La muestra, instalada desde el 6 de agosto en el sexto piso del estacionamiento del Montevideo Shopping Center, ha sido visitada por miles de personas y los organizadores esperan que la alta concurrencia continúe hasta el 9 de octubre, cuando se desmontará para seguir su ruta por otros países. Se exhiben allí 15 cuerpos y fetos humanos y 150 órganos que son conservados mediante un proceso de plastinación en el que se sustituye agua y grasas del cuerpo por polímero, o sea, silicona líquida.

El método fue creado por el médico alemán Gunther von Hagens, quien, según un artículo publicado por Ivonne Trías en la revista Noteolvides, tiene “tres ‘fábricas’ de plastinación”: en Alemania, Kirguistán y China. Trías señala en su nota que dos periodistas del semanario alemán Der Spiegel que investigaron el tema acusan a Von Hagens de emplear “sin el debido consentimiento, cuerpos de pacientes del hospital de Kirguistán y de condenados a muerte chinos vendidos por la administración penitenciaria que dispone, en los alrededores de Delian [China], de varias prisiones y campos de trabajo”, y que según esa pesquisa “Von Hagens admitió que algunos cuerpos que expuso en Alemania tenían una bala en la cabeza”.

New Mind Entertainment es la promotora local que trajo el evento a nuestro país. En su sitio web pueden leerse las “preguntas frecuentes” acerca de la muestra. La penúltima interrogante es: “¿De dónde provienen los especímenes?” y se responde: “Los ejemplares fueron proporcionados por varias universidades chinas, escuelas de medicina, instituciones médicas, centros de investigación y laboratorios” con fines de investigación educativa y médica. A continuación, se interroga sobre el consentimiento de las personas cuyos cuerpos fueron donados y se responde: “La aceptación de los cadáveres (mediante la donación por testamento o por familiares) es la principal fuente de obtención de materiales con fines médicos y educativos de las escuelas de medicina china”.

Interés diluido

La exposición fue declarada de interés cultural por el MEC y, para ello, contó con la aprobación del director nacional de Cultura, Hugo Achugar. Sin embargo, el jerarca dijo enterarse por el semanario Brecha -que publicó una nota el 12 de agosto- de que los cuerpos expuestos eran “reales”, y que existían cuestionamientos acerca de su procedencia.

Pablo Álvarez, director general de la secretaría del MEC, dijo a la diaria que previo a la declaración de interés la cartera había solicitado información a la empresa patrocinante, pero que ésta “no había llegado, e igual se declaró”. Cuando la empresa entregó los documentos requeridos “el ministro y el director de cultura entendieron que esa información ameritaba quitar la declaración de interés cultural, en tanto no aseguraba una serie de cosas en las que el ministro estaba interesado, entre otras, el origen de los cuerpos”, afirmó Álvarez.

Por su parte, Alejandro Castillo, promotor local de la muestra, dijo a este medio que se entregó al MEC “toda” la documentación, “una cantidad de papeles que son confidenciales pero que, básicamente, dicen de dónde provienen los cuerpos, en qué estado están, que no han sido maltratados ni nada de eso, y que son donados”.

Consultado específicamente sobre la documentación del consentimiento respondió: “La verdad es que hasta ahí no llegué a leer, era una cantidad de papeles, a mí me los dieron y yo los entregué”.

Nosotros y los otros

En la media hora previa de la sesión del martes 16 de agosto la senadora Mónica Xavier cuestionó la exposición: “¿Está permitido hacer cualquier cosa con los restos de los fallecidos?” y aludió a la manera impactante en que son exhibidos. En la muestra que llegó a nuestro país hay un cadáver que está en posición de lanzar un disco; en la exposición argentina pudo verse uno con una pelota de básquetbol haciendo que jugaba, y en la página web de Our body puede verse otro montado en una bicicleta, como si fuera andando. La senadora cuestionó también los fines lucrativos -se expone en un centro comercial y la entrada cuesta alrededor de $ 200- y rebatió los argumentos educativos que señalan los organizadores, puesto que “los simuladores han sustituido a los cadáveres en los que muchos estudiamos medicina”.

Pero más que esto, la legisladora evidenció una situación paradójica que resumió en diálogo con la diaria: “Entramos en una contradicción flagrante teniendo nuestra cultura con nuestros muertos y exhibiendo públicamente en un shopping comercial los cuerpos de otros a los que desconocemos”. Xavier había afirmado en el Senado: “Existen dos actitudes radicalmente opuestas conforme se trate de ‘nuestros’ muertos, cuyos cuerpos escondemos y, sobre todo, cuya memoria respetamos, y ‘otros’ muertos, los anónimos, los entregados al espectáculo”.

El día anterior a esa intervención, la senadora habló con los titulares de los ministerios de Educación y Cultura y de Turismo para informarles de su exposición. Ayer valoró que “hubo una respuesta del Poder Ejecutivo” porque quitó el carácter de interés cultural, que fue lo que solicitó explícitamente en aquella media hora previa.

Sin embargo, el MTD no ha modificado su postura. Antonio Carámbula, director general de la secretaría de esa cartera, aclaró a la diaria que el reconocimiento dado a Our body no es una declaración de interés ministerial, sino de cobertura de prensa de interés turístico. Carámbula explicó que ese rótulo facilita el ingreso de equipamiento al país, que se hace a través de un despachante de aduana, y es algo así como “una suerte de garantía” que da el MTD.

El jerarca consideró que “el planteo de la senadora Mónica Xavier es muy respetable, pero nosotros tomamos la decisión de otorgarle la cobertura de prensa para facilitar los ingresos. Sabíamos de qué se trataba; es una muestra que anda dando la vuelta al mundo”. Carámbula reconoció que luego del planteo de Xavier el ministerio “podría haber retirado la cobertura”, pero indicó que eso en principio no se hará: “Mantenemos la cobertura de prensa”, sostuvo.