionan como “maniacodepresivos”: cuando cambia el escenario “se complican las condiciones de fondeo para un país, para un banco, para una empresa”. “Lo que sucede en las crisis es que los mercados dejan de diferenciar, ven a todos por igual y castigan a algunos sin estar justificados”. Lorenzo coincidió, pero no demasiado. “Los mercados no siempre tienen razón, es cierto, pero las calificadoras de riesgo tampoco”, disparó, con lo que también “están sujetas a esos errores” al juzgar. Además, “tampoco parece pertinente analizar las vulnerabilidades por la naturaleza de los shocks y la capacidad de impactar” en un país. “La economía [uruguaya] diseñó mecanismos de absorción de esos shocks. Probados en 2008-2009 tuvimos más eficacia que otros países para estabilizar”, defendió, destacando la opción por un “tipo de cambio flexible” que amortigua precios ante cambios de escenario. “Eso es lo que pasa en Europa”, apuntó, que sufre “una crisis de tipo de cambio fijo”.
El debate cobró fuerza al analizar las vulnerabilidades del país, que basan la negativa de Moody’s a darle el grado inversor. Leos mencionó puntos flacos en: economía chica, alta exposición a precios mundiales de commodities y elevada dolarización. Lorenzo presentó reparos. Sobre la dolarización destacó la creciente participación de la moneda nacional en la estructura de endeudamiento, con 96% en dólares hace pocos años y “una relación mitad y mitad” ahora. Leos reconoció el avance en el punto y aseguró que fue “uno de los más importantes” para explicar “la mejora” de la nota, siendo un factor que no dificulta el acceso al grado inversor. Acerca de la exposición a los precios, Lorenzo resaltó la mayor diversificación de productos y destinos, lamentando que los análisis de riesgo excluyen al sector más dinámico de la economía local, que aporta un tercio de las exportaciones: servicios, que comprende turismo, logística, software, servicios financieros y empresariales. “Así como tenemos que continuar reduciendo vulnerabilidades, […] nos gustaría que la agenda que se nos menciona como vulnerabilidades reconociera de mejor manera las que se han ido superando”, reclamó el ministro a las agencias, que hacen “un análisis distorsionado”. “Lo más importante es hacer un análisis riguroso”, les sugirió.